December 17, 2020
De parte de Arrezafe
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Red
Roja
29/11/2020

Radios, periódicos
y televisiones vomitan a todas horas datos y más datos, la mayoría
incomprensibles y carentes del mínimo rigor.

Tras nueve meses de
pandemia, con los servicios sanitarios otra vez al borde del colapso
sin que se haya tomado medida significativa alguna –que no sea el
confinamiento– para enfrentar una situación absolutamente
previsible, y mientas las expectativas vitales se derrumban en los
barrios obreros y para decenas de miles de pequeños y medianos
empresarios, tenemos el derecho de afirmar que la estrategia del
gobierno central, y de todos los gobiernos autonómicos, se dirige a
utilizar todo tipo de instrumentos de control social y de represión
contra previsibles revueltas populares.

La respuesta a la
crisis: una gigantesca destrucción de capital al servicio de la
oligarquía financiera y de las multinacionales de la energía

Aún no sabemos de dónde
surgió el virus, pero sí sabemos que antes de que apareciera ya
estaban encendidas todas las alarmas del estallido de una gran crisis
y de que la situación social era explosiva en muchos países. En el
caso del reino de España, “siendo un país rico, vive en
situación de pobreza generalizada
” afirmaba a principios de
2020 el Relator de la ONU para la Pobreza[1].

Como en todas las crisis
capitalistas, y esta es de gigantescas proporciones, la destrucción
de capital sigue su curso arrasador barriendo de la escena
masivamente pequeñas y medianas empresas[2]. También como ocurre en
las crisis, los bancos aceleran los procesos de concentración
aderezados con la compra a precio de saldo de lo poco que queda de
banca pública con la complicidad directa del Gobierno, como fue el
caso de Bankia y con los correspondientes despidos masivos, al tiempo
que se constituyen en administradores del crédito procedente de la
UE.

En un escenario de
empobrecimiento masivo y de hundimiento del modelo económico del
turismo y del ladrillo
, cuando urge abordar la reconstrucción
productiva desde posiciones de soberanía, la UE ha decidido que las
prioridades son la transición energética hacia una energía más
verde y la digitalización. Esas son las condiciones para acceder a
los 760.000 millones de euros del fondo de recuperación europeo, es
decir, para asegurar a los bancos y a las multinacionales el control
de esa ingente cantidad de dinero, negando cualquier soberanía. Todo
ello cuando se está destruyendo el poco tejido industrial que queda
y no es la contaminación ambiental el principal problema y cuando la
digitalización –en manos del capital– servirá para intensificar
la destrucción de puestos de trabajo. Es decir, mientras millones de
personas se enfrentan a la destrucción masiva de sus condiciones de
vida los bancos y las multinacionales, sobre todo las eléctricas y
las de la energía se preparan para recibir una lluvia de millones.

A nadie se le oculta que
la rápida extensión de la miseria es preludio de grandes
explosiones sociales. También es evidente que el Gobierno asiste
impasible al desastre que se vislumbra sin adoptar las mínimas
medidas para enfrentarlo.

Un cataclismo para la
clase obrera y para los sectores populares frente al que no se han
tomado las medidas más imprescindibles.

El estupor de los
primeros meses ante las duras consecuencias de la epidemia ha dado
paso a la constatación del hecho innegable –excepto para quienes
se tapan no sólo la boca, sino el cerebro– de que, mientras se
multiplican los informes que revelan la causalidad esencialmente
social de la pandemia, ni el gobierno “progresista”, ni los
gobiernos autonómicos han adoptado medidas perentorias
imprescindibles, aunque tenían la capacidad legal de hacerlo.

Ni me sitúo en teorías
conspiratorias, ni hablo de medidas revolucionarias.

He aquí algunos datos.

. En el ámbito
sanitario, el gobierno central y los autonómicos:


No han intervenido
recursos –personal e instalaciones– de la sanidad privada, ni de
la industria farmacéutica, ni de las empresas fabricantes de
material necesario como respiradores, equipo de protección
individual o mascarillas para ponerlos al servicio de las necesidades
más acuciantes de la población. Las requisas, intervenciones y
ocupaciones de empresas privadas estaban previstas en los artículos
8 y 13 del R.D. de Estado de Alarma del mes de marzo[3] y ninguna de
ellas ni se adoptó entonces, ni nadie habla de ellas ahora, cuando
según ellos mismos dicen, nos encaminamos al colapso sanitario


Cuando desde el
inicio de la pandemia se hablaba de enormes carencias de personal en
la sanidad, no han tomado medida alguna, ¡en 9 meses! para convocar
ofertas públicas de empleo con condiciones laborales dignas. Estas
convocatorias deberían servir para incentivar el regreso de las
decenas de miles de profesionales sanitarios que emigraron tras
encadenar años de contratos basura o para evitar, como está
sucediendo, la cascada de bajas por depresión o estrés en una
sanidad pública sobresaturada.


No han extendido de
facto el derecho a la atención sanitaria a las personas inmigrantes
sin papeles que siguen –a pesar de acumular todos los factores de
riesgo social– sin tener acceso a la tarjeta sanitaria.


Los gobiernos
autonómicos, con la complicidad del gobierno central, han hecho
posible que toda la financiación adicional que se dispuso para la
sanidad acabara en manos de empresas privadas (Ribera Salud, Indra,
Telefónica, Pascual, etc), mediante la subcontratación de servicios
diversos.

En el ámbito social,
el gobierno central:


Aprobó una medida
estrella, el Ingreso Mínimo Vital, cuya inoperancia da idea de lo
ocurrido en otros sectores. Tras superar un laberinto burocrático,
tarea casi imposible para la inmensa mayoría de las personas
solicitantes, más del 60% de cerca de un millón de solicitudes, han
sido rechazadas [4].


No se han paralizado
los desahucios. Mas de un millón ejecutados desde 2008 [5], y en
plena pandemia asiste impasible al drama humano cotidiano de dejar a
las personas con menos recursos en la calle. En el Estado español se
produce un suicidio cada 2,5 horas[6], buena parte de ellos por
causas relacionadas con el desempleo y los desahucios[7]. Mientras,
según cifras oficiales, hay 3,5 millones de viviendas vacías, con
un importante porcentaje en poder de los bancos que promueven los
desahucios.


El 30 de septiembre
vencía la moratoria relativa al pago de hipotecas, de alquileres y
suministros de agua, luz y electricidad contemplada en anteriores
decretos [8]. El nuevo decreto de Estado de Alarma de 25 de octubre
no la ha renovado; es decir, los bancos y las grandes multinacionales
del agua, la luz y la electricidad tienen vía libre otorgada por el
gobierno que “no deja atrás a nadie” para ejecutar nuevos
desahucios y para cortar los suministros de bienes indispensables
para la supervivencia a quienes de ahogan en la pobreza y en la
enfermedad.
El pago sólo se aplazó a partir de marzo y ahora llegan
los recibos de golpe.


No ha reforzado el
sistema educativo, ni para garantizar las más elementales medidas de
seguridad, ni para permitir que el alumnado de los barrios obreros –afectados por cuarentenas sucesivas– pueda seguir las clases
telemáticamente.


Tras más de 27.000
muertes de personas mayores no se han incautado las residencias
privadas convertidas en auténticos “morideros” por obra de
una voracidad empresarial que ha actuado y sigue actuando en
connivencia con la pasividad de las administraciones. El clamor
popular reclamando al Gobierno una Ley que regule el sector no ha
tenido resultados[9].


Nada se ha hecho para
mejorar la situación de miseria de las personas pensionistas, sobre
todo de las mujeres, que además, en muchos casos, resultan ser
quienes financian a sus familias. Más de seis millones de personas
cobran pensiones inferiores a los 950 euros mensuales
. El dato brutal
es que mientras el número global de pensiones ha aumentado, desde
enero a octubre de 2020 el número de pensiones mínimas ha sufrido
una importantísima disminución, exactamente 49.646. Esta cifra casi
multiplica por 10 el descenso sufrido por este grupo en 2019, que fue
de 9.195 personas. Sin duda, este dato refleja, una vez más, que la
vulnerabilidad ante la Covid no es la edad, sino la pobreza
.


No ha adoptado medida
alguna que obligara a gobiernos autonómicos y municipales a la
mejora del transporte público en las grandes ciudades para evitar
las aglomeraciones (en Madrid la frecuencia de paso de trenes en el
metro en hora punta llega a ser superior a los 10 minutos) que son,
obviamente, los mejores caldos de cultivo para la transmisión del
Covid 19. Las condiciones en las que se realiza el transporte desde
los barrios obreros, en los que se acumulan todos los factores de
riesgo, al puesto de trabajo donde reina el patrón y la seguridad se
supedita al beneficio, hacen que las medidas preconizadas para evitar
contagios parezcan una broma macabra.

Y mientras, los medios
de comunicación dedican más del 80% de su tiempo a extender el
miedo a la pandemia.

Radios, periódicos y
televisiones vomitan a todas horas datos y más datos, la mayoría
incomprensibles y carentes del mínimo rigor, aderezados con análisis
de tertulianos y de supuestos expertos, todos en la misma dirección.
El resultado es la creación de sentimientos de pánico, de miedo a
tener la mínima relación social y de inseguridad ante todo lo que
suponga salir de casa, que colonizan las cabezas de millones de
personas. Todo ello sin que en tan largas horas dedicadas al tema se
informe de la situación en Cuba, en Vietnam o en China, países en
los que la pandemia está controlada y en los que la población ha
vuelto a sus relaciones sociales habituales.

Dado que todos los
grandes medios de comunicación son propiedad, directa o
indirectamente, de las mismas multinacionales y bancos que gestionan
la crisis a su mayor beneficio, caben pocas dudas acerca de que la
creación de un estado de miedo generalizado y de preconización del
aislamiento social es el ambiente más propicio para conjurar lo que
más temen: que la clase obrera y los sectores populares den un
puñetazo en el tablero.

El miedo y la creación
de una psicosis de guerra –las ruedas de prensa con militares y
guardias civiles servían directamente a ese objetivo– son el mejor
instrumento para disciplinar a las masas y para neutralizar, mediante
la criminalización, cualquier desobediencia o resistencia.

Si a ello le añadimos el
discurso que desde el gobierno “progresista” se extiende a
los sectores populares proclives a la movilización a través de sus
alguaciles políticos y sindicales subvencionados, de que no se debe
criticar al PSOE, ni a Podemos, porque peor es que venga la derecha,
el control social está garantizado. Las únicas movilizaciones
admisibles son aquellas dirigidas contra los gobiernos del PP.

Ese es el servicio
fundamental que presta al capital, Podemos y en general la
auto-proclamada izquierda institucional: controlar el estallido de la
revuelta social cuando en enero los ERTEs acaben y comience la
cascada de empresas en bancarrota.

Y la función ha
empezado. Ante las brutales cargas policiales contra la juventud
vallecana, con varias personas heridas y detenidas, que exhibía su
conciencia de clase frente a la segregación impuesta a los barrios
obreros gritando “menos policía y más sanidad”, la
Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid, con fuerte
presencia de Podemos e IU, envió el siguiente twit: “En Vallecas se
han producido disturbios en los que las asociaciones de vecinos no
tienen nada que ver”.

En los últimos días las
movilizaciones de jóvenes ocurridas en varias ciudades se han
sancionado desde Podemos atribuyéndolas a la extrema derecha o a
posiciones negacionistas, adelantando la criminalización de la
protesta
y, precisamente, la utilización de la alarma al servicio
del control social. Todo ello en un intento de ocultar la evidencia
de que en momentos en los que la miseria y la desesperación invaden
a millones, es precisamente la supuesta izquierda institucional,
débil y cobarde, la que alimenta el fascismo
.

La lucha de clases no
se confina.

Desde todas las
instancias del poder, desde los aparatos represivos a los medios de
comunicación, se preparan para hacer frente a rebeliones sociales
que sin duda van a producirse.

Cuando el hambre y la
desesperación se extienden sin que, como he argumentado, los
gobiernos adopten siquiera las medidas más elementales para
paliarlas, no se puede caer en el juego de quienes pretenden confinar
la resistencia y la movilización social, por la vía de la
criminalización.

Es preciso que desde
posiciones de independencia de clase se desenmascare la complicidad
del gobierno “progresista” y de sus agentes políticos y
sindicales con la estrategia de la oligarquía nacional y europea,
mientras deja sumirse en la miseria y la desesperación a millones de
personas de la clase obrera y pequeños y medianos empresarios
condenados a la ruina más absoluta.

En este momento no son
suficientes críticas abstractas al capitalismo o a las clases
dominantes
. Dos líneas de trabajo, íntimamente conectadas, deben
regir la acción dirigida a enfrentar lúcidamente el cataclismo que
se avecina.

Por un lado es necesario
“identificar” cuál es el elemento que más “destroza”
a siniestro y hasta a diestro; cuál es el elemento sobre el que se
puede acumular más fuerza en contra y que, además, sea un pivote
sobre el que descansa todo el sistema; es decir, aquel elemento que,
si logramos desprendernos de él, habremos dado pasos de gigante para
acabar con el capitalismo. Este no es otro que el capital financiero,
al que urge expropiar de nuestras vidas y contra el que hoy entran en
contradicción la mayoría de sectores populares”[10].

Es de gran importancia
que frente al poder de la banca, que objetivamente aniquila no sólo
a la clase obrera, sino a pequeños y medianos empresarios, se pueda
construir una alianza que impida que este sector alimente las filas
del fascismo.

Por otro lado, es
decisivo que se activen de manera unitaria espacios de organización
y de movilización, creando desde la base estructuras de poder
popular, de defensa intransigente de la vida en todas sus facetas y
de preparación para el duro periodo de confrontación de clase que
cada vez está más cerca.

NOTAS

1
https://news.un.org/es/story/2020/02/1469232

2
https://www.vozpopuli.com/economia-y-finanzas/pymes-destruccion-empleo-despidos_0_1408959747.html

3
https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2020-3692

4
https://confilegal.com/20201027-el-laberinto-del-ingreso-minimo-vital-mas-del-60-de-las-solicitudes-son-rechazadas/

5
https://afectadosporlahipoteca.com/2020/01/28/desde-2008-se-han-producido-1-002-000-desahucios/

6
https://www.mscbs.gob.es/gabinete/notasPrensa.do?id=5006

7
https://www.elsaltodiario.com/vivienda/relacion-suicidios-desahucios

8
https://elderecho.com/la-prorroga-la-moratoria-hipotecaria-alquiler-prohibicion-cortes-suministro-vence-miercoles

9
https://marearesidencias.org/

10
https://redroja.net/articulos/informe-politico-octubre-2020/

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Nines Maestro en la
asamblea de Mérida (23/11/2020)




Fuente: Arrezafe.blogspot.com