
Ahora que estamos de escalada cainita y debatimos sobre quién merece y desmerece una calle, voy a lanzar una pregunta inocente: ¿Indalecio Prieto merece la calle que tiene en Palma? Desde el punto de vista democrático, sí, porque fue un socialista moderado que luchó por la libertad y la democracia. Además, fue un acérrimo antiestalinista que se opuso a la deriva soviética de Negrín y el PCE durante la guerra civil. Sin embargo, su relación con Mallorca tiene dos hechos oscuros que debemos recordar.
Prieto fue el principal responsable de la retirada republicana en la Batalla de Mallorca. Se oponía a que la República dedicara esfuerzo alguno a luchar contra el fascismo en la isla. “La conquista de cualquier provincia española vale de momento muchísimo más que la toma de Mallorca”, afirmó en un artículo el 26 de agosto de 1936, justo cuando las operaciones republicanas iban mejor. El capitán Alberto Bayo dice que aquello fue “un bombardeo más terrible que el de los italianos” y le culpó el resto de su vida. Prieto consiguió lo que quería: el gobierno republicano dio orden de reembarcar y ya nunca más se intentó liberar a la isla de las garras del fascismo. Prieto luchó por la libertad y la democracia, pero no en Mallorca.
En su artículo, el socialista asturiano decía que la isla podía quedarse en manos rebeldes porque no tenía armada y “no van a venir los mallorquines a nado, con su fusil a la espalda, a invadirnos por Levante”. Lo que ocurrió fue que los italianos montaron una base aérea y machacaron la retaguardia republicana con más de 5.000 muertos. Vamos, que son los franquistas mallorquines los que deberían ponerle una calle a Prieto por despreciar de esa manera una posición tan importante.
Además, durante la guerra fue ministro de Marina y Aire, y después ministro de Defensa Nacional, es decir, que fue el principal responsable de los bombardeos sistemáticos e inútiles contra la población civil mallorquina. Aquellos ataques, además de incumplir todas las normas del derecho internacional, sólo conseguían enfurecer a los franquistas para que reprimieran más, como ocurría en el bando contrario. Por ejemplo, el 31 de mayo de 1937 tres aviones atacaron el centro de Palma (calle Socorro) y mataron a 10 civiles inocentes, entre ellas las hermanas Antonia, Magdalena y Mercedes Muñoz Martí. En total, murieron 108 civiles en los bombardeos, 35 de ellos niños. Ninguno tiene una calle en Palma.

Poca gente con poder en 1936 aguanta un análisis crítico si se rasca un poco. Parafraseando al cardenal Richelieu, dadme seis líneas del hombre más honrado de Francia y encontraré razones para ahorcarlo. Tenemos debates cainitas para rato.
(Columna Tejiendo historia, publicada en Ultima Hora el viernes 9 de octubre de 2020. Sale cada 15 días en papel).
Fuente: Manuelaguilerapovedano.wordpress.com