January 7, 2023
De parte de A Las Barricadas
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Imagen: el rincón legal

Sigo con las conversaciones que suscita la llamada «Ley trans». Conste que solo me leí en el año 22 el dictamen del anteproyecto de 63 páginas al menos (Consejo de Estado), y que no me he leído la ley entera por falta de tiempo, así que lo que menciono a continuación no son más que impresiones y opiniones poco fundamentadas, en la mesa de la cafetería con mis vecinos. Añado que de todos ellos, ni uno solo (ni uno) se ha leído la ley.

Como dije en el artículo anterior, uno de los temores de padres, educadores, etc., es que con la permisividad que hay hoy día en materia de orientación sexual y autodeterminación personal, el cambio de género se convierta entre los adolescentes en una moda (que habría que definir la palabra, pero mejor no). 

Esa moda iría impulsada por los colectivos de militantes transexuales, y endocrinos y cirujanos sin escrúpulos (clínicas privadas) que pueden hacer creer a los adolescentes que han nacido en el cuerpo equivocado, incitándoles a tomar decisiones que por inmadurez mental, son luego irreversibles

El transexualismo así definido, sería un fenómeno «ideológico», trasmitido por redes sociales, youtubers e influencers, sectario, dogmático, que se aprovecha de la inseguridad propia de la adolescencia y de intereses médicos. Las leyes permiten que se actúe médicamente sobre el cuerpo de jóvenes, haciéndoles tomar hormonas o llevar a cabo tratamientos quirúrgicos, que conllevan grandes riesgos, mutilaciones y daños psicológicos… 

Todo el mundo con quien hablo, conoce a alguien que conoce a alguien que conoce a una vecina cuya hija, tras ver vídeos de internet, o teniendo malas compañías, ha empezado a tomar hormonas para no desarrollar… Y me añaden que ahora mismo cualquiera que lo desee puede ir al Registro a cambiarse el sexo, el nombre y lo que le dé la gana.

Ay dios mío. Aquí se mezclan varias cuestiones. Empiezo por la última: la de la autodeterminación. Por mera cuestión ideológica YO OPINO que la autodefinición personal, es una cuestión de cada persona y de nadie más. Yo me imagino a un chico de catorce años, teniendo que explicar a un juez, a un siquiatra y a sus padres qué es, para que le den permiso, y es que me entra la risa. ¿Acaso el juez, el siquiatra y el padre, no tienen a sus respectivos influencers? 

Otro tema es el de «la moda». Ya he mencionado que «hacerse trans» no es un asunto baladí: tomar hormonas acarrea efectos secundarios, y la cirugía es limitada: no te pueden hacer un pene en condiciones, y fabricar una vagina artificial que funcione bien es complicado. Si entráis en bases de datos como CUIDEN o mismo Scholar Google y buscáis bibliografía seria en inglés, los estudios muestran resultados que a veces sí, a veces no. Un trans bien informado/a, conoce esos riesgos y los asume, porque prefiere el riesgo quirúrgico y hormonal, a sentirse hecho polvo todos los días tal como es. No. No es una moda en el caso de un trans. 

En cuanto a las motivaciones… Es que al tomar una decisión, no pesa una sola. Una señora que se hace una mastectomía por pertenecer a un grupo de riesgo genético, puede optar a la mastectomía y a la reconstrucción inmediata: por miedo, por necesidad si son muy grandes, por ser seguidora de Angelina Jolie, por autodefinirse, por estética… O por todas esas cosas a la vez.  Una decisión de ese tipo, no se toma por un solo motivo.

A lo que voy es que MI opinión, concluye que el que un chaval o chavala de 14 años se autodefina, es competencia suya. ¿Que se equivoca? Pues será su error. Y me planteo que –al fin y al cabo–, el que la ley permita que ese chico o chica pueda cambiar de nombre sin necesidad de pasaporte médico, va a evitar que ese supuesto sujeto inmaduro que desea cambiar de género, tenga que ir antes al endocrino a tomar hormonas. Bastará con acudir al funcionario de Registro en un par de ocasiones y escuchar la letanía de consecuencias jurídicas del cambio de nombre, que sí es reversible. Yo creo (más o menos) que eso del Registro, puede ser hasta bueno en los casos en los que los padres están espantados ante la posibilidad de que la niña no desarrolle.

Ya digo que todo esto, no son más que impresiones y opiniones. No intento con ello fastidiar a nadie, ni estoy a favor de Ley alguna. Porque quien hace la Ley, hace la trampa.




Fuente: Alasbarricadas.org