December 31, 2022
De parte de Nodo50
478 puntos de vista

Santiago Gonz谩lez Vallejo, publicado originalmente para nuevatribuna.es.

Es escandalosa la situaci贸n y vigencia de los para铆sos (guaridas) fiscales o las llamadas 鈥渟oberan铆as de baja tributaci贸n鈥. Todos los poderes p煤blicos (y los defraudadores) conocen los mecanismos por los que se defrauda, se elude o se delinque y se oculta dinero de actividades delictivas como el tr谩fico de armas, el narcotr谩fico y la corrupci贸n.

Las multinacionales, sobre todo las tecnol贸gicas, pero no solo ellas, hacen que sus accionistas ganen m谩s. Compiten ventajosamente con las empresas nacionales y locales por medio de la planificaci贸n fiscal agresiva y no contribuyen al bien com煤n. Los Estados (c贸mplices) quieren que sean ellos donde se fije administrativamente la sede de la matriz, con la posibilidad de arrastre en otros rubros econ贸micos, y les dan facilidades para que dejen de pagar impuestos. No solo los generados en dicha administraci贸n fiscal, sino que, por medio del cobro de propiedad intelectual, marca, precios de transferencia, deudas con la matriz, etc., no se pague all铆 donde se originan los beneficios del resto de las filiales. As铆, ni en un lado, ni en las dem谩s partes, esa multinacional y sus accionistas pagan nada.

En Delaware, Estados Unidos, en un solo despacho, en el 1209 de Orange Street Wilmington, hay registradas m谩s de 300.000 sociedades

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El libro de Jos茅 Mar铆a Pel谩ez, inspector fiscal, desglosa las caracter铆sticas de lo que la doctrina entiende por 鈥減ara铆so fiscal鈥, expresi贸n a cambiar, y c贸mo, ante el aparente esc谩ndalo peri贸dico de los gobiernos y la presi贸n -insuficiente- de la opini贸n p煤blica, se hacen (y se desmadejan) las listas de soberan铆as caracterizadas por denominarse para铆sos fiscales. El hecho de hacer listas de guaridas fiscales va unido a una pol铆tica de restringir capacidad de obrar desde ellas a la econom铆a normal y evitar el blanqueo de dinero. Pero, al igual que no hay una persecuci贸n intergubernamental decidida contra los para铆sos fiscales, de facto, tampoco hay una capacidad (o inter茅s) de evitar el circuito de entrada a la econom铆a normalizada de los fondos procedentes de los para铆sos fiscales.

La cuesti贸n es que los que esconden la procedencia del dinero que hurtan a la econom铆a normal, inmediatamente, ellos o las entidades depositarias (agentes necesarios) lo vuelven a invertir en la econom铆a normalizada. Sobre todo, a los mismos pa铆ses y a las econom铆as m谩s pr贸speras y poderosas que, por eso mismo, arrastran los pies en medidas efectivas contra los para铆sos fiscales, sus multinacionales o sus ricos hacendados.

Los facinerosos del mundo, pero tambi茅n las multinacionales estadounidenses o las espa帽olas, crean empresas (con bufetes colaboradores necesarios), por ejemplo, en Panam谩 o en Delaware, Estados Unidos (en un solo despacho, en el 1209 de Orange Street Wilmington, hay registradas m谩s de 300.000 sociedades) y, ocultando su identidad, llevan dinero a diferentes jurisdicciones. La mayor铆a de las veces, electr贸nicamente, para al final invertirlo en la City, en Estados Unidos, etc.

Estudios relevantes sit煤an en el 10 % del PIB mundial la riqueza formalizada en para铆sos fiscales

Este circuito y por qu茅 Estados Unidos, Reino Unido, Irlanda, Pa铆ses Bajos y otros pa铆ses menores son beneficiarios de este latrocinio global debiera haber sido m谩s desarrollado por el autor de 鈥淟os para铆sos fiscales鈥 desde nuestro punto de vista. La globalizaci贸n, la libertad sacrosanta del movimiento de capitales, bendecida constitucionalmente por la Uni贸n Europea, y los agujeros de la fiscalidad nacional, junto a las carencias de los tratados de doble imposici贸n, han incrementado exponencialmente el agujero para la econom铆a normalizada y la capacidad fiscal de los Estados. Estudios relevantes sit煤an en el 10 % del PIB mundial la riqueza formalizada en para铆sos fiscales.

Pel谩ez recopila, period铆stica y detalladamente, los casos m谩s recientes de esas f贸rmulas evasoras o elusivas y se extiende prolijamente en las medidas antipara铆so que se est谩n llevando a cabo. Estas tienen un impulso destacado desde la crisis de 2008. Gordon Brown, primer ministro de Reino Unido en ese momento, sugiri贸 su prohibici贸n (!?).

El intercambio de informaci贸n es una condici贸n necesaria, pero, si no se logra desvelar el propietario 煤ltimo de los activos, es insuficiente

Esto no ha sucedido, pero el G-20, los rectores de las econom铆as m谩s grandes del mundo, tras el esc谩ndalo de la falta de contribuci贸n fiscal de las multinacionales (aunque las distintas patronales nacionales, secuestradas por las multinacionales, no han sido adalides de este empe帽o) y junto a la presi贸n p煤blica, hizo que se encargase a la OCDE un trabajo para mejorar los instrumentos de la fiscalidad mundial. Eso ha resultado en un desarrollo de los mecanismos de compartir informaci贸n autom谩tica entre las administraciones fiscales nacionales y unos acuerdos de fiscalidad m铆nima a las empresas pendiente de ejecutarse. El intercambio de informaci贸n es una condici贸n necesaria, pero, si no se logra desvelar el propietario 煤ltimo de los activos, es insuficiente, y la opacidad de los tenedores de la riqueza y las jurisdicciones que les amparan todav铆a son el reto a batir. 

Por eso, el libro se cierra con nuevas medidas contra los para铆sos fiscales, como la de una mejor coordinaci贸n internacional y mecanismos de intervenci贸n m谩s punitivos, cortar su capacidad de acceso a la econom铆a normalizada, impedir la contrataci贸n de empresas y entidades financieras que hagan uso de las guaridas fiscales, e inhabilitar para cargos mercantiles o pol铆ticos a las personas tenedoras de activos en para铆sos fiscales.

En definitiva, 鈥淟os para铆sos fiscales鈥, de Jos茅 Mar铆a Pel谩ez Martos, es un libro que tiene inter茅s para quienes quieran saber el estado de la cuesti贸n sobre las guaridas fiscales. Desde el lado t茅cnico, sin duda, pero tambi茅n con ideas sobre c贸mo avanzar en la erradicaci贸n o paliaci贸n de sus da帽os.

ATTAC no se identifica necesariamente con las opiniones expresadas en los art铆culos, que son responsabilidad de los autores de los mismos.




Fuente: Attac.es