Rebelión
– 24/06/2021
El Marqués Vargas
Llosa y las elecciones en el Perú
Las clases dominantes de
América Latina, siempre racistas, clasistas, sexistas, propagadoras
del odio y de la violencia contra los pobres, cultoras de la
desigualdad y la opresión, cuentan con sus ideólogos orgánicos a
escala nacional e internacional.
Esos ideólogos de oficio
desempeñan su papel de manera juiciosa, a través de los diversos
medios de difusión, educación y entretenimiento. Ocupan las
pantallas y las ondas de falsimedia, escriben en periódicos y
revistas al servicio del capitalismo e imperialismo, ocupan cátedras
en prestigiosas universidades del Norte y el Sur del mundo. Se
encargan de repetir un guion establecido, como si fueran oráculos
providenciales que tienen las recetas económicas, políticas y
culturales que garantizan riqueza y prosperidad. Ese recetario
neoliberal y neoconservador al mismo tiempo, rinde un culto al
mercado (eufemismo del capitalismo), al individualismo, a la
competencia, a la riqueza y a los ricos, a las grandes empresas, a
los Estados Unidos. Ese recetario en América Latina dictamina, sin
discusión alguna, cuáles son las fuerzas políticas y sus
candidatos, a los que se debe apoyar porque encarnan la democracia,
la prosperidad y, sobre todo, la libertad (de mercado). Todo aquel,
hombre, mujer o colectivo, que ponga en cuestión esas pretensiones
de los dueños de América Latina, de inmediato se le demoniza y se
le concibe como un enemigo de la democracia y del mundo libre y una
expresión del “totalitarismo comunista”, simplemente porque
plantee, por ejemplo, que los ricos paguen impuestos, que el Estado
se encargue de la salud y la educación, que se nacionalicen los
recursos mineros y energéticos, que se controle al capital
extranjero y se evite la fuga de capitales, se propugne por la
creación de instituciones que den empleo y protección a los pobres…
Por supuesto, a cambio de los servicios de estos ideólogos, el
capitalismo los recompensa con dólares y euros, premios literarios
(entre los que se incluye el Nobel de Literatura), reconocimiento y
prestigio mediático.
Para estos ideólogos no
hay disyuntiva posible en su apoyo incondicional al capitalismo y al
imperialismo y eso lo evidencian en todas sus intervenciones
políticas y, cuando son escritores, en sus columnas de opinión o en
sus libros, en los que claramente condenan con una saña
inquisitorial a aquellos que se atreven a cuestionar al mercado y a
la democracia realmente existente.
1.
Si alguien encarna todo
lo anteriormente planteado en nuestra América es el Marqués Jorge
Mario Pedro Vargas Llosa, un ciudadano europeo que por accidente
nació en Arequipa (Perú). Es la voz cantante de la extrema derecha
mundial, neoliberal y neoconservador al mismo tiempo, enemigo
acérrimo y declarado de cualquier proyecto nacionalista en nuestro
continente, racista inveterado que anuncia todos los días su
desprecio por los pobres, indígenas, negros y masas irredentas de
nuestros países, cultor de los ricos y poderosos, de los asesinos
neoliberales (entre ellos Uribe Vélez e Iván Duque, para no ir tan
lejos), militante furibundo de la extrema derecha mundial y, desde
España y Europa, supone que estas son las potencias coloniales de
tiempos pasados, y él su vocero autorizado, una especie de Fray
Gines de Sepúlveda redivivo (sí, el leguleyo que decía que los
indígenas no tenían alma y se debían esclavizar y que se enfrentó
a Fray Bartolomé de las Casas).
En su condición de
opinologo, cada ocho días en El País, el diario imperial globalista
que se edita en España, exhala odio, racismo desprecio por los
humildes y rinde culto a los ricos, poderosos y criminales del
capitalismo realmente existente. Son conocidos sus panfletos de mal
gusto contra Fidel Castro, Hugo Chávez, Evo Morales, los indígenas
bolivianos, ecuatorianos, peruanos y su apología incondicional de
los Estados Unidos y sus crímenes, como los cometidos en Irak. Cada
columna es un refrito de estupideces neoliberales, de sandeces
propias del sentido común neoliberal y neoconservador, y en cada uno
de sus escritos se evidencia su podredumbre ética, política y
humana.
Ahora, en estos mismos
momentos, a propósito de las elecciones presidenciales en el Perú,
el despreciable Marqués I Vargas Llosa se hunde en el fango de su
propia podredumbre. Recordemos que en la que primera vuelta electoral
pasaron a la siguiente los candidatos Pedro Castillo, un humilde
profesor que representa a Perú Libre, una organización de
izquierda, y Keiko Fujimori, representando a Fuerza Popular, una
agrupación de extrema derecha. Desde ese momento, el Marqués y
escribidor inició una labor mediática, con columnas de prensa,
entrevistas por televisión, en la que de una forma miserable
demonizo a Pedro Castillo, y a los electores que lo apoyan ‒en el
mundo rural y en las barriadas pobres de grandes ciudades‒ diciendo
que era la resurrección del “marxismo-leninismo-mariateguismo”,
que iba a condenar a Perú a la miseria (como si la gran mayoría de
sus habitantes no vivieran en la miseria permanente), iba a terminar
con las libertades y la prensa libre e iba a implantar un modelo
castro-chavista con el asesoramiento directo del gobierno de Nicolás
Maduro y mil sandeces de este estilo.
Al mismo tiempo, y dando
una voltereta de 180 grados apoyó a Keiko Fujimori, la hija del
dictador y criminal Alberto Fujimori, quien derrotó a Vargas Llosa
en las elecciones de 1990 y a quien había dicho que jamás iría a
apoyar, porque “la hija de un ladrón y asesino no puede ser
presidenta”, según sus propias palabras. Pues ahora, por arte de
magia, Keiko Fujimori, quien ha estado presa por corrupción y puede
volver a prisión por largos años, según la pluma corrompida del
Marqués Vargas Llosa es adalid de la democracia, la justicia y la
libertad en el Perú, y por eso había que votar por ella en la
segunda vuelta electoral e impedir que el representante del comunismo
internacional ganará en el Perú, y lo hundiera en el caos y en la
desolación.
A la par con el lavado de
imagen de K. Fujimori, a quien le envió efusivos mensajes de apoyo,
empezó a propagar el miedo para que no votaran por Castillo, hasta
el punto de insinuar y amenazar con un golpe de estado, que
desconociera los resultados en caso de que el candidato de izquierda
ganara. Cuando se conocieron los resultados finales de la segunda
vuelta, con un ajustado triunfo del candidato de izquierda, Mario
Vargas Llosa, apoyando directamente a la Fujimori, empezó a
desconocer el resultado legítimo y democrático para hablar de
fraude, invalidar los resultados y preparar el terreno para la
campaña de desestabilización y saboteo que se avecina por parte de
la derecha que tan bien representa Vargas Llosa y, por supuesto, la
Comunidad Internacional de delincuentes que encabeza Estados Unidos.
El Marqués Vargas Llosa
habla con tono grandilocuente, propio de los que se creen superiores
y dictamina que debe hacer la gente, comportamiento por lo demás
típico de los hacendados que tienen a sus órdenes un enjambre de
peones en los campos o a tropas de subalternos en las
multinacionales. Ha sentado este nuevo principio político, frente al
cual los grandes pensadores de la política quedan en pañales: “el
derecho a votar no basta, si los peruanos se equivocan y votan mal”.
Lo que es aceptable, según el notable teórico de la ciencia
política Mario Vargas Llosa, es votar bien, y votar bien es como lo
hace él por sus candidatos y defensores de la desigualdad y la
opresión. De paso, digamos que eso de votar bien recuerda lo dicho
por el criminal de guerra Kissinger cuando hace medio siglo
refiriéndose al triunfo de Salvador Allende en Chile sostuvo que «no
veo por qué tenemos esperar y permitir que un país se vuelva
comunista debido a la irresponsabilidad de su propio pueblo».
Pero veamos que es votar
bien en la trayectoria electoral de Vargas Llosa. Todos los
candidatos que apoyó en el Perú desde 2006, han terminado en la
cárcel, huyendo por sus delitos o han sido destituidos: Alejandro
Toledo, Ollanta Humala, Pedro Pablo Kuczynski. ¡Una gran muestra de
lo que es votar bien y un gran ejemplo para los peruanos humildes que
se les ocurre votar mal, contra la santa voluntad del Marqués
español!
2.
La sapiencia de este
detestable personaje va más allá, como lo ilustra el artículo “En
la cuerda floja”, dado a conocer el mismo día de las elecciones en
Perú, el 5 de junio. Esta es una pieza antológica, que si no se
supiera de donde proviene, podría colocarse como un claro ejemplo de
analfabetismo político. Pero como el que escribe no es ningún
analfabeto, sino un Premio Nobel de Literatura, es claro que es una
muestra de cinismo y podredumbre política y ética.
La tesis central del
artículo señala que América Latina es un continente interesado en
resucitar el marxismo-leninismo, que los europeos y asiáticos se
habían encargado de enterrar. Y empieza a ilustrarlo con lo que pasa
hoy en nuestro continente, de tal manera que las citas textuales son
indicativas, según la sapiencia eurocéntrica y colonialista del
Marqués español:
Brasil: “Los
jueces han soltado a Luiz Inácio da Silva […]. Si pudieran votar
los extranjeros, Lula, su niño mimado, barrería. Los brasileños
son más cautos: recuerdan sobre todo que pesan varias condenas sobre
él, por aprovecharse del poder y por corrupción”.
Chile: “no
anda mucho mejor y todo en este país, que parecía haber hecho sus
deberes y crecido hasta distanciarse del resto de América Latina y
alcanzar niveles europeos, ahora es un absoluto caos. El Partido
Comunista, que se había encogido hasta ser casi marginal, es ahora
el primer partido político del país, conducido por aguerridos
jóvenes de ambos sexos que sueñan con una nación uniformada, de
economía estatizada, que arruinaría una sociedad que, parecía, iba
a ser la primera en América Latina en acabar con el subdesarrollo.
[…] El país que creíamos en la vanguardia ha pasado a la
retaguardia de América Latina entre las devastaciones de las que
basta una cifra para medir la catástrofe: en menos de media hora los
rebeldes quemaron y destruyeron ocho estaciones del metro más
moderno y costoso de América Latina”.
Colombia: “[…]
Arde por todas partes y el presidente Iván Duque es atacado incluso
por su propio partido y su maestro, el expresidente Álvaro Uribe, lo
acusa de débil y de no recurrir al ejército para aplacar a los
violentos que, guiados por la mano venezolana, quieren arrebatarle el
poder”.
Bolivia: “Las
fuerzas de Evo Morales han vuelto al poder y éste tiene un candidato
al cual llama hermano y cholito… Pero no es boliviano sino peruano:
Pedro Castillo”.
Ecuador-Uruguay:
“El solitario Ecuador, con otro solitario, Uruguay, países
donde los votantes han sido más sensatos que el resto de los
sudamericanos, son las escasas excepciones democráticas en un
subcontinente que parece empeñado en resucitar el marxismo-leninismo
que los europeos y asiáticos se han encargado de enterrar”.
Perú: “[…]
Blanco favorito en lo inmediato para el eje cubano, venezolano y
nicaragüense. Si Pedro Castillo gana la elección, el
marxismo-leninismo-mariateguismo […], sería la dictadura más
feroz y sanguinaria que todas las que ha conocido el país a lo largo
de su historia”. Su futuro “se dirimirá hoy domingo, entre el
candidato de esa cuadriga, Pedro Castillo y Keiko Fujimori, los dos
finalistas de la primera vuelta electoral”.
Luego viene su consabida
retahíla antipopular para justificar su voto por Keiko Fujimori:
“Ella ha pedido perdón públicamente por sus errores del pasado
y ampliado considerablemente su equipo de gobierno, incorporando a
antifujimoristas convictos y confesos, y comprometiéndose a respetar
la libertad de expresión, al Poder Judicial y a entregar el mando
luego de los cinco años como establece la Constitución”.
Votar por Pedro Castillo
es, según el Marqués español, un “suicidio político”,
porque entre otras cosas, “cerraría para siempre –o por muy
largo tiempo– la posibilidad del país de recuperar su vieja
historia, cuando fue, en el pasado prehispánico, cabeza de un
imperio que daba de comer a todo el mundo, o en los trescientos años
coloniales cuando el virreinato peruano era el más próspero de
América. Todo ello para convertirse en un agente al servicio de Cuba
y Venezuela […]. Por eso, he hecho campaña por Keiko Fujimori y
deseo ardientemente que gane esta elección”.
Estas magistrales clases
de estupidez política no sirven, desde luego, para entender lo que
pasa hoy en nuestro continente y en el Perú en particular, pero si
son una elocuente muestra de la podredumbre ética e intelectual del
Marqués Mario Vargas Llosa. Como lo ha dicho otro escritor peruano,
José Luis Ayala, “Has tomado una posición en contra del pueblo
del Perú. Te has opuesto una vez más a que ejerzamos nuestros
derechos sociales y estás en contra de las grandes mayorías. Te
opones a toda clase de reivindicaciones históricas. Llamas a un
golpe de Estado”. Esa podredumbre intelectual convierte al Marqués
en el escribidor de la desigualdad y la injusticia en nuestro
continente y por eso como recalca el escritor mencionado: “Atacas
de la manera más vil. Eres un enemigo feroz de naciones
empobrecidas, que tratan de liberarse del inhumano sistema que ahora
defiendes”.
Como colofón, al Marqués
pueden aplicarse las palabras de su propio hijo, Álvaro Vargas
Llosa, tan vil como su padre, cuando dijo hablando de Keiko Fujimori
en 2018: “El fujimorismo no se ha reformado, representa todavía la
podredumbre desde el punto de vista ético y una grave amenaza a las
instituciones democráticas”. Simplemente cambiemos algunas
palabras y digamos, parafraseando al hijo del Marqués y quien
heredara ese título nobiliario de la monarquía española: Mario
Vargas Llosa no se ha reformado (ni se reformará en esta vida),
representa todavía la podredumbre desde el punto de vista ético e
intelectual, es una grave amenaza para la democracia en el Perú y en
nuestro continente y un enemigo acérrimo de los pueblos de nuestra
América.
Fuente: Arrezafe.blogspot.com