(Fragmento) Artículo completo en: FAI
– 28/02/2022
Hay todo un proceso de
cambio geopolítico en marcha y en él Occidente ya no tiene la
hegemonía. Ucrania no es más que un eslabón de todo ello.
Y lo es porque Rusia ha
dado una patada a lo grande al «orden basado en reglas» de
Occidente, ese que ahora reclama el derecho internacional que hizo
saltar por los aires en Yugoslavia en 1999, en Kosovo en 1999 y en
2008, en Irak en 2003, en Libia en 2011, en Siria en 2011 y así. En
la Conferencia Europea de Seguridad de Munich (18-20 de febrero)
todos los oradores occidentales, o sea, todos, utilizaron la
expresión «orden basado en reglas» aunque alguno más osado
introdujo la palabra «internacional». China se refirió a ello
aludiendo exclusivamente al derecho internacional.
Esto es lo que hay detrás
de todo, absolutamente de todo. No me hagáis caso a mí. Haced caso
al voceras de Ned
Price, portavoz del Departamento de Estado de EEUU: “Rusia y
la República Popular China también quieren un orden mundial. Pero
este es un orden que es y sería profundamente antiliberal”. Lo
dijo el mismo día de la patada rusa.
Negro sobre blanco, es
la confesión que nunca ha querido hacer EEUU y que ahora no tiene
más remedio que hacer. Y aquí está la cosa: hasta el miércoles
Occidente se aferraba a un «orden basado en reglas» que estaba
promovido por EEUU y apoyado de forma activa por sus fieles vasallos
de la UE y Gran Bretaña, con el inestimable apoyo de Australia,
Japón, Colombia, los países árabes del Golfo y algún otro.
Este «orden basado en
reglas» era muy simple: yo hago las reglas, tú las sigues; y me
reservo el derecho de cambiarlas cuando me plazca para asegurar mis
objetivos. El caso de Kosovo es el más evidente. La arrogancia y la
falta de lógica occidental son impresionantes, pero da igual.
Quienes se han quejado han sido aplastados (Libia, sobre todo), o se
les ha intentado aplastar como a Irán, Siria o Venezuela (que si han
resistido no ha sido solo por su tesón, sino por alguna ayuda
externa sobre todo de Rusia y China).
Desde Rusia y China (no
solo) se ha estado promoviendo un multilateralismo que ha sido
despreciado con arrogancia por Occidente. Así que si con la patada a
lo grande no recapacitan, y no lo están haciendo, mal va la cosa.
Muy mal. Sobre todo cuando Putin dice algo que debería poner los
pelos de punta a más de uno de ellos: “Quien intente
obstaculizarnos, y mucho menos crear amenazas para nuestro país y su
gente, debe saber que la respuesta rusa será inmediata y tendrá las
consecuencias que nunca han visto en la historia. Se han tomado todas
las decisiones pertinentes. Espero que me escuches».
Leo
que Biden está estudiando un plan para que EEUU haga ataques
cibernéticos masivos con la finalidad de interrumpir la
capacidad de Rusia para mantener sus operaciones militares en Ucrania
y que se basaría en interrumpir la conectividad a internet, cortar
la energía eléctrica y manipular los interruptores del ferrocarril
para obstaculizar la capacidad de reabastecer a sus fuerzas, entre
otras cosas.
No creo que sean tan
estúpidos, pero nunca se sabe cómo va a reaccionar una fiera
herida, y EEUU lo está. Y mucho. Y no solo por Ucrania, sino por su
constante declive político, social, militar, cultural y económico.
Los
datos de la decadencia del dólar son los defintivos.
La declaración conjunta
ruso-china del 4 de febrero es una apuesta firme por el derecho
internacional y la ONU. Rusia, con su patada, también se la ha dado
al derecho internacional actual. Solo con una retirada rápida esa
declaración se puede reforzar. Y eso es lo que no quiere Occidente,
por eso el alud de armas a Ucrania. Porque Occidente quiere seguir
imponiendo sus reglas al mundo, un mundo en rebelión a esas reglas y
no encabezada precisamente por alguien débil.
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Fuente: Arrezafe.blogspot.com