June 26, 2021
De parte de Nodo50
170 puntos de vista

Antes de apretar el botón de “comprar” en Amazon piense un momento en el papel que el gigante del comercio electrónico desempeña en la creación del terror en Palestina

En su Prime Day de 2021 [el mayor acontecimiento de ofertas de este gigante digital] Amazon espera superar su previo récord de ventas: 10.400 millones de dólares. Cada vez hay más clientes que se han vuelto críticos del modo en que Amazon trata a sus trabajadores, de su acoso a los sindicatos y su asociación con la policía de inmigración y de aduanas, por lo que algunos han hecho un llamamiento para boicotear estos días de ofertas especiales. Pero lo que tal vez no sepan algunos miembros de Amazon Prime es que la compañía con sede en Seattle también colabora en la ampliación de la ocupación militar israelí.

Al tiempo que se producían los ataques mortales más
recientes de Israel contra la Franja de Gaza y el desplazamiento de residentes
palestinos en el barrio de Sheik Jarrah en Jerusalén, Amazon Web Services (AWS)
y Google han firmado un contrato
de 1.200 millones
de dólares con el gobierno israelí. El acuerdo, llamado “Project
Nimbus
” es un proyecto bandera para proporcionar un “ecosistema” de
servicios en la nube para el sector público israelí, cuyo principal
beneficiario serán sus fuerzas armadas. Ya se ha iniciado la construcción de tres
centros de servidores
de datos.

Amazon sostiene que el acuerdo impulsará las start-ups innovadoras y “fomentará el
desarrollo económico en todo el país”. Lo que no dice es que un objetivo
central del Proyecto Nimbus es la seguridad nacional de Israel. El sistema
asegura que los datos “permanecerán dentro de las fronteras israelíes”, según
el ministro de finanzas israelí, y pretende aumentar la competencia de las
fuerzas armadas en tecnologías de inteligencia artificial, como las empleadas
en la represión de los activistas palestinos, la vigilancia a lo largo de la
frontera con Gaza y el sistema Cúpula de Hierro
de Israel.

El servicio en la nube de Amazon también ayudará a la
expansión de las colonias israelíes aportando información para la
Administración de Tierras de Israel (ILA), la agencia del gobierno que
administra y asigna tierras del Estado. Según Human Rights Watch la ILA
administra de forma discriminatoria las políticas de la tierra que “sostienen
el crecimiento y la expansión” de asentamientos predominantemente judíos,
mientras concentra a los palestinos en centros con alta densidad de población
en “términos totalmente discriminatorios”.

Desde la guerra árabe-israelí de 1948 que supuso el
establecimiento de Israel, 700.000 palestinos han sido expulsados de sus
tierras, en un proceso continuo de desahucios y exilio  que los palestinos denominan la Nakba, la
catástrofe.

Los activistas palestinos consideran que Israel ejecuta su
poder no solo por la vía militar, sino también gracias al respaldo
internacional de empresas y gobiernos.

Amazon abrió sus primeras oficinas en Israel en 2014, el
mismo año que este lanzó su ataque brutal contra la Franja de Gaza en la que
murieron más
de 2.000 gazatíes
. Desde entonces Amazon ha expandido sus actividades en
Israel y empleará en los próximos años a miles de personas que tendrán que
recibir el visto bueno del aparato de seguridad israelí.

La asociación con Israel es de doble sentido: desde 2015 el
fabricante público aeroespacial y de armamento Israel Aerospace Industries
(IAI) ha servido a la flota de aviones de carga de Amazon y en la actualidad
presta servicio al 80% de los aviones de Amazon. IAI suministra al ejército
israelí y está a la vanguardia de los experimentos con “francotiradores-robot”
y drones
autónomos desplegados a lo largo de la frontera con Gaza. También
ha vendido armamento al ejército de Myanmar después de que este iniciara sus ataques
contra la minoría rohinyá.

Las compañías tecnológicas estadounidenses llevan años forjando
lazos con el sector tecnológico israelí, pero cada vez ponen mayor empeño en
lograr contratos
lucrativos
con el gobierno. Como afirma el grupo activista Trabajadores de
Amazon por la Justicia Climática, el Proyecto Nimbus forma parte de un “modelo
de militarización” que incluye contratos con el ejército, el Servicio de
Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y cuerpos de policía de EE.UU. Estos
contratos han proporcionado importantes beneficios para Amazon. AWS, la
principal fuente de beneficios de Amazon, fue responsable del 63%  de los beneficios
totales de explotación
de la compañía el pasado año. A su vez, esos
beneficios permiten la expansión de la infraestructura logística de Amazon para
sus operaciones globales de comercio electrónico.

En 2019 Amazon expandió sus operaciones de comercio
electrónico en Israel y ofreció entregas sin gastos de envío para pedidos
superiores a 49 dólares. Una investigación del Financial Times descubrió que Amazon ofrecía además entrega
gratuita para las colonias israelíes de la Cisjordania ocupada, pero no para
los palestinos, a no ser que estos escribieran que su
residencia oficial estaba en Israel
.

Para los grupos defensores de derechos humanos, se trataba
de discriminación, pues esta política legitimaba las colonias israelíes y
obligaba a los palestinos a identificarse con el Estado ocupante. Cuando se
descubrió el escándalo, Amazon se retractó de la iniciativa.

Los puestos de control israelíes y las “carreteras
del apartheid
” de Cisjordania ocupada limitan gravemente el flujo de bienes
esenciales en una economía ya muy frágil. Dado el limitado acceso de los
palestinos a productos básicos, no debería entenderse esta rectificación del
rumbo de Amazon como una rama de olivo. Por el contrario, al cooperar con el
aparato de seguridad, las relaciones de Amazon con el gobierno israelí le han
permitido acceder a un mercado de consumo cautivo sitiado por los muros y por
la exclusión.

En mayo, el aumento de la preocupación por “el continuo
ataque de Israel a los derechos humanos básicos de los palestinos” motivó a
cientos de trabajadores de Amazon a firmar una carta en la que solicitaban que
la dirección de la compañía reconociera el sufrimiento de los palestinos y
estableciera un marco de derechos humanos para sus operaciones comerciales. A
pesar de que el movimiento
internacional
contra Amazon está cobrando cada vez más fuerza, la oposición
al Proyecto Nimbus puede verse obstaculizada por las condiciones
del contrato
con el gobierno israelí, que impiden que Amazon y Google
interrumpan sus servicios a causa de la presión del boicot. Esta cláusula muestra
que Israel es consciente de que el movimiento por el Boicot, la Desinversión y las Sanciones (BDS)
está teniendo mayor influencia en las empresas
relacionadas con los asentamientos ilegales
.

Al tiempo que los 200 millones de miembros de Amazon Prime
en todo el mundo se hacen cada vez más dependientes de su servicio de puerta a
puerta, es preciso recordar que nuestro consumo tiene relación con el papel de
Amazon en la ocupación israelí. Personas de todo el mundo han exigido a sus
gobiernos que detengan la cooperación con Israel y que boicoteen a las empresas
que invierten en la maquinaria de guerra israelí. Hoy en día, enfrentarse con
Amazon, que despide y explota a sus trabajadores en el ámbito interno mientras
es cómplice del robo de tierras y de la violencia de los colonos en el ámbito
externo, es más necesario que nunca. ¡Boicot, desinversión y sanciones contra
Israel!

Autores:

Charmaine Chua es profesor de estudios globales en la Universidad de California en Santa Bárbara.

Jake Alimahomed-Wilson es profesor de sociología en la Universidad del Estado de California en Long Beach y coeditor de The Cost of Free-Shipping: Amazon in the Global Economy (Pluto Press, 2020).

Spencer Louis Potiker es doctorando en estudios globales en la Universidad de California en Irvine.

Fuente: https://www.thenation.com/article/economy/amazon-prime-day-israel/

El presente artículo
puede reproducirse libremente siempre que se respete su integridad y se nombre
a sus autores, a su traductor y a Rebelión como fuente de la traducción




Fuente: Rebelion.org