April 27, 2022
De parte de Valladolor
225 puntos de vista


de MAYO. NADA QUE FESTEJAR

 

 

Mientras
masas de inmigrantes mueren al atravesar el mar, son amasados en
campos de concentración, explotados, torturados, violentados,
asesinados; mientras la desocupación asola los países del mito del
bienestar, la intensidad del trabajo de las masas ocupadas aumenta
cada vez más y el trabajo se vuelve cada vez más precario
aumentando inevitablemente la inseguridad de la vida; mientras las
desgracias en los puestos de trabajo no cesan y tienden a ser cada
vez más frecuentes, así como lo hacen las enfermedades
“profesionales” a causa de la nunca controlada nocividad del
trabajo (como los casos cada vez más frecuentes de muertes por
amianto); mientras los salarios en general bajan año a año con
respecto al coste de la vida que tiende a aumentar y la competencia
entre proletarios llega a niveles de ferocidad extremos. Mientras
sucede todo esto, en el marco internacional las guerras de rapiña
por parte de las potencias imperialistas no han dejado nunca de estar en el
centro de los acontecimientos políticos y militares y las
condiciones de existencia proletarias empeoran cada vez más.

Los
sindicatos colaboracionistas claman por su “preocupación” por
esta situación y apelan a los gobiernos con el fin de que promulguen
algún tipo de reforma que atenúe el empeoramiento general de las
condiciones de los trabajadores. Como siempre ha sucedido desde que
se organizaron al final de la IIª Guerra Mundial, los sindicatos
colaboracionistas siguen una escala de prioridades en la defensa de
los “intereses”: primero viene la patria, la nación, el Estado y
su Constitución, por lo tanto la economía nacional; después la
defensa de la españolidad de las empresas y su competitividad;
después la productividad del trabajo que se liga a la necesidad de
la reanudación económica; después la salvaguarda de los puestos de
trabajo, no importa con qué salario, incluido el llamado “salario
de solidaridad” con el cual los trabajadores se gravan con el fin
de permitir el mantenimiento del puesto de trabajo a compañeros
amenazados con el despido; después los convenios nacionales, que al
mismo tiempo son renovados cada cierto tiempo; después los salarios,
para los cuales no se pueden pedir aumentos decentes porque la crisis
económica ha golpeado los beneficios de todas las empresas,
comprendido el Estado; después la desocupación juvenil, como
problema general para el cual se pide simplemente una reforma…;
después, si no hay más remedio, y sólo idealmente, de los
trabajadores en peores condiciones, como los de la logística y los
inmigrantes. En suma, los sindicatos colaboracionistas demuestran
constantemente que los intereses que defienden y para los cuales
movilizan, o paralizan, a sus afiliados, son los intereses del
capital y no del trabajo. En cuanto sindicatos colaboracionistas no
es como para sorprenderse. Pero, dado que cada año quieren pasear al
personal como si todavía fueran los que luchan en los tajos…
mientras el resto del año se las pasan sentados con las asociaciones
patronales y el gobierno, y lanzando migajas a las masas, HAY QUE
DENUNCIAR a estas burocracias sindicales, que cuentan con el
apoyo constante del Estado y de las fuerzas políticas burguesas.

 

A
los trabajadores y las trabajadoras, para defender nuestras propias
condiciones de existencia, nos sirven solo las
organizaciones
realmente
de
clase
,
organizaciones que no nacen de la nada, sino de las luchas de los
proletarios mismos, de las luchas que rompen los lazos que nos atan a
los intereses de la empresa, de la productividad, de la
competitividad, a los intereses de la economía nacional.
Si
no es hoy, será mañana
.
Pues serán las mismas condiciones de supervivencia insostenibles las
que nos obligarán a reaccionar… a romper la paz social y retomar
los medios y métodos de
LA
LUCHA OBRERA
CONTRA EL CAPITAL
.

 

 

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Fuente: Valladolorentodaspartes.blogspot.com