October 12, 2022
De parte de Sare Antifaxista
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Colaboracion de Josecrust @josecrust para Sare Antifaxista 
El 9 de octubre se celebra en el País Valenciano la entrada en Valencia del rey Jaume I en 1238.
Bueno, también es Sant Donís, nuestro particular día de los enamorados, conocido como la
mocaorá. Pero esta ha quedado deslucida por el paso del tiempo y por las manifestaciones políticas
de uno u otro signo en época contemporánea.
La verdad es que yo preferiría celebrar un 9 de octubre a la portuguesa, conmemorando una
revolución democrática y republicana como la de los claveles, y no la entrada a sangre y fuego de
los señores de la guerra medievales.
Como decía Joan Fuster en “Nosaltres els valencians”, el País valenciano es tal porque fue producto
de una guerra que acabaría con muchos musulmanes (no todos), como ejemplo está la huida de los
musulmanes en masa a la playa para poder embarcar y que fueron masacrados por los cristianos en
la misma arena.
Dicho esto cabe recordar que se asignaron tierras según el origen de los caballeros cristianos: a los
catalanes se les dio la costa y a los aragoneses el interior, eso sí, cabe destacar que para que la
Corona de Aragón tuviera salida al mar se les concedió lo que hoy es la región de Murcia, y que
anteriormente había sido conquistada por castellanos.
Pues bien, este es uno de los factores de las desavenencias por la lengua que atraviesan el País
Valenciano. Si en el interior se usa el castellano, en la costa mayoritariamente se usa el valenciano.
La celebración más política comienza a finales del s. XIX con el auge de los nacionalismos, pero en
la dictadura estuvo prohibida. 
Durante la transición se dio la llamada Batalla de Valencia, la cual se caracterizó por la violencia
ultra y blavera. Para quien no lo sepa, los blaveros son o eran, uno ya no sabe, un movimiento
político regionalista valenciano, fuertemente anticatalanista y de derechas.
El blaverismo nace de las entrañas de la UCD, en cierta manera para neutralizar los avances del
PSOE, el PSP y PC valencianos que recogían las tesis fusterianas próximas al pancatalanismo.
Con el hundimiento de la UCD se crea Unión Valenciana (UV) en 1982.
Mucho antes, en 1977se había creado el Grup d’acció valencianista(GAV), éste grupo, de ideología
ultraderechista realizaba también acciones violentas contra objetivos pretendidamente catalanistas.
Por ejemplo, se les vinculó con los atentados de bomba contra los intelectuales pancatalanistas
Sanchis Guarner y Joan Fuster ya en 1977.
Además de ello, multitud de acciones violentas, pintadas y amenazas han jalonado su trayectoria.
Durante los 90 operaron bajo otra tapadera llamada Grup Vinatea.
La última condena a uno de sus miembros fue en 2019 al atacar a varios menores participantes en
un encuentro por la lengua valenciana.
Muchas de sus acciones las han hecho en conjunto con miembros de la extrema derecha como
Fuerza Nueva o España 2000.
Algunas de las acciones reseñables de estos grupúsculos fueron, por ejemplo:
– Bomba en la plaza de toros durante L’Aplec Valenciá (encuentro valencianista) en 1978, el
mismo año que Guarner y Fuster reciben sendos paquetes-bomba en su casa y estalla otra
bomba en un cine de Alcoy.
– El 9 de Octubre de 1979 grupos anticatalanistas agreden al alcalde , Ricardo Perez-Casado
enseñándole pistolas y navajas, según Casado, entre los agresores se encuentran hoy
militantes del PP con cargos públicos.
– En 1980 ametrallan el Bar el Sifón, vinculado a la izquierda nacionalista, además vuelven a
atentar con bomba en la casa de Joan Fuster en 1981.
Todo esto además de agresiones en la calle, ataques a sedes de sindicatos y partidos. Ello determinó
la redacción del Estatuto de Autonomía, que hizo concesiones a los ultras y que se ratificó en 1982.
Ese mismo año, surgía Unión Valenciana (UV) y muchos extremistas optaban por la vía
institucional.
A partir de 1986 este partido estará en auge, convirtiéndose en la tercera fuerza política en Valencia.
En 1995 gracias a su apoyo, Eduardo Zaplana alcanzaría la presidencia y UV formaría parte del
gobierno del PP. El pacto se cerró en el despacho del presidente de la Patronal valenciana, la cual ya
había presionado para que llegaran a un acuerdo estable. 
Durante esta época el líder indiscutible fue Gonzalez Lizondo, el cual impulsó masivas
manifestaciones anticatalanistas con senyera catalana quemada incluida durante los primeros 90.
Poco a poco las posiciones del partido se fueron acercando a las de sus socios en el gobierno, el PP,
el cual aprovecharía la expulsión y muerte de Lizondo en 1986 para fagozitar a UV.
Poco a poco y no tan poco a poco muchos de los militantes de UV pasaron al PP. Desde entonces,
UV pasa a ser un partido meramente testimonial, ya sin presentarse a elecciones, las últimas en
2011, y directamente cerrando su sede y su web en 2014.
Como dijeron entonces fue un parido “que murió de éxito”.
Con todo esto que comento, no es difícil imaginarse las manifestaciones del 9 de octubre,
fuertemente politizadas y llenas de crispación.
Salió a la palestra pública con las demenciales agresiones del 9 de octubre de 2017, pero diversas
agresiones llevan realizándose desde la transición. 
En los 90, y primeros 2000 grupos antifascistas y ultraderechistas se encontraban a los gritos en el
Parterre. Posteriormente era una peligrosa aventura volver a casa, con las consiguientes razzias en
las calles o en el metro.
Tras los graves incidentes del 9 de octubre de 2017 donde ultras apalizaron a la gente, y en espera
de dicho juicio todavía, en 2018 se convocó un 9 de octubre en nombre del antifascismo que
convocó a miles de personas, algunas venidas de Alicante y Castellón.
Después, las convocatorias bajaron de intensidad, sobre todo en los años de pandemia. 
Este año, se volvió a convocar y la manifestación antifascista se saldó sin incidentes. Eso sí, la
policía nacional realizó diversas identificaciones entre los antifascistas, retrasando la salida de la
marcha.
Durante la mañana y sin permiso oficial decenas de fascistas de España 2000 y de la Falange
increpaban a los políticos brazo en alto, sin embargo, los taxis tenían prohibida la entrada a la Plaza
del Ayuntamiento.
En definitiva, un pequeño grupo entre vallas gritando como animales, eso es lo que ha quedado
retratado cual piara entre el barro.
A la tarde, también han ido a increpar a los manifestantes antifascistas desde el Parterre, pero
también hablamos de muy poca asistencia, con lo cual cabe concluir que la piara fascista se desinfla
y cada vez aglutina a menos trogloditas, y es que quizás en el nuevo milenio la globalización y el
mestizaje han dejado carente de sentido cierta ideología cavernaria.
O eso esperamos
9 d’Octubre Unim-nos contra el feixisme 



Fuente: Sareantifaxista.blogspot.com