- Argentina
- La coartada represora de la objeci贸n de conciencia
Por Alfredo Grande
(APe) 11 Diciembre 2020
Profunda alegr铆a por la media sanci贸n de la ley que habilita la interrupci贸n legal del embarazo. Alegr铆a que propicia el desarrollo del pensamiento y sentimiento cr铆tico. Si la derrota debe ser pensada, para que la derrota no sea fracaso, el triunfo debe ser pensado para estar advertidos de que cuando se hace una ley, desde antes ya est谩n hechas muchas trampas. Este texto intenta hablar de una esas trampas. Es mejor hablar de las trampas antes de caer en ellas. El nombre de una esas trampas es 鈥渓a conciencia que objeta鈥.
La expresi贸n de objeci贸n de conciencia proviene originariamente de la negativa para realizar el servicio militar obligatorio debido a personales o religiosos motivos morales para no matar. Los objetores de conciencia eran sistem谩ticamente castigados con los denominados trabajos civiles que casi siempre eran trabajos forzados en lugares lejanos a su residencia habitual. El rechazo a la guerra como escenario de crueles masacres donde adultos mataban a adultos sin tener la oportunidad de conocerlos. De abrazarlos. De amarlos. La idealizaci贸n de la guerra ten铆a uno de sus emblemas en la aberrante consigna falangista: 鈥渧iva la muerte鈥.
Sin embargo, en los 煤ltimos a帽os, el concepto ha sido usado por la profesi贸n m茅dica para negarse a proporcionar servicios con los cuales ellos personalmente discrepan, como la eutanasia, aborto, anticoncepci贸n, esterilizaci贸n, reproducci贸n asistida u otros servicios de salud 鈥 a煤n y cuando estos servicios son legales y dentro del 谩mbito de sus cualificaciones y pr谩ctica. En concreto, la Iglesia Cat贸lica y el movimiento antiabortista se han apropiado del t茅rmino 鈥渙bjeci贸n de conciencia鈥 para incluir la negativa por parte del personal sanitario a proporcionar o referirse al aborto (y cada vez m谩s, a la anticoncepci贸n); entienden que el aborto es asesinato y se oponen a ello de forma imperativa. Como dijo el Papa Juan Pablo II: aborto y eutanasia son ambos cr铆menes que ninguna ley humana puede pretender legitimar.
La corporaci贸n m茅dica empresarial sostiene la vigencia de mi aforismo 鈥渄etr谩s de cada prohibici贸n hay un negocio鈥 La deformaci贸n biologicista y confesional formatea conciencias. Y establece con la certeza delirante de la derecha la escisi贸n mente cuerpo y una moral que gerencia mandatos. Una moral que ordena lo que se debe hacer con los cuerpos. El hada que nunca fue invitada a ese banquete es el deseo. Y la que siempre fue invitada es el hada econ贸mica financiera. Las leyes secas solamente permiten desplegar industrias clandestinas de alta rentabilidad. Industria clandestina de una impunidad s贸lo comparable con la industria de 鈥渓a trata鈥.
La moralina capitalista habla de moral cuando necesita encubrir la 茅tica del lucro. La objeci贸n de conciencia siempre fue una decisi贸n individual. De intimas convicciones. La ampliaci贸n a la objeci贸n de conciencia institucional es el triunfo de la moral corporativa. Es dejar impune la formaci贸n m茅dica saturada de reduccionismos, mandatos religiosos, prejuicios de clase, de g茅nero, de etnia. Lo digo como m茅dico recibido en el a帽o 1973. Si la objeci贸n de conciencia esgrimida por los m茅dicos es tan s贸lo para rendir pleites铆a a la obscenidad clerical, al ampliarla como institucional entra en el terreno de la pornograf铆a pol铆tica. Cuando una instituci贸n apela a la objeci贸n de conciencia institucional instaura un r茅gimen de negaci贸n de servicios que contrar铆a el derecho a la salud, y subvierte su misi贸n como integrante del sistema de salud.
La objeci贸n institucional genera una variedad de da帽os. Al hacer la trampa, la ley hecha puede devenir est茅ril. O dar inicio a infinitas demandas para las cuales nunca faltar谩n abogados penalistas que tambi茅n sostienen la 茅tica del lucro. Hoy podemos decir: fue ley. Y seguir茅 diciendo que debe prolongarse en la construcci贸n de una legitimidad consistente. Legitimidad que tiene que ver con el fundamento deseante del sujeto y con lo que cada cultura establece como 鈥渂ien com煤n鈥. La legalidad sostenida desde la legitimidad logra una sinergia invencible.
Como toda lucha, esta lucha tendr谩 una victoria sin final. Porque ahora tendremos que objetar a las y los que objetan. Y mucho m谩s en su dimensi贸n institucional. Las trampas hechas para despojar a la letra de la ley de su esp铆ritu pueden y deben ser desarmadas. Lo importante es tener la convicci贸n, la firme convicci贸n, que la 煤nica lucha que se pierde es la que deja de sostenerse en forma colectiva y autogestionaria.
Fuente: Redlatinasinfronteras.wordpress.com