Resumen Latinoamericano, 18 de febrero de 2023.

El repudiado primer ministro de facto haitiano, Ariel Henry, solicitó a la comunidad internacional que apoye los esfuerzos para salir de la grave crisis que atraviesa Haití.
Henry, amparado por EE.UU convenció a los mandatarios de los países miembros de la Comunidad de Estados del Caribe (Caricom) para que ayuden a fortalecer precisamente lo que las masas haitianas repudian día a día en las calles, o sea, a las fuerzas policiales y otorgarle carta blanca para que junto con las bandas paramilitares sigan matando y secuestrando.
El primer ministro bahamés y presidente pro tempore de Caricom aseguró que «Hemos tomado en serio nuestras obligaciones morales para ayudar a resolver los problemas en Haití y el primer paso será ver cómo podemos fortalecer la Policía de Haití para restablecer el orden y frenar las actividades delictivas».
Según Davis, es necesario «obtener la paz en primera instancia para permitir pasar a la siguiente fase de celebrar nuevas elecciones para el final del año», declaró en la clausura de la reunión anual de la organización celebrada en Bahamas.
Esas palabras de Davis parecen dictadas por Henry que persigue la idea de seguir perpetuándose en un gobierno más que inestable y aprovechar los improbables comicios convocados por él y su entorno, para legalizar un mandato cuestionado por el pueblo.
Aparte de Washington , detrás de esta jugada de Caricom, se mueve Canadá, uno de los países que más insiste en la intervención militar en Haití pedida por Henry. Justin Trudeau fue uno de los invitados a la reunión de Caricom, ya que lo ven como el salvavidas del que aferrarse en su afán de meter narices, manos y pies en territorio haitiano.
Prosiguiendo con la «solución policial», l primer ministro de Bahamas explicó que es esencial que los uniformados haitianosí cuenten con los recursos adecuados, incluida la provisión de alimentos, el pago a tiempo de sus salarios y la captación de más efectivos. O sea, más policías para sumar a la larga lista de represores, gangs y para militares armados hasta los dientes, que han ido convirtiendo cada una de las ciudades haitianas en un campo de batalla permanente.
En su acostumbrado discurso victimista, Ariel Henry, solicitó a la comunidad internacional que apoye los esfuerzos para salir de la grave crisis socioeconómica, política y de inseguridad en Haití. Y volvió a insistir en que deposita toda su confianza en ese engendro llamado Alto Consejo de la Transición (HCT, por su siglas en francés) «para que colabore con el gobierno en la pacificación de Haití y en la organización de elecciones generales». De esta manera ratificó el acuerdo del 21 de diciembre de 2022, conocido como Consenso Nacional para una Transición Incluyente, que es ampliamente repudiado por movimientos sociales y políticos opositores.
Henry, como el ucraniano Zelensky, busca en el imperio y sus aliados la posibilidad de seguir manteniéndose a flote. Sin embargo, no cuenta con el hartazgo del pueblo haitiano, que pide su cabeza y la de todo el gabinete. Pueblo que seguirá en las calles para mostrar al mundo -Caricom incluido- que la única solución al problema haitiano es contar con las propuestas surgidas en el seno de las organizaciones progresistas y revolucionarias. En Haití, nada se soluciona con comicios fraudulentos como ocurriera con Martelli o Jovenal Moise, tampoco con asaltos al gobierno, como hizo el pro-yanqui Ariel Henry. De insistirse en estas vías, el país seguirá balcanizándose, con un futuro impredecible.
Fuente: Haitinominustah.wordpress.com