GUERRA DE MENTIRAS
Los difundidores de bulos y el origen del periodismo
La libertad de expresión la conquistaron aquellos que luchaban por los derechos de la clase obrera y no una élite con ansias de aparecer en los platós de televisión
Vanessa Damiano 6/04/2021
Algunos asistimos espantados a la posibilidad de que el populismo se atrinchere largo tiempo en la capital de España, haciendo una caricatura de la mayor aspiración por la que mujeres y hombres han luchado durante siglos, la libertad. La misma que ahora se ridiculiza con cubatas en mano de una muchedumbre aturdida de franceses por las calles de Madrid, parodiando de paso a la Marianne. El inicio de este despropósito podemos situarlo en el momento en que el totalitarismo del siglo XX se había diluido, tras el fin de la guerra en parte del mundo occidental, con los acuerdos de Detroit y el llamado pacto del 45. Este último fue el origen de las condiciones del estado de bienestar y de consenso generalizado alrededor de los objetivos de pleno empleo que precedieron al desarrollo económico de las dos décadas posteriores.
Esos acuerdos no se alcanzaron a cambio de nada, sino que para llegar a ese consenso pretendidamente transversal se había ofrecido la renuncia a los objetivos de conquista de los medios de producción por parte de la clase obrera. Este intercambio dio lugar a un nuevo sindicalismo de intermediarios que facilitaba la consecución de acuerdos entre empresarios y trabajadores, premiando la funcionalidad del mercado de trabajo y castigando otras opciones alternativas, presentes y futuras, al modelo pactado. La gestión de esa transformación fue posible gracias al descabalgamiento de las personas que representaban el viejo modelo hasta ese momento y su sustitución por otras más en sintonía con los nuevos objetivos. Un ejemplo al máximo nivel puede encontrarse en lo ocurrido con la candidatura de Wallace a presidente de EEUU como sucesor de Roosevelt y el impulso a Truman en su lugar.
En España esa sustitución de actores se produce un poco más tarde a causa del régimen dictatorial instalado en el país. No es hasta la década de los años 60 cuando tiene lugar el desplazamiento de las corrientes sindicales anteriores, que podríamos considerar como activismo de alto riesgo, por otras más organizadas y enfocadas a alcanzar acuerdos. En buena parte, estas organizaciones sindicales ganaron legitimidad aprovechando la necesidad del régimen franquista de fomentar una actividad sindical que superase el monolito patronal anterior y que apuntalase su modelo de desarrollo económico cara al exterior.
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https://ctxt.es/es/20210401/Firmas/…
Fuente: Aurorafundacion.org