April 5, 2021
De parte de Arrezafe
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COUNTERPUNCH
– 02/04/2021

Jeffrey
St.Clair

Los
estadounidenses queremos ser apreciados, pero se nos teme en casi
todo el mundo. Nos vemos a nosotros mismos como justos y rectos, pero
transgredimos cotidianamente el derecho internacional y los más
básicos derechos humanos.

Creemos
ser emisarios de la libertad, pero nos negamos a reflexionar sobre
las consecuencias éticas de nuestras múltiples agresiones
imperiales. Preferimos ignorar cuanto se perpetra en nuestro nombre,
ignorar el cúmulo cadáveres amontonados tras nuestros ataques con
bombas, misiles y aviones no tripulados. No queremos indagar ni
saberlo, porque ello amenazaría los principios esenciales de nuestra
propia identidad, porque ello socavaría el reconfortante relato de
nuestras creencias y rompería la espectral ilusión de nuestra
hechizada psique nacional.

¿Qué
se necesita para excitar el nervio moral de Estados Unidos?

Bombardear
niños con bombas de racimo o arrasar fiestas nupciales con drones ya
no parece suficiente. Tampoco la tortura. Ah, sí, hubo un pataleo
colectivo ante las espeluznantes fotos de soldados estadounidenses riendo mientras clavaban electrodos a prisioneros iraquíes desnudos
y angustiados, aterrorizados por amenazantes pastores alemanes.
Pero esa indignación pronto se desvaneció y esas infames escenas
no tardaron en adquirir la familiaridad de una serie de televisión.





Fuente: Arrezafe.blogspot.com