June 21, 2022
De parte de Acrata Libertario
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Parte I: las matemáticas y la estadística, la geografía y lo que hay detrás de cortinas: ¿Quién gana y quien pierde?

Desprendiéndome de mis sentires libertarios temporalmente para hacer un breve ajuste matemático, quiero apuntar algunos elementos clave para entender las dos Colombias que se encuentran cada vez más polarizadas y en confrontación política, como no, asumiendo el juego de calculadoras que define ya una posición en el gobierno nacional

Por un lado, Petro gana no con mucha diferencia, y solamente tras haber tranzado lo suficiente (especialmente con el santismo) para garantizar número a costa de negociación, lo cual es entendible pero no por ello positivo. Sin lugar a duda, ese “santismo” que es como se llama a una burguesía principalmente chachaca, bancaria e industrial (la de la Ani y que apoyó el proceso de paz desde el comienzo, además, aliada de los gringos y la corriente “verde” internacional) es la gran ganadora de estas elecciones (si, más que lxs nadie): tendrán la mitad de ministerios (los más estratégicos) y un peso fuerte dentro del mismo pacto histórico, formando desde ya caballos de troya en vísperas de las elecciones del siguiente año y dentro de 4 años (Roy, Benedetti, Quintero, etc.); en contravía, “pierde” la burguesía terrateniente, comerciante y ganadera más territorializada, producto de la capacidad pérdida que tuvo como proyecto de país dadas sus diferencias intestinas y la indignación que ya no podían tapar a punta de plomo y paracos.

La costa atlántica, sin lugar a duda, es muestra de lo anterior: el papel de los clanes y hasta parapolíticos fue clave en la victoria del Pacto, y demuestra un cambio de rumbo en esa región. Esto no quiere decir que se minimiza o deja por lo bajo el papel de los movimientos sociales y las oprimidas, sino que pone de relieve el papel que aun manejan las maquinarias desde lo local y como estas poco entienden de principios ideológicos y más de la antigua ciencia de buscar el árbol que mejor sombra dé. Más sin embargo, el suroccidente del país si muestra una victoria mucho más limpia, a punta de movilización y protesta, con votaciones por encima del 70% en la linda zona rebelde que circunda el macizo colombiano. Incluso Antioquia fue un terreno en disputa: que solamente un 63% haya votado por Rodolfo da para pensar, mientras que votaciones en Cauca, Nariño y Putumayo fueron favorables a Petro con 80%. Bogotá, distrito de la resistencia, como siempre dando cara en medio del centro Oriente colombiano, aun godo y gamonal, además con mucho vendido en Boyacá, Cundinamarca y Tolima. Caso de especial mención desde mí: la isla que representa la sabana de occidente y norte en medio de un departamento aun muy tradicional, como no, explicado por el estallido social y el trabajo de base de ya casi décadas en estos municipios.

Dejando de lado las hermosas matemáticas, toca contrastarlas eso si con la historia de esta victoria: el segundo ganador es el proyecto socialdemócrata que nació el 19 de abril de 1970. Ya casi una docena de libros me he comido del M19 y se puede asegurar, sin miedo a equivocaciones, que si hay alguien en la actualidad que representa el proyecto de Fayad, Ospina, Bateman y Pizarro es Petro, si, porque contrario a los compis universitarios radicalizados que en el eme quieren ver un proyecto revolucionario más allá del marxismo, del bien y el mal, la verdad es que fue un proyecto del reformismo en armas (nacido en el seno de anapo incluso más que de las urbanos de las farc, para ello basta leerse «oiga hermano» y ver como el flaco decía que la burguesía debía apoyar al eme, dado que su programa les era favorable) que heredó sus banderas desde el 91 a una sigla tras otra hasta materializarse en la Colombia humana, y no tiene ser nada vergonzante sino que fue una apuesta que luego de 50 años encuentra su segunda victoria dentro de su propia agenda (luego de la constituyente). Si bien el rastro más continuo se puede encontrar en ello, esa victoria también debe ser analizada en perspectivas de la historia reciente y el corto plazo: se suma Francia Márquez con todo un movimiento social que representa a ella (y no al revés), principalmente feminista, comunitario y ambiental, y si hay que sumarle más que victorias, son golpes contundentes al uribismo y al rodolfismo: parte de la victoria hay que dársela a Noticias Uno, Daniel Coronel y Miguel Ángel del Rio (entre otros abogados y periodistas), quienes sacaron escándalos, dieron golpes de opinión y sobre todo frenaron las maquinarias; golpes estratégicos como el dado a los Char con el tema de Aida y lupa en las casas electorales, la liberación de la fiesta en el yate, el caso vitalogic y la presión que ejercieron para que los verdes no se fueron de lleno con Rodolfo fueron claves, eso sí, papayasos que no se hubieran podido aprovechar con el fuerte y solidario apoyo que dieron el mismo Rodolfo y Duque.

Por otro lado, la burguesía como siembre juega a empatar o ganar, nunca a perder: el discurso de perdón y acuerdo nacional si bien implica una derrota coyuntural del uribismo, también implica garantías precisamente para no asumir una derrota que lleve a una real justicia o permita que la izquierda pase del gobierno al poder en el mediano plazo, lo que puede llevar a un empate político que permite la firma del pacto social por la pax, que tendrá sus límites y en algún momento estallaran (de lo que hablaré en la parte de 2 de estos apuntes). Sin embargo, si hay dos derrotados claros a nivel político-electoral: cambio radical, profundamente roto y sin maquinarias aceitadas, y cuya base electoral se irá al liberalismo (y con ello al “rodolfismo”) y que el siguiente año tendrá que concentrarse en no perder la costa en contra de las manos de Benedetti, y el sector más radical del uribismo, que ni siquiera perdió por falta de fuerza sino por versen encerrados por su propio partido: Mafe Cabal con la votación más alta de la derecha, no tiene capacidad directa de decisión en su propio partido, y Duque muestra una mala decisión de Uribe que las mismas barras bravas le quieren sacar a luz, una crisis de cuadros desaprovechados y perdidos los últimos 4 años que ahora quieren revertir lanzando a Miguel Uribe en ristre y que se quedará en la oposición, de al que ya saben sortear a nivel legislativo, pero sobre todo, las bases ultraderechistas ejercerán con mayor firmeza el paramilitarismo regional, del que paro armado de los urabeños fue a penas un simulacro.

Para la parte 2, quiero escribir sobre la posición del movimiento social que se debe tener frente al nuevo escenario, las tareas que nos quedan, y para la parte 3, una invitación precisamente a ello: al camello y a convertir la idea en acción, como no, para quienes nos late el corazón a ritmo libertario.




Fuente: Acratalibertario.wordpress.com