February 22, 2023
De parte de A Las Barricadas
480 puntos de vista

ALB Noticias.- Publicamos una entrevista a la Coordinadora Anarquista Brasileña, CAB. Como fue hecha durante los días posteriores a la toma de posesión de Lula, días en los que la situación estaba poco clara ante el intento de golpe del bolsonarismo, la mayor parte de las preguntas tratan sobre el fenómeno de la extrema derecha, que entendemos que resulta de interés dados los paralelismos en otros territorios. Nos ha contestado el Secretariado de Relaciones Exteriores de la CAB, una organización decana en el movimiento libertario de Brasil.

Imagen: Cartel contra el bolsonarismo publicado por la CAB.

ALB.- La llegada al poder de Bolsonaro se sitúa dentro del contexto internacional abierto por Donald Trump en USA. La derecha pasó a la ofensiva a escala global y lo hizo radicalizada. Al tratar el progresismo de forma peyorativa como si fuera comunismo se movió todo el tablero político hacia la derecha. ¿Como ha evolucionado la sociedad brasileña en los años en los que ha mandado la ultraderecha?

La extrema derecha siempre ha estado presente en Brasil en diversas expresiones, como el integralismo, los neonazis o incluso los terratenientes. Nuestro análisis del escenario actual tiene como principal vector la consolidación de un movimiento de masas de extrema derecha encabezado en Brasil por Bolsonaro y su núcleo de ideólogos y organizadores políticos.

Con el apoyo de una clase dominante sedienta de más ganancias, incluso contando con amplias plusvalías durante los gobiernos del PT entre 2002 y 2015, hacen una alianza con estos sectores conservadores y con el fascismo organizado, para derrocar a un gobierno que estaba garantizando derechos sociales mínimos.

En este caldo entra el partido informal más antiguo y organizado de Brasil, compuesto por militares de alto rango, con su proyecto de reorganizar el país en un modelo de desarrollo explotador y expansionista asociado al agronegocio.

La cara más militante en este contexto fue la de los sectores populares conservadores estimulados por las iglesias neopentecostales y por amplios sectores de las clases medias y altas conservadoras e históricamente privilegiadas.

En el escenario actual, siempre hay que considerar la consolidación de este movimiento que tiene como dato indirecto la expresiva votación de Bolsonaro en 2022 con casi el 50% de los votos válidos, a pesar de todo el desgaste causado por su manejo de la pandemia y de la crisis económica que siguió a los tiempos de la peste.

ALB.- Se anunciaba en noviembre que el Bolsonarismo iba a dar guerra. El resultado electoral ajustado propiciaba este escenario. ¿Como se desarrollaron los hechos desde las elecciones hasta el 8 de enero?

Estos sectores articulados de la extrema derecha se han caracterizado en los últimos cuatro años por un constante tono golpista. Tanto las declaraciones de Hamilton Mourão (general de reserva, vicepresidente y miembro de la fracasada y violenta fuerza de paz de la ONU – MINHUSTAH – en Haití) sobre la posibilidad de un autogolpe, la injerencia política de Villas-Boas (ex comandante del Ejército brasileño entre 2015 y 2019 y muy influyente en los círculos militares) y sobre todo el tono golpista de todos los discursos oficiales de Bolsonaro el 7 de septiembre, desfile militar conmemorativo de la independencia de Brasil de Portugal.

La diferencia desde el día de la derrota de Bolsonaro fue su silencio. La prensa brasileña ha comprobado que realmente no creía en la posibilidad de una derrota de Lula, aunque siempre ha intentado crear justificaciones para un golpe en caso de derrota -como anteriormente alegando la ineficacia e inseguridad del sistema de urnas electrónicas. Todos esperábamos una reacción más inmediata e inflamada de la extrema derecha, proveniente tanto de las altas esferas del ejército como de la burocracia estatal y de los sectores populares organizados. Otra constatación es que, muy probablemente, Bolsonaro estaba articulando a todos estos partidarios para la trama golpista.

En enero, asistimos a la tragedia anunciada de la intentona golpista, con una ya esperada lenidad de los sectores militares nacionales y estatales (la gendarmería brasileña), la articulación del Gabinete de Seguridad Institucional por Augusto Heleno (ex jefe de la GSI, general de reserva, articulador político de Bolsonaro y comandante de la MINUSTAH) para permitir la entrada de las masas bolsonaristas al Palacio del Planalto y la financiación de las caravanas de militantes neofascistas a Brasilia por parte del agronegocio.

ALB.- ¿Qué apoyos y composición social tiene la ultraderecha brasileña? ¿Qué sectores tiene?

Hay infinidad de grupos, desde los sectores más antiguos y clásicos de la derecha brasileña -como los terratenientes del agronegocio y los militares- hasta sectores populares y más nuevos -como el neopentecostalismo cristiano de matriz ultraconservadora o el movimiento de la derecha de clase media. Ciertamente será necesario un estudio social riguroso para comprender mejor las divisiones internas de este fenómeno; lo que hacemos como análisis militante es algo que aún carece de muchos más aportes. Sin embargo, podemos afirmar que la unión de estos sectores en un proyecto capitalista, ultraliberal, conservador y anti-izquierdista caracteriza el momento que vivimos.

ALB.- Con Bolsonaro fuera de Brasil, ¿quién está liderando estos sectores? 

Las noticias que tenemos es que Bolsonaro ha reagrupado a varios de sus ideólogos y articuladores políticos en torno a su casa y ya ha celebrado una “reunión conservadora” en su nuevo búnker. Los movimientos formados y estimulados durante los últimos años se mantienen activos, aunque con cierto nivel de reflujo tras las investigaciones y detenciones de sus líderes y financiadores, sin embargo, mantienen movilizaciones y crean constantemente contenidos en redes sociales y grupos en aplicaciones de mensajería de texto como WhatsApp y Telegram.

Noticias recientes han informado incluso de que [Bolsonaro] acudirá a un acto conservador en la Conferencia de Acción Política Conservadora de Washington, en la que estará presente Donald Trump.

ALB.- Desde la lejanía nos da la impresión de que el golpe ha fracasado porque no hubo ningún general del ejército o el tribunal supremo que se pusiera en la cabeza del movimiento sedicioso. Eso marca la diferencia con otros casos. ¿Piensan que la ultraderecha ha hecho mal sus cálculos?

El plan de los militares siempre ha sido muy explícito e incluso se revela en un documento oficial del ejército llamado Projeto de Nação (Proyecto de Nación).

ALB.- ¿Cuál ha sido el rol del movimiento anarquista brasileño?

El movimiento anarquista brasileño ha construido una comunicación y acción directa con los movimientos sociales en la lucha por la tierra, el territorio y la protección de los conocimientos y formas de vida de los pueblos originarios, así como con los movimientos urbanos en la lucha por la vivienda y el trabajo decente. Tenemos estas articulaciones como referencia y buscamos unir fuerzas para fortalecer el poder popular y las iniciativas de autogestión y apoyo mutuo. Un ejemplo reciente es el trabajo del CAC en la 7ª Jornada Agroecológica de Bahía, organizada por la Teia dos Povos (Red de los Pueblos), donde nos comprometimos a dar continuidad al Terreiro Lúdico, un espacio para el cuidado y la formación política de los niños presentes en la jornada. Allí, conseguimos construir una colectivización del cuidado de los niños y el ejercicio de una educación libertaria.

Además de eso, buscamos promover la acción directa contra los ataques del Estado a las clases oprimidas. El año pasado, construimos la Campaña de Lucha contra el Hambre con el objetivo de pensar alternativas a este problema construidas por el pueblo, de esta forma, reunimos movimientos sociales, grupos y colectivos populares en la tarea de organizar huertas y comedores comunitarios, distribución de alimentos y canastas alimentarias, así como actos en las calles por la dignidad alimentaria y en protesta y lucha contra el hambre como proyecto político de las clases dominantes.

ALB.- Cambiando de tema, ¿tiene capacidad el anarquismo de llegar a las clases populares en Brasil?

Sí, no creemos que sea posible ejercer nuestra acción política si no es en conjunción con las clases populares. Entendemos que es un largo camino desmitificar lo que significa el anarquismo y también canalizar la energía de la revuelta popular hacia una esfera fuera de la política institucional, en el sentido de demostrar otros caminos que los de la democracia liberal burguesa. Desgraciadamente, muchos ambientes de lucha siguen dominados por partidos políticos cuyo principal objetivo es ganar votos y apropiarse de la lucha del pueblo autoorganizado. Así, hay muchas disputas por espacio con estas entidades, sin embargo, creemos que es posible plantar nuestras semillas y sumar con el pueblo, pueblo que ya sabe cómo organizar y llevar a cabo la lucha y no necesita de la orientación de los partidos políticos para hacerlo.

Les deseamos mucha suerte y acierto 




Fuente: Alasbarricadas.org