June 8, 2021
De parte de Arrezafe
590 puntos de vista

Anti Zionism is not
antisemitism
Ilan Pappé

East London – Julio,
2019

Transcripción: Arrezafe

Es muy incómodo, es
realmente embarazoso hablar de este tema, que nos veamos obligados a
explicar que el anti-sionismo no es anti-semitismo, porque el lobby
israelí y sus partidarios en este país nos amenazan con
su distorsionada suposición de que anti-semitismo y anti-sionismo son
realmente equiparables. Es una ecuación ridícula que se ha vuelto
atroz porque, como todos sabéis, se ha utilizado
principalmente para sofocar el debate sobre Palestina, no solo en
este país, sino también en el continente y en los Estados Unidos, y
particularmente con el fin de anular y derrocar a políticos que
podrían alcanzar posiciones de poder y que son conocidos por
su constante apoyo a la cuestión Palestina, ya sea en los Estados
Unidos o aquí, en el Reino Unido.

Así que, por mucho que
nos perturbe esta ecuación, que en realidad no merecería nuestra atención,
no podemos ignorarla porque está en el discurso público, en los
principales medios de comunicación, que la esgrimen continuamente, y en el Parlamento Europeo, que también la ha asumido. De modo que, tendremos afrontarla nos guste o no.

El segundo problema que
tenemos es que no podemos afrontar tan falaz ecuación de manera telegráfica. De hecho, es inútil ir a un estudio de
televisión donde te preguntan si crees que el anti-sionismo es
anti-semitismo y te dan 65 segundos para explicarte. Yo
pienso que es mucho mejor no ir. O bien –este es mi consejo para
los cándidos políticos laboristas que se molestaron en ir a los
estudios de la BBC y de Sky News– si cometen ese error
y van a discutir sobre si hay o no anti-semitismo institucional en el
Partido Laborista, ¿por qué no aprovechar el ese escaso tiempo para decir algo sobre Palestina? Porque ellos no lo harán nunca. Sky
News
nunca ha informado de nada de lo ocurrido en Gaza en el
último año, la BBC ha dejado de hacerlo en los últimos cinco
meses. Nadie ha informado de que, ayer, los israelíes dispararon a 50
jóvenes en la frontera de Gaza, la semana anterior a 49 y de que la
anterior mataron a periodistas, médicos, jóvenes, hombres y
mujeres. Si escuchas los medios de comunicación de este país no te enterarás, pero en cambio sabrás que en Facebook, hace 16 años, alguien dijo
algo que podría sonar a anti-semitismo.

Debido a que el asunto no se puede
afrontar de manera telegráfica, la única forma es historizándolo.
¿Qué quiero decir con esto? Que es necesario situarlo en un contexto histórico
para poder explicar cuál es la diferencia entre judaísmo y sionismo, y
por tanto, cuál es la diferencia entre anti-sionismo y anti-semitismo.
Y es muy importante recordar que el anti-semitismo, o más bien el
odio a los judíos –porque como sabéis, los palestinos también
son semitas como el resto de los árabes
, las
actitudes y políticas antijudías, han estado entre nosotros
durante mucho tiempo. Están profundamente arraigadas en la
fe cristiana y fueron utilizadas como justificación de horribles
políticas de persecución, discriminación e incluso genocidio, eso
lo sabemos. Este patrón de conducta se basa en difamar u odiar a los
judíos porque son judíos.

A diferencia del
anti-semitismo, o sentimiento antijudío, el anti-sionismo es un
fenómeno reciente asociado al sionismo. Y no sé
cuántos lo sabéis, pero el sionismo comenzó como un
proyecto cristiano, no como un proyecto judío. A principios del
siglo XIX, aquellos que se denominaban a sí mismos sionistas
eran cristianos evangélicos, sacerdotes y pensadores que creían que
el regreso de los judíos a Palestina traería el regreso de
Jesucristo, que conduciría a la resurrección y a la conversión de
los judíos al cristianismo o a arder en el infierno si no lo hacían.
A estos yo los llamo “cristianos barbacoa”.


Ahora bien, estos
“cristianos barbacoa”, que eran muy destacados a
principios del siglo XIX, también lo son hoy. Son la base principal
del presidente Trump y sus partidarios, y es probable que en Estados
Unidos haya sionistas (cristianos antisemitas) mucho más influyentes que los judíos estadounidenses, quienes
 a diferencia de la comunidad
anglo-judía, sionista y pro Israel, se sienten cada vez más incómodos con el sionismo y con Israel. Ser anti-sionista a
principios del siglo XIX no significaba ser antisemita, significaba
que no creías que los judíos debían regresar a Palestina. Conviene tener presente todo esto.

Ahora, trasladémonos a
Palestina a finales del siglo XIX, cuando los judíos
comenzaron a adoptar la idea del sionismo debido a la persecución y
a las políticas de discriminación y porque sentían que en Europa no
los querían. Cuando algunos de ellos
quisieron incluso redefinir el judaísmo como una nacionalidad, sugiriendo equiparar el judaísmo con el sionismo, la mayoría
de sus oponentes fueron judíos, no cristianos. A finales del siglo
XIX, la mayoría de los judíos del mundo no creían que se pudiera
sustituir el judaísmo por un nacionalismo romántico. Así, tenías
judíos ultra-ortodoxos que rechazaron la idea porque pensaban que contravenía la voluntad de Dios y que sustituía una
religión ancestral con una pobre ideología de corte romántico nacionalista, y judíos seculares que creían que el comunismo, el
socialismo e incluso el liberalismo eran ideologías universales que
ayudarían a acabar con el anti-semitismo y con cualquier otro tipo de
racismo, haciendo del mundo un lugar mejor, no solo para los
judíos, sino también para los no judíos.

«¡Donde vivimos, allí está nuestro país!»


Pero, con la ayuda del
Imperio Británico, el sionismo se salió con la suya y a finales del
siglo XIX logró asentarse en Palestina. Es entonces cuando
el sionismo se convierte en lo que hoy llamamos un movimiento
colonial, donde los colonos que vienen de Europa sin posibilidad
de volver, porque no se les quiere, se encuentran con una
población indígena 
como sucedió en los Estados Unidos o América del Norte, en Australia, en Nueva Zelanda, en Sudáfrica… y estos colonos se piensan a sí
mismos como indígenas, clasificando a los autóctonos como colonos,
como extranjeros. En este sentido, el sionismo no es muy diferente de
otros movimientos que colonizan el mundo. Entonces, si tú eras
palestino y rechazabas la idea de que alguien pudiera venir a expulsarte de tu tierra 
incluso
con “la divina historia” de que vivió allí hace dos mil años
al rechazar dicha idea no eras antisemita, eras anticolonialista, y el
nacionalismo palestino creció como un movimiento anticolonialista
desde 1882 hasta 1948, cuando el movimiento colonial sionista y sus
colonos perpetró la limpieza étnica de la mitad de la población
palestina, la destrucción de la mitad de sus aldeas y la demolición de la
mayoría de sus ciudades, convirtiendo a un millón de
palestinos en refugiados.

Soldados y civiles judíos saquearon masivamente las propiedades

 de los  palestinos en el transcurso de la guerra de 1948


¿Rechazar
semejante crimen contra la humanidad, es antisemitismo? ¿Rechazar un
crimen cometido por judíos te convierte en antisemita? No. Quienes
rechazan este crimen rechazan cualquier otro crimen de semejante
magnitud, aunque hubiera sido perpetrado por budistas, musulmanes,
cristianos o agnósticos, no importa, lo que importa es lo que esa
gente hizo, no su identidad.

Y es interesante señalar cómo
los palestinos pudieron irrumpir en la escena internacional
señalando su 
justa causa de descolonización y
que ellos no formaron parte de la historia del odio de Europa al
judaísmo. Pero tuvieron dificultades para hacerlo. Hubo un momento, 
a finales de los sesenta y principios de los setenta, en el que el mundo se abrió un tanto a las ideas de descolonización. Fue en 1975, cuando Naciones Unidas aprobó una resolución muy razonable
que equiparaba el sionismo a la discriminación y al
racismo, resolución que fue revocada en 1991 bajo presión de Estados Unidos. En el momento en que dicha resolución se aprobó, fue
adoptada por un mundo descolonizado que igualaba la lucha contra el
sionismo con cualquier otra lucha en contra del colonialismo en el mundo. Por
eso se adoptó dicha resolución, no por anti-semitismo. Fue, además, un intento de corregir, de rectificar una resolución de Naciones
Unidas contra los palestinos en 1947, cuando decretaron que
Palestina debía ser dividida entre un
estado nación para los colonos ocupantes, muchos de los cuales
habían llegado a Palestina dos o tres años antes, y la población
indígena nativa de Palestina. La ONU que adoptó el
plan de partición en 1947 no albergaba ni un sólo miembro
descolonizado en su seno. La ONU que adoptó la
resolución que igualaba sionismo y racismo estaba colmada de
nuevas naciones representando al tercer mundo descolonizado. Esto es muy importante recordarlo.

Ahora estamos en una fase
en la que Israel se inventa la idea de un nuevo
anti-semitismo. Y creo que es importante explicar porqué el judaísmo y el
sionismo no tienen nada en común, en el sentido de que, uno es una
religión y el otro una ideología. No obstante, lo importante es entender
dónde nos encontramos ahora, una fase que comenzó
hace unos 20 años y cuyos sus orígenes datan de la primera
intifada, del primer levantamiento en los territorios palestinos
ocupados en 1987. Israel comprendió que, a medida que pasaban los años
se hacía más difícil evitar que las personas concienciadas y con un
mínimo de decencia no sintieran repugnancia por sus políticas hacia los palestinos. No era como antaño, en que uno
podía ocultarse porque la gente no podía visitar y no
sabía… Después de 1987, la gente supo, y lo que supo la motivó a decantarse y trabajar en pro de Palestina, y a condenar 
sobre el terreno las inmorales políticas
israelíes. La 
única forma que Israel tenía de afrontarlo era matando al mensajero, porque no había forma
de matar el mensaje. ¿Y cómo matas al mensajero? Lo culpas de ser
antisemita y si es judío, de odiarse a sí mismo. Esta es otra cosa
que inventó Israel: el judío que se odia a sí mismo, que es una
especie de enfermedad que yo padezco. Consulté a mi médico pero me
dijo, “olvídalo, es crónica”.

Luego utilizaron los
horribles sucesos del 11 de septiembre en los Estados Unidos y la llamada Guerra contra el Terrorismo para inventar esta especie de
alianza imaginaria entre el Movimiento de Liberación Palestino, 
grupos extremistas de fanáticos islámicos y  supremacistas
blancos de extrema derecha, para así acusar a todos ellos de estar en
el mismo barco y de tener en común el odio a Israel, lo que
finalmente significa anti-semitismo. No funcionó tan bien con el
supremacismo de derecha porque, como sabéis, estos tipos de la
EDL, que se envuelven en la bandera israelí, están muy contentos con Israel.
También los neonazis en Alemania y Austria están entusiasmados
con Israel como modelo.

Así que dejaron de utilizar la supuesta alianza de la derecha y la izquierda, ahora sólo están enfocados
en la izquierda y los islamistas como alianza que conforma la base
del nuevo anti-semitismo. A saber por qué esta treta funciona con las
élites políticas de Occidente y los principales medios de
comunicación. Pero hay algo ahí que
desconcierta la mente: la facilidad con la que aceptaron esta idea de
que criticar la ideología de Israel es distinto a criticar la
ideología del apartheid en Sudáfrica. Si critico la ideología
de Israel, puedes decir
que estoy equivocado, puedes intentar rebatirme,
pero ¿tratar de acallarme acusándome de anti-semita? Mostrar sobre el terreno la conexión entre sus políticas racistas la ideología del Estado de Israel,
¿me convierte en anti-semita? Si quien me acusa de ello tuviera
razón, entonces todos los palestinos del mundo serían anti-semitas.
No puedes ser palestino y sionista. De hecho, no puedes ser
miembro de la comunidad musulmana mundial, comprometida en la causa Palestina,
y ser sionista. Entonces ¿todos los musulmanes son anti-semitas? ¿Y
qué hay de las personas de izquierda que durante años rechazaron el
sionismo y apoyaron la causa palestina, también son todas ellas
anti-semitas?

Es tan ilógico, tan superficial y tan estúpido que uno se pregunta cómo es posible escuchar a
filósofos, políticos de alto nivel y destacados periodistas
explicando y defendiendo seriamente la idea de que criticar hoy la
ideología del Estado de Israel implica la negación del Holocausto.
De tal manera que, ahora, criticar al Estado de Israel ya no solo supone ser
anti-semita, supone la 
negación del Holocausto. También eres criminal y niegas el
Holocausto si criticas esa misma ideología que discrimina a los palestinos
por ser palestinos. Es una locura. Y esta locura, como sabéis, ha
irrumpido de lleno en la historia del Partido Laborista.


¿En que fecha apareció la
primera noticia sobre el supuesto anti-semitismo institucional del Partido
Laborista? No he visto a ningún periodista preocupado por buscarla… Es asombroso. Yo
lo hice. Ningún periodista se había siquiera molestado en
preguntarse cuál era el momento exacto en que, de repente, se nos
revela que en el Partido Laborista existe antisemitismo
institucional. ¿Sabéis cuando sucedió? Yo lo comprobé. No fue
cuando Jeremy Corbyn fue elegido líder del partido, no. Fue después
de que los dos intentos anteriores de derrocarlo fracasaran. Entonces
llegó la primera noticia: Sky News,  la
Fox News de Gran Bretaña (Dios mío, solo hablar de ellos me
asquea)… Sky News, de manera sensacionalista, abrió su boletín
de noticias: “Encontramos evidencia de anti-semitismo institucional
en el Partido Laborista”
. Uno o dos días después de que el
segundo intento de derrocar a Jeremy Corbyn fracasara. Entonces te
preguntas, ¿puedes ponerte en la piel de los líderes laboristas que
tienen que hacer frente a semejante acusación?

Ahora bien, no voy a usar
esta plataforma para ensañarme con un partido y una gente a la que
amo y conozco personalmente. Pero creo que ha habido algo erróneo en
la forma en que se ha abordado todo este asunto. Como si la gente hubiese olvidado el hecho de que en la década de
1930, este partido y las personas que creían en el socialismo,
fueron los únicos que lucharon contra el fascismo en Londres,
mientras que el partido de Theresa May albergaba a muchos bastante hipnotizadados por el nazismo y el fascismo. La gente
debería repasar la historia y ver quién estaba en contra del
racismo y quién no tuvo inconveniente en respaldarlo. Entonces, si se posee tal pedigrí, si se posee semejante historial, no se debe ceder con
tanta facilidad ni dejarse intimidar tan fácilmente. Y ese patético intento de
disculparse, ya sabes, “se me malinterpretó” o “en la
fotografía junto a los líderes de la OLP…
realmente no estoy dentro, estoy a la izquierda, no a la derecha”…
Esto es un error. ¡Siéntete orgulloso! Yo estuve en ese cementerio,
estuve en este cementerio como judío israelí, como judío israelí,
allí, con Yasir Arafat, en el cementerio de Abu Jihad y Abu Yad. ¡Y
presenté mis respetos por los combatientes por la libertad de
Palestina! No te avergüences, no te avergüence haber estado allí.

Jeremy Corbyn deposita flores en la tumba de Abu Jihad

Necesitamos cambiar el
relato, los palestinos no son terroristas, el Movimiento Nacional
Palestino no es un movimiento terrorista, es un movimiento
anticolonialista que no ha dejado de luchar. Y a todos ellos, ya sean
religiosos o seculares, la razón que como refugiados los motiva es
que desean regresar a su tierra natal, dejar de vivir bajo ocupación
militar, no vivir bajo asedio en Gaza, no ser calificados como
ciudadanos de segunda del Estado de Israel. No hay nada de malo en
apoyar esta causa, y si quieren tildar de antisemita a cualquiera que
la apoye, dejadles que lo hagan y usemos todos los medios disponibles
para informar sobre Palestina, no para responder a sus estúpidas
acusaciones.

Ya sé que es más fácil
decirlo que hacerlo, no estoy diciendo que sea fácil, pero os diré,
como antisionista que ha vivido en Israel. De vez en cuando me
invitaban a la televisión israelí para someterme a un “consejo de
guerra”. Necesitaban un espectáculo para las masas, así que
solían invitarme. No me hacían ninguna pregunta, solo querían
decirme lo cerca que estaba del judío que se odia a sí mismo, que
apoya a la OLP, etc. Pero incluso en los cinco minutos de que
disponía, informaba al país sobre la
nakba, sobre los
crímenes del ejército y del servicio secreto israelí israelí. Por
supuesto que a los tres minutos me frenaban y me echaban del estudio,
pero esos tres minutos eran mucho mejores que explicar “no, no
soy un traidor, no soy un antisemita, no me odio a mí mismo,
realmente me amo”, o cosas así.

Y creo que hay algo de
eso en la forma en que se ha comportado el Partido Laborista.
Entiendo estas campañas de intimidación, fui víctima de ellas, es
desestabilizador, utilizan todas las tácticas de manual para hacerte
sentir constantemente acosado. Pero debemos superar todo eso, debemos retomar las riendas del relato. Se ha llegado a expulsar a alguien por decir, con razón, que el Partido Laborista se ocupa demasiado de este
asunto del anti-semitismo. Algo inaceptable en un partido que cree en el socialismo, en la justicia
social, en la justicia humana. 

Nos enfrentamos a poderosas élites de
derecha en la economía, en la cultura, en la política, y tendremos
que hacerlo con mucha fuerza porque estamos viendo cómo se propaga
este tipo de liderazgo, de los EEUU al Reino Unido y del Reino Unido
a otras partes del continente. No puedes desafiar a estos personajes
disculpándote, tratando de satisfacerles, no puedes satisfacer a
estas bestias, solo puedes decirle al mundo que tienes un sólido
sistema de valores morales históricamente fundamentados de los
que todos deberíamos estar orgullosos. Hay muchos judíos, en este
país y en el mundo, que se sienten lo mismo que yo.

Así que este [el
antisemitismo]
ni siquiera es un tema de judío o no judío, en
realidad es el tema de un lugar [Palestina] que ha sido borrado de la
conciencia pública y de los medios de comunicación, pero que aún
palpita en el corazón de la sociedad civil. Y esta sociedad civil
espera de nuestro activismo que, en los partidos, en los parlamentos,
en la propia política, representemos su innegable apoyo y la
plena comprensión de lo que significa la solidaridad con los
palestinos, con voz clara y sin  disculpa 
ninguna ni intento de
apaciguar a quienes nos lanzan acusaciones falsas como esta de la que
hemos hablado esta noche. Muchas gracias.






Fuente: Arrezafe.blogspot.com