June 3, 2021
De parte de Arrezafe
350 puntos de vista

Brutal agresión de
militares y colonos 

a un palestino – 3 junio 2021

 

Rebelión
– 24/05/2021

El Sionismo, nacido en
Europa bajo el lema de “Una Patria para el pueblo judío”, se
convirtió en una orientación de corte fascista, xenófoba y
responsable de verdaderos crímenes contra la humanidad. La mayoría
de ellos están tipificados en las normas internacionales, incluso en
las que pretenden frenar acciones brutales en medio de una guerra
entre Estados, aunque no es el caso concreto de nuestros días,
porque a Palestina se le niega su existencia como Estado y no tiene
ejército, ni refugios antiaéreos.

Una aclaración
importante: la condena al sionismo y su gobierno en Israel, aunque
éste tenga apoyo mayoritario de la población que se identifica como
judío, tal como Hitler tuvo apoyo en su país en un momento de su
historia, no involucra ni puede involucrar un rechazo a todos los
integrantes de la cultura hebrea ni a todos los que responden al
judaísmo como religión. Se podría poner por ejemplo a la Red
Internacional de Judíos Antisionistas que sostienen que son: “una
red internacional de judíos incondicionalmente comprometidos con las
luchas de emancipación humana, de las cuales la liberación de los
habitantes de Palestina y de su tierra es una parte primordial.
Nuestro compromiso es el desmantelamiento del apartheid israelí, el
retorno de los refugiados palestinos, y el fin de la colonización
israelí de la Palestina histórica”[1].

Crímenes
de odio y racismo

Si se lee frases de
prominentes sionistas, se encuentran muchas que desconocen la
condición de seres humanos para árabes y particularmente
palestinos. Un solo ejemplo de uno de los gobernantes israelíes,
Menahim Begin,que en el parlamento dirá que: «Los Palestinos son
bestias sobre dos patas.»[2]

Ese trato es un crimen de
odio permanentemente expresado. Hoy se manifiesta en las camisetas
del Movimiento Juvenil Sionista EZRA pidiendo “Quemar a los
árabes”[3], así como en los cánticos por matar a los árabes que
gritan en Jerusalem los sionistas.

Discriminación

La discriminación contra
los palestinos es practicada por el gobierno de Israel todo el
tiempo. Esto, incluyendo a los que viven dentro de territorio israelí
y tienen formalmente esa nacionalidad. Según Amnistía Internacional
(2021), “Israel seguía discriminando a los ciudadanos y ciudadanas
palestinos de Israel en materia de urbanismo, asignaciones
presupuestarias, control policial y participación política. Según
el Centro Jurídico para los Derechos de la Minoría Árabe en Israel
Adalah, Israel mantenía más de 65 leyes que discriminaban a la
población palestina”[4].

En la decimotercera Ley
Básica israelí (de un país sin Constitución), aprobada en 2018,
se entrega una licencia a la discriminación. En ella se define al
hebreo como el idioma oficial, rebajando el árabe y al yidish
(hablado por un sector de judíos ortodoxos) a un estatus especial y
define a Israel como «el hogar nacional del pueblo judío», es
decir de una sola nacionalidad, excluyendo a cualquier otra.

Apartheid

El apartheid es una
organización social territorial nacida en Sudáfrica y contra la que
lucharon por mucho tiempo, contando con líderes como Nelson Mandela.
Se trata de la segregación étnica y “racial” en pequeños
territorios empobrecidos y separados entre sí, que dependen del
Estado colonizador y cuya población ve negados todos sus derechos.

Esto es lo que hoy se
vive en Israel, los Territorios Ocupados y Palestina. Si se mira los
mapas históricos, se observa como cada vez los palestinos tienen
menos tierra, aislada, bajo control de Israel. Un buen ejercicio es
imaginar ese proceso en cada uno de nuestros países y cuál sería
nuestra reacción ante semejante agresión sistemática. Para ir de
un territorio palestino a otro, deben pasar, si les permiten, por
varios controles militares. Eso incluso las ambulancias,
imposibilitando muchas veces atención de emergencia.

Muchos organismos de DDHH
han denunciado este Apartheid. El Centro Israelí de Información
sobre Derechos Humanos es uno de ellos, que resalta cuatro políticas
colonizadoras, basadas en el divide, separa, decide y gobierna:
normas que permiten migración solo a los judíos; apropiación de
tierra para los judíos, aumentando la sobrepoblación en los
enclaves en los que se encierra a los palestinos; restricción de la
libertad de movilización a los palestinos; negación del derecho
político de participación[5].

Hay que considerar
también el muro de separación, planificado para 626 kilómetros
según fuentes oficiales, dejando aislada la Rivera Occidental. Esta
es una de las medidas para tener a los palestinos encerrados en una
inmensa cárcel a cielo abierto.

Limpieza
étnica

Este crimen de lesa
humanidad busca «limpiar» a un territorio de habitantes de otro
grupo étnico, nacional o religioso, para lograr la monoculturalidad
y “pureza”. Se trata de una eliminación sistemática o la
expulsión forzada de una población, negándole sus derechos
humanos.

En esa dirección, los
sionistas no dudan en proponerse e impulsar este crimen: «Debemos
utilizar el terror, el asesinato, la intimidación, la confiscación
de tierras y el corte de todos los servicios sociales para expulsar
de Galilea a su población Árabe.» (Israel Koenig, «The Koenig
Memorandum»).

También hay que
considerar que incluso personas con abuelos judíos pueden pedir la
nacionalidad israelí, ir allá y seguramente ser alentado a vivir en
uno de los asentamientos ilegales con los que siguen quitando la
tierra a Palestina, pero la misma Ley de Retorno excluye a todo
palestino de la posibilidad de regresar a su tierra.

La destrucción de
viviendas y de servicios básicos, como la realizada por los
bombardeos de Israel en este mes, implican que miles deben buscar
refugio, salir de allí. Solo en el año pasado, según la Oficina de
Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH) de la ONU, Israel
demolió 848 estructuras residenciales y dedicadas al sustento
palestinas en la Cisjordania ocupada, incluida Jerusalén Oriental,
desplazando a 996 personas.

Hoy la violencia inició
con la política de expulsar a familias árabes de sus viviendas en
un histórico barrio de Jerusalén para darlas a judíos, rodeando y
aislando el tercer templo de importancia para el Islam. La matanza en
Gaza ha tenido esas características en este mes, sin tener una
evaluación final de cuánto se dañó en infraestructura y
edificios. La masacre de familias enteras no es casual, está
aprobada por autoridades civiles y militares, haciendo de éste,
nuevamente, un crimen sistemático.

Hoy la mayoría de
quienes se reconocen palestinos vive en refugios. La historia
demuestra que allí tampoco han tenido la seguridad que debe ser
garantizada en su condición, ni condiciones dignas de existencia. Los que se encuentran fuera del territorio son impedidos de retornar y
rehacer sus vidas.

Territorios
ocupados

La ocupación significa
someter a un territorio y sus habitantes a las determinaciones de un
ejército extranjero. La ilegalidad de la ocupación israelí, desde
1967, abarca los territorios palestinos de Cisjordania (incluida
Jerusalén Este) y la Franja de Gaza; las alturas del Golán de
Siria; y, hasta 1982, en la Península del Sinaí de Egipto. La Corte
Internacional de Justicia y la Asamblea General de las Naciones
Unidas catalogan por ello a Israel como «Potencia Ocupante».

Se mantiene el ilegal
bloqueo aéreo, marítimo y terrestre israelí sobre la Franja de
Gaza y otros territorios. Incluye el control de la entrada y salida
de personas y bienes, impidiendo, en múltiples ocasiones, el ingreso
de ayuda humanitaria, materiales de construcción y combustibles
(HRW, 2021)[6].Hoy mismo, tras la tregua pactada, la falta de
medicinas es un problema fundamental.

La “anexión” de
nuevos territorios mediante “asentamientos” es igualmente
señalada por parte de la ONU, la Unión Europea y otros como
contraria a la legislación internacional. Una vez más hay que
denunciar la hipocresía de Estados Unidos, que con Trump pretendió
el reconocimiento de estos territorios, así como imponer que Jerusalén es la capital de Israel.

Nuevamente, no siempre
niegan este proceder. Moshe Dayán, famoso jefe militar israelí lo
dirá en estos términos: «Las villas judías están construidas en
el lugar de las villas Árabes. Ustedes no saben incluso el nombre de
estas villas Árabes… No hay un sólo lugar construido en este país
en el que no hubiera previamente una población Árabe.»[7]. Esto
además desmantela la ficción de que se trató de asentamiento de “un pueblo sin territorio dentro de un territorio sin pueblo”.

En muchos casos,
promueven abiertamente el despojo territorial. «Es un deber de los
líderes Israelíes explicar a la opinión pública, claramente y con
coraje, un cierto número de hechos que se olvidan con el tiempo. El
primero de ellos es que no hay sionismo, colonización o Estado Judío
sin el desahucio de los Árabes y la expropiación de sus tierras.»
(Yoram Bar Porath, Yediot Aahronot, 14 de julio de 1972).

El reconocimiento de lo
que hacen viene de otro líder histórico judío, David Ben-Gurion:
«Si yo fuera un líder Árabe nunca haría la paz con Israel. Es
natural: hemos ocupado su tierra.» (citado en The Jewish Paradox,
por Nahum Goldmann, Weidenfel y Nicolson, 1978, p.99).

Homicidio
ilegítimo y excesivo uso de la fuerza

Estos crímenes son
frecuentes y ya vimos que están ligados a lograr que la gente huya.
Hay asesinatos selectivos a dirigentes políticos y muchas veces a
sus familias, a manifestantes contra los que se usa armas de fuego de
manera intensiva, prisiones arbitrarias y también ataque a las
formas de vida. Para el año anterior, Amnistía Internacional recoge
que “Las fuerzas israelíes abrieron fuego a menudo contra
pescadores y agricultores en Gaza; según el Centro Al Mezan para los
Derechos Humanos, resultaron heridos 12 pescadores y 5 agricultores”.
Nuevamente, en mayo de 2021 se ha denunciado esta misma agresión
contra civiles y el derecho a la alimentación del pueblo.

Tortura
y prisiones arbitrarias

Los organismos de derechos
humanos señalan que los malos tratos y torturas se realizan con
total impunidad. Para el año pasado no existía una contabilidad,
pero se estimaba en miles de presos detenidos arbitrariamente. Las
autoridades israelíes realizaron cientos de operaciones en toda
Cisjordania para detener a palestinos, por lo general en sus
viviendas y por la noche. Las personas detenidas eran recluidas en
prisiones de Israel, junto con miles de palestinos más de los
Territorios Palestinos Ocupados (TPO) detenidos en años anteriores,
lo que constituía una violación del derecho internacional
humanitario, que prohíbe el traslado de detenidos al territorio de
la potencia ocupante (Amnistía Internacional, 2021).

Muchas veces, las
víctimas son niños y niñas. Son arrestados continuamente,
sometidos a inspecciones en las calles. En octubre de 2020, según
Defensa de Niñas y Niños Internacional, Israel tenía a 157
palestinos menores de edad en prisión, dos de ellos sometidos a
detención administrativa. Eran interrogados sin la presencia de sus
padres y permanecían recluidos junto con adultos. El tiempo de
prisión es indefinido.

Castigos
colectivos

El control de servicios y
derechos básicos permite a la potencia ocupante realizar castigos
colectivos, que han sido denunciados en diversos momentos de la
historia de la ocupación. Corta el agua, la electricidad o
simplemente impedir el libre tránsito, impedir el ingreso de
productos necesarios para la población, son medidas habituales.

Un piloto militar
israelí, identificado únicamente por la inicial de su nombre, D,
durante una entrevista con el canal de televisión israelí, Channel
12, reveló que el derribo de los edificios altos en la Franja de
Gaza se produjo “como desahogo” “por la frustración generada a
raíz de los golpes que los grupos (de resistencia) en Gaza nos
estaban asestando”[8]. Muchos de esos edificios, eran viviendas de
familias enteras que hoy no tienen nada.

Castigar a toda una
población o familiares por lo que se acusa a un grupo a un
individuo, es también considerado un crimen de guerra. Nuevamente,
aquí los sionistas y los nazis se parecen.

Ataques
a los defensores de derechos humanos

Hace poco, la Federación
Internacional de Derechos Humanos denunció los métodos usados por
el gobierno sionista: “Calumnias, campañas para disuadir a los
donantes, un arsenal legislativo restrictivo, obstáculos judiciales…
Hace 20 años que se multiplican las maniobras de desprestigio y de
acoso orquestadas por el gobierno israelí contra las ONG y las
personas defensoras de los derechos humanos de Israel, el Golán y
Palestina”[9].

Dos expertos de la ONU en
Derechos Humanos explicaron “que la condena de Israel el pasado 6 de
enero a Issa Amro, un defensor palestino de las garantías
fundamentales y fundador de un grupo con sede en Hebrón que se opone
a la expansión de los asentamientos mediante la resistencia civil no
violenta, ‘forma parte de un patrón claro y sistemático de
detención, acoso judicial e intimidación’ en ese país”[10].

Que se trate de un patrón
sistemático demuestra que se trata de un crimen de Estado y no de
acciones aisladas. Y se niega así la protección a los defensores de
derechos humanos a la que los Estados realmente democráticos se
comprometen. Israel además continúa negando la entrada en los TPO a
organismos de derechos humanos, incluido el relator especial de la
ONU sobre los derechos humanos en los TPO.

Ataque
al ejercicio del periodismo

El 15 de mayo tres
misiles pesados de origen israelí destruyen el edificio de
departamentos y oficinas, en el cual estaban las oficinas agencia
estadounidense AP y Al-Jazeera, más otras entidades de prensa. Aunque
se llamó para que salga la gente, no se permitió el tiempo para que
la gente y los periodistas rescaten la mayoría de sus materiales.

Sin ofrecer pruebas hasta
hoy, se dijo que allí estaban objetivos militares de Hamás. Eso es
desmentido por los periodistas que por muchos años usaban ese
edificio y dejaron ver que con ello el mundo tendría menos
información sobre la realidad en Gaza, callando la destrucción y
muerte que el sionismo genera.

Violación
del derecho a la salud

Las restricciones de
Israel a la libertad de circulación siguieron dificultando el acceso
de la población palestina a la atención sanitaria, con el
consiguiente aumento del riesgo para las personas vulnerables durante
la pandemia de COVID-19.

Sea castigo colectivo o
no, se ha denunciado la enorme distancia entre proveer de vacunas
para la COVID-19 a la población israelí y negarla para los
palestinos. Incluso, con los bombardeos a precisión destruyeron el
único centro de detección de la pandemia que existía en Gaza. En
otros momentos, se han destruido incluso escuelas.

La
necesidad de un juicio a los ocupantes y sus crímenes

Así como se realizó un
Juicio de Núremberg, para juzgar los crímenes de guerra de los
nazis, algún día deberá realizarse otro para poner ante la
justicia a gobernantes sionistas y jefes militares de Israel. Se
puede decir que para ello está la Corte Penal Internacional, lo cual
es cierto de manera que ese podría ser el escenario adecuado, pero
las acciones de Israel y Estados Unidos contra las capacidades
reconocidas a esa Corte y su independencia, son ataques que
dificultan su accionar.

La legislación
internacional sobre derechos humanos y contra los crímenes de lesa
humanidad y los de guerra, de be aplicarse sin que, sobre todo,
Estados Unidos se convierta en una barrera que impida la justicia. La
humanidad requiere la verdad, la aplicación de normas fundamentales
de convivencia y el reconocimiento a los derechos palestinos y la
existencia de su Estado.

Referencias

[1] Red Internacional de
Judíos Antisionistas: Carta Abierta al Mundo.
https://piensachile.com/2009/01/27/red-internacional-de-judasos-antisionistas-carta-abierta-al-mundo/

[2] Begin,
Menahim. Discurso al Parlamento, citado en Amnon Kapeliouk, «Begin y
las ‘Bestias’», New Statesman, 25 de Junio de 1982.

[3] SOTT, 2013. ‘Quemar Árabes’, es el nuevo slogan del Movimiento Juvenil Sionista EZRA.
En :
https://es.sott.net/article/21185-Quemar-Arabes-es-el-nuevo-slogan-del-Movimiento-Juvenil-Sionista-EZRA

[4] Amnistía
Internacional (2021). Informe 2020-2021. La situación de los
Derechos humanos en el mundo. Reino Unido.

[5] Centro Israelí de
Información sobre Derechos Humanos (2021). A regime of Jewish
supremacy from the Jordan River to the Mediterranean Sea: This is
apartheid
. En:
https://www.btselem.org/publications/fulltext/202101_this_is_apartheid

[6] HRW (2021). World
Report 2021
. Human Rigths Watch. New York.

[7] Dayan,Moshe
(1969). Comunicado a Technion, Haifa, citado en Haaretz, el 4 de Abril
de 1969.

[8] Agencia Anadolú
(2021). Piloto israelí revela que derribaron edificios en Gaza al no
poder impedir el lanzamiento de cohetes. 23 de mayo de 2021.
https://www.aa.com.tr/es/mundo/piloto-israel%C3%AD-revela-que-derribaron-edificios-en-gaza-al-no-poder-impedir-el-lanzamiento-de-cohetes/2251388

[9] FIDH, 2021. Israel:
campañas para acallar a defensores de derechos humanos de Israel, el
Golán y Palestina.
https://www.fidh.org/es/region/magreb-y-medio-oriente/israel-y-palestina/israel-campanas-para-acallar-a-las-personas-defensoras-de-los#

[10] Noticias ONU, 2021.
Las detenciones de activistas en Israel buscan silenciar a los
defensores de los derechos humanos, denuncian expertos.

Autoridades de
ocupación israelí demolieron la aldea palestina de Al Araqib, en el
Neguev

ABABIL.ORG – 03/06/2021

Las autoridades de
ocupación israelíes demolieron el martes (1 de junio) la aldea
palestina de Al Araqib, ubicada en la zona sur de la región del
Neguev, por 188ª vez consecutiva.

En una declaración al
corresponsal de la Agencia Anadolu, Aziz al Turi, miembro del Comité
de Defensa Local de Al Araqib, dijo que “esta es la 188ª vez que
las fuerzas de ocupación demolieron la aldea. Y los habitantes la
reconstruirán cada vez”.

Las casas de Al Araqib
están construidas con madera, plástico y hojalata y habitadas por
22 familias, según la misma fuente.

Las autoridades de
ocupación israelíes demolieron la aldea por primera vez en julio de
2010 y desde entonces la han demolido cada vez que los residentes la
reconstruían.

Al Araqib no es
reconocida por el gobierno ocupante, pero sus residentes insisten en
permanecer en sus tierras a pesar de las repetidas demoliciones.

En un informe anterior,
la organización israelí Zokhrot aclaró que las autoridades de
ocupación estaban trabajando para desalojar a los habitantes de la
aldea, con el objetivo de controlar sus tierras, señalando que “Israel” no reconoce tampoco la otra docena de aldeas que se
encuentran en la zona del Neguev y se ha negado a prestarles
servicios.




Fuente: Arrezafe.blogspot.com