Me escandaliza verificar el desconocimiento existente sobre la fulgurante y efímera trayectoria de Jean Vigo, cineasta y de reconocida conexión anarquista de Jean Vigo (1904-1935) provenía directamente de su padre, Eugène-Bonaventure de Vigo, periodista y militante de origen catalán según unas fuentes, ítalo-francés según otros. Fue ampliamente conocido en los medios libertarios de su época con el sobrenombre de Miguel Almereyda (anagrama de «y a de la merde»), director del periódico “Le Bonnet Rouge”. Su trayectoria militante se inscribe en el capítulo que Jean Maitron describe como de “dispersión de las tenencias”, y se adscribió especialmente en la Liga Antimilitarista cuya divisa era “Pas un homme, pas un centime pour le militarisme¡”.
También fue uno de los principales organizadores del Congreso antimilitarista de Ámsterdam. Almereyda también fue de los portavoces de la corriente anarquista integrada en el partido socialista sin renunciar a sus criterios propios, lo que llevó una y otra vez a la prisión, y finalmente a un suicidio que no se creyó nadie. El biógrafo de Vigo lo sitúa en una evolución cada vez más reformista en el área de Jean Jaurés (pacifista radical que fue el primer muerto de la “Gran Guerra”), y al decir de Porton, llegó a compartir la actitud “pro-guerra” de otros anarquistas como Kropotkin y Jean Grave.
En el retrato cinematográfico que le dedicó Julien Temple, Vigo. Historia de una pasión (Burning Up,Francia-GB-España, 1999), el papel de Almereyda le correspondió al actor sevillano Adolfo Fernández. Se trata de una evocación silenciosa ya que esta aparición tiene lugar a través de los sueños de Jean, como un “fantasma que domina su vida”, de una conexión que al parecer de Temple resulta determinante ya que este “Vivió atormentado por el asesinato de su padre. No podía olvidarlo, y su inicio en el cine responde a una inquietud política. Tan sólo en los últimos años, al realizar L´ Atalante, aceptó su pasado y se inspiró en su propio existencia para hacer una película sobre su vida”. ¿Asesinato o suicidio?, todo indica que se trató de un suicidio inducido por una situación que acabó resultando insoportable para el veterano anarquista. Para ello utilizó los cordones de los zapatos que su hijo le había regalado unos días antes…Otra película sobre Vigo, un film colectivo Á propos de Nice, la suite (Francia, 1995) en el que tomaron parte Raoul Ruiz. Costa-Gravas, Catherine Breillat, Abbas Kierostami, Calire de Nis, y el portugués Manoel de Oliveiras que entrevista a Luce, la hija de Vigo que dirá: “Me gustaría decir algo que siempre me ha preocupado. Encuentro injusto haber sido objeto de prejuicios favorables por ser la hija de Jean Vigo, mientras que Vigo fue objeto de prejuicios desfavorables porque era el hijo de Almereyda, un anarquista muerto en prisión”.
Pero el hecho primordial es que Jean Vigo, fue la gran víctima del “suicidio” de su padre, hasta se sintió obligado a adoptar el nombre de Jean Sales, y dedicó parte de su juventud a limpiar esta maldición, un traume que concluirá con un proceso de reafirmación manifiesto. Entre 1918 y 1922, Jean fue alumno en un internado de Millau, experiencia en la que se basó para su película Cero en conducta. Se entiende que fueron las malas condiciones de vida del internado la que llevaron a contraer la tuberculosis tempranamente, por lo que se instaló en Niza, donde fue ayudante en un estudio fotográfico.
Cinéfilo empedernido, toma parte muy activa del cineclub de Niza, lo que le procuró contacto con experimentadores cinematográficos de todo el mundo. En 1929 se compró una cámara Debrie que probaba por todas partes. Por este tiempo, invitó a Boris Kaufman (hermano de Dziga Vertov) para trabajar con él y realizaron la obra: “Sobre Niza” (À Propos de Nice -1930). En este corto mudo, Kaufman filmaba y Vigo dirigía. Con frecuencia Vigo llevaba a Kaufman a pasear en silla de ruedas con una cámara entre las piernas y tapada por una manta (la silla de ruedas pasaba desapercibida en una ciudad como Niza), calificada por él mismo como «punto de vista documentado», en realidad se trataba de una requisitoria contra la sociedad burguesa. Así eran capaces de filmar a las personas sin que se diesen cuenta, que era lo que ambos buscaban porque eran partidarios de la teoríakino-pravda (cine-verdad), lo que le liga con el cine “bolchevique” más experimental.
Su breve filmografía se limita a “Zero en conduite” es su primer largo y relata el conflicto entre estudiantes y profesores en un internado. El film fue censurado por considerarlo sedicioso. Luego realizó la historia de amor “L´ Atalante”. A pesar de su corta vida, Jean Vigo está considerado uno de los mejores cineastas de su tiempo.
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Fuente: Grupotortuga.com