“¿Sabes por qué no tenemos fuerza suficiente? Porque creemos que no la tenemos.”
Séneca.
La falta de ánimo y convencimiento lleva a la falta de propuestas revolucionarias. El tufillo a derrotismo que emana desde ciertas interpretaciones de luchas pasadas, es como un hongo que nos impide entonar un discurso propositivo en el presente. Esto debilita el imaginario revolucionario que tiene mucha razón de ser, opacando la posibilidad de transformación durante nuestras vidas.
Ocurre con los movimientos sociales algo similar a lo que ocurre con el cuerpo humano; los músculos se fortalecen sólo si se presenta una exigencia mayor a la habitual. Comencemos por creer en el potencial de los métodos antiautoritarios y ponerlos a prueba para mejorarlos. Usemos la fuerza que tenemos para fortalecernos aún más a través de la práctica. Ver menos
Fuente: Periodicoanarquia.wordpress.com