October 13, 2020
De parte de Reflexiones Desde Anarres
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El
autor
de
la
genial
canción
“La
mala
reputación”
fue
Georges
Brassens
(1921-1981),
muy
reconocido
en
su
país
de
origen
Francia,
a
pesar
de
ser
un
ácrata
declarado
e
irreductible
tal
vez
el
mayor
representante
de
lo
que
algunos
han
denominado
la
trova
anarquista;
la
letra
es
uno
de
los
mayores
alegatos
contra
el
conformismo
y,
de
forma
más
concreta,
contra
los
que
consideramos
los
males
que
enfrentan
a
la
humanidad:
el
nacionalismo,
la
religión
y
la
división
de
clases.
La
canción,
aunque
algunos
la
identificarán
con
el
rockero
Loquillo,
fue
traducida
por
Paco
Ibáñez
e
interpretada
por
él
primera
vez
en
esa
primera
versión;
existe
también
otra
traducción
de
Agustín
García
Calvo.
Si
hay
algún
cantautor
español
que
podamos
comparar
con
Brassens
ese
es
Javier
Krahe,
que
también
adaptó
algunos
temas
del
francés
como
“Marieta”
o
“La
tormenta”,
letras
donde
podemos
comprobar
la
semejanza
entre
ambos.


 “La
Mauvaise
Reputation”,
interpretada
por
Brassens
en
televisión.


Versión
de
Paco
Ibáñez:

En
mi
pueblo
sin
pretensión

Tengo
mala
reputación,

Haga
lo
que
haga
es
igual

Todo
lo
consideran
mal,

Yo
no
pienso
pues
hacer
ningún
daño

Queriendo
vivir
fuera
del
rebaño;

No,
a
la
gente
no
gusta
que

Uno
tenga
su
propia
fe

No,
a
la
gente
no
gusta
que

Uno
tenga
su
propia
fe

Todos
todos
me
miran
mal

Salvo
los
ciegos
es
natural.

Cuando
la
fiesta
nacional

Yo
me
quedo
en
la
cama
igual,

Que
la
música
militar

Nunca
me
supo
levantar.

En
el
mundo
pues
no
hay
mayor
pecado

Que
el
de
no
seguir
al
abanderado

No,
a
la
gente
no
gusta
que

Uno
tenga
su
propia
fe

No,
a
la
gente
no
gusta
que

Uno
tenga
su
propia
fe

Todos
me
muestran
con
el
dedo

Salvo
los
mancos,
quiero
y
no
puedo.

Si
en
la
calle
corre
un
ladrón

Y
a
la
zaga
va
un
ricachón

Zancadilla
doy
al
señor

Y
aplastado
el
perseguidor

Eso

que

que
será
una
lata

Siempre
tengo
yo
que
meter
la
pata

No,
a
la
gente
no
gusta
que

Uno
tenga
su
propia
fe

No,
a
la
gente
no
gusta
que

Uno
tenga
su
propia
fe

Todos
tras
de

a
correr

Salvo
los
cojos,
es
de
creer.

No
hace
falta
saber
latín

Yo
ya

cual
será
mi
fin,

En
el
pueblo
se
empieza
a
oír,

Muerte,
muerte
al
villano
vil,

Yo
no
pienso
pues
armar
ningún
lío

Con
que
no
va
a
Roma
el
camino
mío,

No,
a
la
gente
no
gusta
que

Uno
tenga
su
propia
fe

No,
a
la
gente
no
gusta
que

Uno
tenga
su
propia
fe

Todos,
todos
me
miran
mal,

Salvo
los
ciegos,
es
natural.



Interpretación
de
Sole
Giménez,
en
clave
de
jazz,
en
un
reciente
disco
homenaje
a
la
canción
francesa
(agradecible
es
que
la
artista
haya
elegido
esta
radical
letra
de
Brassens):
Interpretación
de
Pablo
Dacal
(que
respeta
íntegra
la
traducción
de
Ibáñez):
Original,
divertida,
radical
y
malhablada,
totalmente
reivindicable,
versión
del
dúo
argentino
formado
por
Claudina
y
Alberto
Gambino:
Elegante
versión
de
Nacha
Guevara:


Traducción
de
García
Calvo
(muy
diferente
a
la
anterior),
interpretada
por
Antonio
Selfa:
 En
el
pueblo
yo,
con
perdón,
tengo
mala
reputación:
que
me
mueva
o
quieto
me
esté
paso
por
un
qué

yo
qué.
Y
eso
que
no

que
a
nadie
le
dañe
que
yo
a
mi
manera
me
las
apañe.
Pero
es
que
ellos
no
quieren
que
ande
uno
por
donde
le
dé:
no,
jamás
te
perdonarán
si
no
vas
por
donde
ellos
van.
To
el
mundo
dice
“Mira,
ahí
va”
menos
los
mu

dos,
claro
está.
¿Qué
es
el
12
de
Octubre
hoy?:
en
mi
camita
yo
me
estoy;
y
si
suena
la
musicá,
yo,
ni
me
viene
ni
me
va.
Y
no

que
a
nadie
le
perjudique
porque
a
los
desfiles
no
me
dedique.
Pero…
To
el
mundo
apunta
para
acá
menos
los
man

cos,
claro
está.
No
hace
falta
ser
un
faquir
pa
adivinar
mi
porvenir:
si
una
cuerda
a
gusto
les
dan,
de
corbata
me
la
pondrán.
y
el
caso
es
que
el
cielo
no
se
desploma
porque
mi
camino
no
vaya
a
Roma.
Pero…
To
el
mundo
en
la
horca
me
irá
a
ver
menos
los
ciegos,
es
de
creer.

Interpretación
del
inefable
Loquillo
(es
la
misma
traducción
de
Ibáñez,
pero
en
interpretaciones
anteriores
excluye
la
parte
que
alude
a
la
religión
católica;
aquí

la
incluye
cambiando
la
palabra
Roma
por
Zarzuela
y,
de
la
manera
más
estúpida,
distorsionando
todo
el
sentido):
 
No
muy
conocida
versión
de
Joaquín
Sabina
(sutilmente
diferente
a
la
letra
de
Ibáñez,
aunque
la
última
parte
de
la
religión
está
totalmente
cambiada):
Versión
rockera
de
Luis
Rueda
&
el
Feroz
Tren
Expreso
(un
poco,
ya
el
despiporre):



Fuente: Reflexionesdesdeanarres.blogspot.com