March 25, 2022
De parte de Periódico El Roble
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Desde hace tiempo ya, los medios afines al gobierno de Fernández e incluso varios funcionarios en declaraciones se refieren al “poder real». Refieren a algo que se encuentra más allá del alcance de leyes o medidas gubernamentales, un poder con el cual el gobierno debe negociar en un tira y afloje constante. Este poder se corporiza en los grandes capitalistas, dueños de empresas y medios de difusión.

En algo tenemos que coincidir: ese poder real existe. Queda claro cuando las empresas despiden a pesar de regir una prohibición de hacerlo  e incluso cuando, sin mediar consecuencia alguna más que el pago de devaluadas multas, resisten órdenes judiciales de reinstalación de compañerxs o prohíben elecciones de delegadxs a pesar de estar en total derecho, o también en el manejo a discreción de los precios, siendo responsables del constante aumento inflacionario.

Y es así, este poder existe, y el gobierno con el resto de las instituciones estatales están a su servicio o en todo caso arbitran a su favor. Es que la sociedad en la que vivimos es una sociedad de clases y el Estado es un instrumento de la clase dominante para ejercer el poder, más allá de que algunas veces  la lucha de clases logre conquistas y obligue a dictar alguna ley, decreto o medidas puntuales favorables. En estos casos siempre la burguesía necesitará de acallar demandas más profundas, regular procesos que sean independientes a ella o controlar a determinado sector social (estigmatizando por los medios, silenciando o directamente reprimiendo).

En horas donde se aproxima el cierre del acuerdo con el FMI, nuestra clase no está dando respuestas como tal. Aunque la correlación de fuerzas no nos sea favorable, es importante la experiencia unitaria que desde la izquierda se viene realizando en las jornadas del 11 de diciembre, el pasado 8 de febrero y que en horas de esta tarde movilizó repudiando el acuerdo que se trata dentro del parlamento. Así se intenta configurar un polo de rechazo al acuerdo con el Fondo y al pago de la deuda que tenga una expresión callejera. Hay malestar en las bases peronistas, dentro del FDT, pero pareciera ser un cacareo más para la tribuna propia que para realmente promover el rechazo. La situación está tensionada por el acuerdo con el fondo que  traerá más ajuste, aumento de tarifas, retroceso en gasto social. Es decir, el mismo programa de la última década pero agravado y monitoreado por el fondo, demostrando una vez más que ese poder real existe y lleva el mando, gobierne quien gobierne.

Nuevamente grandes extensiones de tierra arrasadas por el fuego, estos últimos meses en el sur y el litoral, y el gobierno incapaz de evitarlo. Siempre detrás de los incendios hay grandes negocios o la patria sojera que debe incrementar su producción para abastecer las granjas porcinas ya instaladas y las que vendrán, o las mineras o las grandes inmobiliarias. El poder real marca la cancha y el gobierno demostrando que no está para pararles la mano.

¿No se puede hacer nada? ¿Este poder dominará por siempre a su antojo?

Está claro que  votando a tal o cual partido de la burguesía no lo podemos detener ya que sus instituciones no están para eso sino todo lo contrario. Lo vimos en Chubut cuando a días de ser elegidos los legisladores votaron a favor de las mineras, contra el pueblo que acababa de votarlos. También en Chubut vimos, como hace un tiempo en Mendoza, que las clases oprimidas organizadas en asambleas y con su movilización permanente lograron ponerle freno a esa ambición que el gobierno no controla, lo vimos en 2017 donde toneladas de piedras echaron por tierra al “reformismo permanente» del Macrismo.

Es que con organización y lucha ponemos de pie al otro poder real, al poder de trabajadores y oprimidos. Hoy la clase trabajadora y un archipiélago de organizaciones populares se expresan de forma aislada y así no logran más que, en algún caso, obtener una demanda parcial devorada inmediatamente por el ajuste y la inflación. Es que como lo hace la burguesía, que a la hora de definir políticas de fondo lo hacen unidos, también los del otro lado debemos unirnos. No podemos contar para eso con las actuales direcciones de las centrales obreras. Estamos en un año de renovación de los mandatos gremiales, es una oportunidad para hacer crecer ese pequeño núcleo de sindicatos clasistas como Aceiteros, el neumático, varias seccionales docentes, los ferroviarios de Haedo y decenas de cuerpos de delegados y comisiones internas. Tendríamos que poder darles como mandato la necesidad de unificar las demandas para, golpeando como un solo puño, frenar el ajuste. En la inauguración del ciclo legislativo Fernández expresó tres puntos fundamentales: que van a luchar contra la carestía y que no habrá reforma laboral, ni jubilatoria, nosotrxs decimos que para que esto ocurra será necesaria la movilización de la clase trabajadora y el pueblo pobre, la Reforma laboral no está precisando de leyes para llevarse adelante, por lo que al gobierno respecta seguirá siendo así, la Jubilatoria  va por el mismo camino, AF dejó la puerta abierta para el aumento de edad de retiro a decir que hay que facilitar al que quiera seguir trabajando los medios para hacerlo.

Es fundamental que, como hace la burguesía, nos organicemos más allá de los límites que la ley impone porque se trata de enfrentar a ese poder con nuestro poder, con el poder obrero, que se manifiesta parcialmente en cada lucha pero que si se unifica tras un programa puede cambiarlo todo. 

Equipo de El Roble.




Fuente: Periodicoelroble.wordpress.com