March 26, 2022
De parte de Periodico Anarquia
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Afianzadas ciertas prácticas anárquicas informales en el movimiento local, junto a la necesidad de visibilizar y contagiar la propuesta anarquista en los barrios, en el año 2006 se abren dos nuevos locales anarquistas, el Ateneo Anarquista de Villa Española y la Biblioteca Anarquista del Cerro.
Tras una sostenida práctica anarquista en la barriada del Cerro y la constante necesidad de recursos económicos para su sostenimiento, se alquila un pequeño local en la esquina de Chile y Viacaba donde juntando las computadoras de algunxs compañerxs se abrió un “ciber-café” (muy en boga por entonces). En el local se instaló una pequeña biblioteca específica donde lxs compañerxs pudieran profundizar su conocimientos sobre el anarquismo.
Al poco tiempo la biblioteca “Huasipungo” resuelve abrir sus puertas al barrio y el 26 de marzo de 2006 se inaugura con un acto callejero la Biblioteca Anarquista del Cerro.

La pronta supresión del ciber café convirtió a la biblioteca en un local anarquista de referencia local y regional del anarquismo informal. Su actividad se desarrolló durante diez años realizándose cientos de charlas y debates, decenas de talleres gratuitos, tokes autogestionados o jornadas anticarcelarias internacionalistas. Se generó infraestructura de propaganda, se potenció la lucha anárquica y se participó activamente en las luchas sociales del barrio junto a otros colectivos asentados en la zona como el Ateneo del Cerro, como las coordinaciones contra el puerto Moon y el puerto Militar.
Año a año su aniversario fue recordado con un acto callejero fuera del local.
Si bien el espacio priorizó la práctica anarquista sobre la pasividad intelectual de la biblioteca, las constantes donaciones de libros por parte de anarquistas del barrio convirtió su acervo bibliográfico en un espacio ineludible de consulta teórica.
Hoy el Ateneo Anarquista de Montevideo, el Espacio Autónomo Cúlmine, la biblioteca Carlos Perez del sindicato del Taxi y la Biblioteca Débora Céspedes albergan su legado bibliográfico.
El cierre de la misma tras diez años de actuación ininterrumpida fue entendida como la continuación individual de la práctica anárquica en otros proyectos y no como el final de un proyecto social.
El espacio, ideado, creado y sostenido por un conjunto cambiante y heterogéneo de jóvenes, evidenció el potencial de las prácticas colectivas, y la necesidad de inundar la ciudad con la agitación anárquica.




Fuente: Periodicoanarquia.wordpress.com