El
territorio del Lince – 05/05/2021
A cara descubierta y sin
simulaciones. Lo de Colombia, lo de España y lo de Francia son lo
mismo con diferentes ropajes. En Colombia se mata, en Francia se
insta un golpe de Estado y en España se vota. Tres formas clásicas
de actuación del capitalismo que tiene ya muy claro que el
“progresismo” está amortizado (y supongo que si en la FARC
entreguista queda alguien con cerebro se estará dando cuenta del
error cometido) y no le importa actuar sin simulacros ni
subterfugios. Solo hay un país, Alemania,
donde todavía se actúa así impulsando a Los Verdes, la nueva
marca del capitalismo y su pretendido “rostro humano”.
La protesta popular en
Colombia está siendo sofocada a sangre y fuego (sin olvidar el
constante y continuo asesinato de dirigentes populares y ex
guerrilleros), pero no es Venezuela. Por lo tanto no hay OEA, ni
Comisión de Derechos Humanos de la ONU, ni “Grupo de Lima”,
ni “autoproclamados” reconocidos por Occidente, ni
sanciones, ni nada de nada. Solo “preocupación”. Bueno, no
está mal, siempre es mejor morir dejando algo de precupación en los
valedores de los sacrosantos “valores democráticos” que
morir con su más absoluta indiferencia.
La votación de ayer en
Madrid (capital del Estado canalla más conocido como España) supone
la muerte del famoso 15-M, del “no nos representan”, de
“otra forma de hacer política”, de “la casta” y
de “romper con el régimen del 78”, de “transversalidad”
y de “ya no hay ni izquierdas ni derechas”. Eso no duró
nada más que tres o cuatro años y luego los quinceemesistas se
convirtieron en lo mismo que criticaban.
El pronunciamiento
militar en Francia es la explicación más clara de todo lo anterior,
de cómo el fascismo ha entrado en una guerra de posiciones (en
Colombia se está dispuesto a llegar a la guerra clásica) buscando
sellar, a través de una constante batalla ideológica (Madrid) la
alianza entre el bloque popular, la pequeña burguesía y la más
reaccionaria como garante de los intereses capitalistas.
Esta fue y es, desde
siempre, la estrategia del fascismo. Y el avance es imparable,
favorecido por la asombrosa estupidez (y benevolencia) de los
“progres” tipo 15-M que se retiraban de todas y cada una de
las fortalezas clásicas (con aquello de “ya estamos en las
instituciones”) dejando que las ocupasen los peones fascistas.
Y de estas tres
situaciones la más preocupante para mí es la de Francia. El
pronunciamiento militar, de personal en activo y en la reserva (y que
supera las 23.000 firmas) se hizo en un momento clave: en el 60
aniversario del intento de golpe de Estado en Argelia para impedir la
independencia de ese país. Mirad el hecho: un país colonial se
opone a que sus vasallos, árabes y musulmanes, se independicen.
Sesenta años después repiten lo mismo hablando de “hordas de
los suburbios”.
Preocupante porque,
siguiendo con los silencios, nadie de la OTAN ha dicho ni mú.
Francia es miembro de la OTAN, sus militares firman un manifiesto
fascista y racista. Y la OTAN callada. Luego quien calla, otorga. No
hace falta a estas alturas descubrir el carácter faccioso de los
militares de la OTAN, tan habladora contra el “comunismo chino”
o contra Rusia.
El pronunciamiento
militar en Francia no tiene por objetivo un golpe militar sino
preparar las mentes para una recomposición política sobre los
“valores” del orden y la autoridad. Podéis ver los
lenguajes tanto en Colombia como en España. Iguales, con diferentes
versiones pero con el mismo objetivo. Y el machaque constante desde
los medios de propaganda para reforzar el discurso económico (y
social) en aras de las demandas del capital.
La descomposición
política e ideológica es el terreno donde se ha fraguado todo este
escenario (y esta ofensiva). En Colombia con la entrega de las armas
por las FARC, en España el 15-M y sus tonterías y en Francia las
actuaciones dubitativas de la izquierda y los sindicatos con los
“chalecos amarillos”. En los tres países una parte
importante de esa descomposición ha sido “el rechazo a la
violencia” donde es más importante un contendor de basura
quemado que el desempleo masivo, que la pobreza creciente, que la
precariedad del trabajo. La responsabilidad de la pretendida
“izquierda” en ello es total (y os recuerdo algo que ya
publiqué al respecto).
En Francia, donde la
impronta colonial está en el trasfondo de ese pronunciamiento, se
acusa a la inmigración de todos los males. En España es el
“separatismo”, especialmente el catalán. En Colombia se
habla de “terrorismo” y se terminará acusando a Venezuela.
Todo simple, pero efectivo. Y las pretendidas “fuerzas de
izquierda” inertes ante este discurso, plegándose al mismo y
renunciando a luchar.
En Colombia se está
haciendo frente, a costa de muertos, heridos y desaparecidos, pero
todo se calmará si no hay una visión de lucha contra la lógica
capitalista. Se ha conseguido la retirada de la reforma tributaria,
pero queda mucho para que haya un nuevo equilibrio de fuerzas que
rompa la estrategia del capital puesto que ya no hay un contrapoder
armado (solo queda el ELN y unas FARC reconstituidas pero lejanas)
que haga frente a su fuerza de choque: el ejército. Desde hace años
las llamadas “fuerzas alternativas” (?) están tratando de
negociar con el gobierno ciertos temas sociales que ahora sí estará
dispuesto a negociar. Obligado, desde luego, pero eso le va a
proporcionar aire hasta recomponer fuerzas. Y las “fuerzas
alternativas” (y el capital) tan contentas. Pero a buen seguro
que no se cederá en lo principal, que en estos momentos es la
desmilitarización del país. Eso no solo daría aire interno a
Colombia, sino externo a Venezuela.
En España se agacha la
cabeza. Con las elecciones de ayer en Madrid el nacionalismo español
de matriz franquista ya no va a tener freno. El “gobierno más
progresista de la historia” es historia (corta); está acabado.
Si antes no lo hacía, pero aparentaba algo, ahora ya no va a tomar
ni una sola medida que moleste al capital. Ha tenido una ocasión
histórica para cambiar el Estado y ahogar al fascismo, pero ni lo ha
hecho ni, lo que es peor, lo ha querido hacer. Y no se puede echar la
culpa al coronavirus.
Se acabaron las
simulaciones. Todo el mundo está en su sitio: el fascismo en la
vanguardia y nosotros en las catacumbas, preparándonos para
enfrentar lo peor que está por venir.
Fuente: Arrezafe.blogspot.com