March 4, 2021
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El mundo está «muy lejos» de los objetivos del Acuerdo de París, un informe de ONU Cambio Climático. Ahora, un estudio científico insiste en esta deriva: los países no están haciendo lo suficiente y el ritmo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero debe multiplicarse por diez para reducir al máximo los peores efectos del cambio climático.

Entre 2016-2019, es decir, tras la firma del pacto climático alcanzado en la capital francesa, 64 países redujeron, aunque no lo suficiente, sus emisiones. En cambio, en 150 países aumentaron. A nivel mundial, las emisiones crecieron en 0,21 mil millones de toneladas de CO2 por año durante ese periodo en comparación con 2011-2015. Así lo recoge y realizado por especialistas de la Universidad de East Anglia (UEA), la Universidad de Stanford y el Proyecto Global del Carbono

Las restricciones sanitarias no son la solución

En 2020, las medidas de confinamiento para hacer frente a la pandemia de COVID-19 reducirán las emisiones mundiales en 2.600 millones de toneladas de CO2, aproximadamente un 7% por debajo de los niveles de 2019. En España, un 10,5%. No obstante, esto no es más que un espejismo que distorsiona la realidad.

De los 36 países de ingresos altos, 25 vieron disminuir sus emisiones durante 2016-2019 en comparación con 2011-2015, incluido Estados Unidos (con una disminución media anual del 0,7%), la Unión Europea (0,9%) y Reino Unido (3,6%). Las emisiones disminuyeron incluso cuando se contabiliza la huella de carbono de los bienes importados producidos en otros países.

Treinta de los 99 países de renta media-alta también redujeron sus emisiones durante 2016-2019 en comparación con 2011-2015. En cambio, las emisiones de China aumentaron un 0,4%, eso sí, mucho menos que el crecimiento anual del 6,2% de 2011-2015.

El grupo de especialistas insiste en que 2020 ha sido un ‘botón de pausa’ que no puede continuar de forma realista mientras el mundo dependa abrumadoramente de los combustibles fósiles. Las restricciones sanitarias no son una solución sostenible ni deseable para la crisis climática, recuerdan.

«El descenso de las emisiones de CO2 a partir de las respuestas a la COVID-19 pone de manifiesto la escala de las acciones y de la adhesión internacional necesarias para hacer frente al cambio climático», señala Corinne Le Quéré, catedrática de la Royal Society en la Facultad de Ciencias Ambientales de la UEA, quien dirigió el análisis.

Se necesitan recortes anuales de 2.000 millones de toneladas de CO2

Es poco probable, según el estudio, que en 2021 se recupere por completo el nivel anterior de emisiones de CO2. Sin embargo, los autores afirman que, a menos que la recuperación de la COVID-19 dirija las inversiones hacia las energías limpias y la economía verde, es probable que las emisiones vuelvan a aumentar en pocos años.

Las inversiones posteriores a la crisis en la mayoría de los países, en contradicción con los compromisos climáticos, incluso en Estados Unidos y China. La Unión Europea, Dinamarca, Francia, el Reino Unido, Alemania y Suiza son algunos de los pocos países que han aplicado hasta ahora importantes paquetes de estímulo ecológico con inversiones limitadas en actividades basadas en los combustibles fósiles.

«Los compromisos por sí solos no son suficientes. Los países necesitan alinear los incentivos post-COVID con los objetivos climáticos de esta década, basados en una ciencia sólida y en planes de implementación creíbles», afirma el profesor Rob Jackson, de la Universidad de Stanford, y coautor del estudio.

Según las proyecciones, se necesitan recortes anuales de entre 1.000 y 2.000 millones de toneladas de CO2 a lo largo de la década de 2020 y las siguientes para mantener la temperatura entre 1,5 y 2 °C, como pide el Acuerdo de París. Actualmente, el planeta ya se ha calentado más de 1 °C desde la Revolución Industrial debido a las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de las actividades humanas.




Fuente: Climatica.lamarea.com