
Desde los tiempos más remotos, el esclavo se definía legalmente como una mercancía que el dueño podía vender, comprar, regalar o cambiar por una deuda, sin que el esclavo pudiera ejercer ningún derecho u objeción personal o legal. La mayoría de las veces existen diferencias étnicas entre el tratante de esclavos y el esclavo, ya que la esclavitud suele estar basada en un fuerte prejuicio racial, según el cual la etnia a la que pertenece el tratante es considerada superior a la de los esclavos.
La esclavitud era una situación aceptada y a menudo esencial para la economía y la sociedad de las civilizaciones antiguas. En la antigua Mesopotamia, India y China se utilizaron esclavos en los hogares, en el comercio, en la construcción a gran escala y en la agricultura. Los antiguos egipcios los utilizaron para construir palacios reales y monumentos.
La exploración de las costas de África, el descubrimiento de América en el siglo XV y su colonización en los tres siglos siguientes, impulsó de forma considerable el comercio moderno de esclavos. Desde mediados del siglo XV hasta la década de 1870, entre 11 y 13 millones de africanos fueron exportados hacia América; entre un 15 y un 20% murieron durante las travesías y en torno a 10 millones fueron esclavizados en los países de destino. Portugal, que necesitaba trabajadores para el campo, fue el primer país europeo que cubrió su demanda de trabajo con la importación de esclavos.

La celebración del Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud, fue aprobada el 2 de diciembre de 1949, para conmemorar el aniversario del Convenio para la Represión de la Trata de Personas y de la Explotación de la Prostitución ajena. Desde entonces, casi más de 70 años atrás, los números, son aún dramáticos y alarmantes: 40,3 millones de personas en todo el mundo son víctimas de la esclavitud moderna, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Los más afectados de manera desproporcionada por esta lacra, son mujeres y niñas representando el 71% del total, casi 29 millones. Del total de víctimas, un 25% son niños, alrededor de 10 millones.
Entre las causas que generan la esclavitud se encuentran hoy en día, las guerras y los totalitarismos, por ello, entre los países con mayor número de esclavos en el mundo se encuentra Corea del Norte, aquí una persona de cada diez vive en esclavitud, obligado por el Estado a trabajar por el “bien de la patria”. Le sigue Eritrea, Burundi, República Centroafricana. Luego, Afganistán, Mauritania, Sudán del Sur, Pakistán, Camboya e Irán. La esclavitud también afecta a países ricos como los Estados Unidos, Australia, Reino Unido, Francia, Alemania, Países Bajos y muchos otros países europeos entre los cuales también Italia, donde el comercio y los flujos migratorios crean un terreno fértil para la esclavitud.
Fuente: Kuskaya Barcelona
Fuente: Oiradilos.wordpress.com