¡Qué crueles coincidencias! Casi a la vez que el ministro de turno declara que España pedirá que la OTAN defienda el flanco Sur, la masacre de Melilla demuestra en que consiste esa defensa-militarización de problemas de índole social pero que ellos se empeñan en tratar desde la visión militarista y como “amenazas híbridas” (tiene narices la terminología militar) y “potenciadores de riesgos”.
Y el mismo día en que la ministra de defensa nos declama las bondades de la OTAN para la sociedad, el alcalde de Madrid pide a la población que no salga a la calle porque la cumbre de la OTAN ha convertido Madrid en una ciudad tomada por la policía y la obsesión securitaria.
Qué paradoja. Los que dicen defendernos garantizan inseguridad interna y externa y aseguran detenciones, apaleamientos y violación de derechos humanos, muertes, preparación de la guerra y, si llega el caso, guerra.
Sólo la toma de Madrid por tres días que la OTAN está desarrollando tiene un presupuesto de 50 millones de euros, diez menos que los que tiene asignado el ministerio de Consumo de Garzón para todo un año.
Su seguridad es nuestra inseguridad y su actuación nuestro mayor peligro.
Fuente: Grupotortuga.com