
La colonización del cemento
La situación que se repite en muchos lugares, donde el humano se impone a la naturaleza me recuerda a la historia del árbol generoso, historia que siempre recomiendo para sensibilizarnos, no solo con respecto a nuestra relación con otros, sino también con respecto a la relación que tenemos con el mundo y el medio en el que habitamos.
Es una corta historia que relata, cómo una persona que ama a un árbol desde la niñez, a medida que va haciéndose mayor, le pide y toma todo cuanto da y tiene para satisfacer sus necesidades. El árbol se queda sin hojas, sin frutos, sin tronco y sin ramas hasta convertirse en un tocón…
Es una historia que muestra la generosidad de un árbol frente al egoísmo de una persona. El planeta frente a la individualidad humana, que en beneficio de un reducido número de personas tala y destruye a golpe de decretos o leyes de la clase política, sin tener en cuenta las consecuencias para los ecosistemas ni sus repercusiones para la vida en el mismo.
La especie humana es con diferencia, la peor plaga que tiene el planeta, que como una pandemia lo enferma, rompe, destruye y destroza sin pensar que la madre tierra estaba antes que todas y todos nosotros, que nos proporciona luz, agua, oxígeno y nutrientes para poder vivir.
Hay que parar esta colonización del cemento y el capitalismo sin escrúpulos, que intenta alterar, modificar y doblegar a la naturaleza, que sin duda, se defenderá de estos ataques. No se puede romper el entorno medioambiental para el beneficio de unos pocos avaros, para la creación de urbanizaciones de lujo, ostentación y campos de golf que con su construcción y existencia aniquilan fauna, flora y ecosistemas necesarios para mantener el equilibrio de este mundo.
Si nunca has leído el cuento “El árbol generoso”, te invito a que lo hagas ahora, lo puede descargar de la web directamente.
Carol Garrido
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Fuente: Cgtandalucia.org