Con tanta disquisici贸n hecha en t茅rminos mayest谩ticos sobre ley, Estado, democracia y justicia, a Pablo Casado se le ha hecho un nudo en la cabeza. Para el debate del mi茅rcoles en el Congreso, pill贸 el diccionario de citas y copi贸 frases de Unamuno y Churchill, que es lo que har铆a cualquier estudiante con prisas y pocas ideas originales. “Me duele Espa帽a”, empez贸 diciendo, una sentencia sobre un momento dram谩tico de la historia del pa铆s que ya se suele emplear como chiste en tiempos contempor谩neos. Se enfrentaba a Pedro S谩nchez como l铆der de la oposici贸n, pero en realidad estaba mirando a Santiago Abascal, marc谩ndole de forma estrecha, esperando que el l铆der de Vox s贸lo pudiera alcanzarle en nivel de rencor y furia, pero no superarle.
La comparecencia de Pedro S谩nchez en el Congreso para hablar de los indultos a los presos del proc茅s y de la 煤ltima cumbre de la UE 鈥搉adie mencion贸 lo segundo, excepto el presidente鈥 s贸lo iba a ofrecer una reiteraci贸n de las argumentaciones escuchadas a los pol铆ticos en los 煤ltimos meses. Eso era previsible. El Parlamento es una c谩mara de resonancia de todo lo que se dice y hace fuera de ella. En el caso de Casado y Abascal, es el escenario de una competici贸n permanente entre ambos para ver qui茅n es m谩s espa帽ol, qui茅n defiende m谩s a Espa帽a, qui茅n es m谩s duro contra los enemigos de Espa帽a. El nacionalismo es un amante muy exigente.
El l铆der del PP incluso se meti贸 en el terreno que siempre ha controlado Abascal, la revisi贸n de la historia de la guerra civil y del franquismo con la intenci贸n de mostrar que la izquierda es ahora lo que fue en los a帽os 30, el mayor peligro para la naci贸n. “La Guerra Civil fue el enfrentamiento entre quienes quer铆an democracia sin ley y quienes quer铆an ley sin democracia”, dijo en su primera intervenci贸n, que llevaba escrita. Sostener que los franquistas buscaban la ley, aunque no democracia, mientras daban un golpe de Estado contra la legalidad constitucional de la 茅poca es algo m谩s que revisionismo. Pone en cuesti贸n lo que Casado aprendi贸 sobre la ley cuando estudiaba Derecho. Quiz谩 eso se deba a las asignaturas expr茅s que aprob贸 en el segundo centro universitario en el que curs贸 los estudios.
Casado habl贸 con desprecio del objetivo de concordia manifestado por S谩nchez para defender los indultos. Ya no es suficiente con acusarle de traidor, un lenguaje un tanto decimon贸nico en una democracia europea en el siglo XXI. En la pendiente en la que est谩 el PP, el presidente ha pasado a ser el l铆der de los independentistas: “Usted est谩 entregando Espa帽a a los nacionalistas”. En el mejor de los casos, es el c贸mplice que enga帽a a todos. “Act煤a de caballo de Troya de los que quieren destruir a Espa帽a”, dijo. Espa帽a siempre est谩 a punto de perecer en la mente de Casado. Lo raro es que haya durado tanto tiempo.
S谩nchez marc贸 los l铆mites de la negociaci贸n pol铆tica que mantendr谩 con la Generalitat en los pr贸ximos meses. “Se帽or铆as, no habr谩 refer茅ndum de autodeterminaci贸n”, excepto si los independentistas convencen a tres quintas partes del Congreso para una reforma constitucional que lo permita. “Ya les digo yo que el PSOE nunca jam谩s aceptar谩 ese tipo de derivadas”. No le fue de mucha ayuda que Gabriel Rufi谩n se lo tomara luego a broma. “Tambi茅n dijo que nunca habr铆a indultos, as铆 que denos tiempo”. Los esca帽os de la derecha lo celebraron alborozados. Los medios de derechas se apresuraron a sacar el v铆deo. Casado lo utiliz贸 encantado en su r茅plica.
No es inusual que los pol铆ticos tengan expectativas demasiado altas sobre su capacidad para obtener lo que quieren. In茅s Arrimadas lleg贸 a definir a su partido como “la kryptonita del nacionalismo”. Lo que quede de Ciudadanos, en cualquier caso.
Casado no cay贸 en la trampa de Vox de anunciar una moci贸n de censura condenada a ser derrotada por 190 votos. No podr铆a seguir afirmando que la soberan铆a nacional est谩 en el Parlamento y al mismo tiempo que 茅l representa a todos los espa帽oles o al menos a “los espa帽oles de bien”, que resultan ser los que votan a su partido. Abascal dio a entender que Vox no presentar谩 una segunda moci贸n para ocupar los titulares. “No le estamos metiendo prisa. S贸lo le estamos brindando el apoyo”, dijo.
Arrimadas tambi茅n lo prometi贸, empe帽ada en recuperar algo de la relevancia que Ciudadanos ha perdido a causa de su fracaso en las elecciones de Madrid. Las veleidades de crear un espacio pol铆tico centrista han tocado a su fin. El partido ha aceptado su condici贸n de peque帽o sat茅lite de la derecha para conjurar el peligro muy real de la desaparici贸n.
En su r茅plica, S谩nchez pas贸 revista a todos las decisiones pol铆ticas ilegales que tomaron los independentistas desde los tiempos del Govern de Artur M谩s. A cada hito, continuaba diciendo que en ese momento “gobernaba el Partido Popular”. Es un hecho que los a帽os del Gobierno del PP con Mariano Rajoy fueron aquellos en que los independentistas lograron concitar el apoyo de la mitad de los catalanes. Ofreci贸 su receta de di谩logo para solucionar el conflicto catal谩n sin dar muchos detalles porque tampoco existen. El camino de las negociaciones con la Generalitat ser谩 algo que se ir谩 construyendo y que podr铆a quebrarse en cualquier momento.
Por eso, S谩nchez prefiri贸 sacudir y utiliz贸 para ello la red de espionaje pol铆tico que se cre贸 en el Ministerio de Interior de Jorge Fern谩ndez D铆az, “una infame polic铆a patri贸tica que a la vez que encubr铆a sus propios delitos fabricaba otros contra sus adversarios pol铆ticos”. Y se carcaje贸 del descenso del apoyo electoral del PP en Catalunya para preguntarse c贸mo puede Casado “hablar en nombre de los constitucionalistas catalanes cuando no le votan”.
El l铆der del PP puede hacer eso y mucho m谩s. Incluso utilizar la primera persona del plural para referirse a una 茅poca en la que 茅l no vivi贸 y ni siquiera exist铆a su partido. Al final, ya con la vena hinchada en el cuello a punto de estallar, dijo que los diputados socialistas “hace noventa a帽os nos amenazaban desde esta bancada”. Casado se subi贸 a la m谩quina del tiempo y aterriz贸 en el Congreso de 1936 para ser testigo de los ataques que recibieron los suyos, sean los que sean.
Quiz谩 en un pr贸ximo debate parlamentario Casado nos cuente qu茅 hizo el 18 de julio de 1936.
Fuente: Eldiario.es
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