March 12, 2023
De parte de Cultura Y Anarquismo
1,466 puntos de vista

Somos un tornado feminista que se nutre del aliento de las mujeres
que fueron, llena los pulmones de las mujeres que somos y suelta una
bocanada de aire hacia el futuro de las mujeres que están por venir. 

Tras
más de cuarenta años convocándonos a este 8 de marzo, como día de lucha
feminista, venimos a arrasar con las injusticias de un sistema que nos
sigue mirando desde arriba y con superioridad.

Somos un tornado
feminista que viene del pasado, que se origina en las luchas de nuestras
ancestras. El tornado que hoy nos convoca aquí nos llega con la memoria
de las mujeres latinas, filipinas, rifeñas, marroquíes, saharauis y
guineanas que se enfrentaron al colonialismo español; de las
represaliadas por el franquismo, de las violentadas por su Patronato, de
las desaparecidas, las exiliadas, las presas, las silenciadas, las
olvidadas, de las mujeres que nunca dejaron de buscar. De las mujeres
gitanas marginadas y despreciadas por una España que se decretó
imperial, blanca y católica. Exigimos para todas y cada una que se esclarezca la verdad, que se haga justicia y que se repare el daño causado.

Somos
el tornado feminista que se carga con la rabia y el recuerdo de las
mujeres y criaturas asesinadas y agredidas por la violencia patriarcal,
de los asesinatos ignorados en el mar y en las fronteras, de los
asesinatos en las residencias de la tercera edad, de los suicidios
cotidianos, que son también asesinatos.

Somos un tornado feminista
compuesto de la energía de todos los cuerpos en lucha, de las personas
con diversidad funcional, de las mujeres precarizadas, gordas, locas,
psiquiatrizadas y cuestionadas. Somos disidencia y rabia, diversidad y
abrazo. Somos las migrantes, las racializadas, las negras y marrones.
Somos trans, intersex y no binaries, somos bolleras y bisexuales, somos
las madres y las abuelas, las familias monomarentales, las familias
disidentes, las disidentes de la familia. 

Somos las jornaleras,
las trabajadoras del hogar y de los cuidados, las aparadoras del
calzado, las limpiadoras de hospital, las sociosanitarias, las kellys,
las trabajadoras textiles en lucha y todas las mujeres en huelga, las
cuidadas, las becarias, las riders, las autónomas, falsas o
verdaderas. Somos las prostitutas. Somos las sin papeles, las
expulsadas, las desahuciadas, las víctimas de trata y explotación
sexual, agraria, textil y de los cuidados. Somos las estudiantes, las
paradas, las jubiladas, las amas de casa. Somos las criminalizadas por
luchar y las que no vamos a parar. 

Somos tornado global, nos
abrazamos con fuerza a nuestras hermanas de todo el mundo con las que
gritamos por la paz: ucranianas y rusas, sirias y turcas, palestinas y
yemeníes, sudanesas y malienses. Este tornado demanda el cese de todas
las guerras para poner la vida en el centro. Se revuelve contra la
violencia que están sufriendo nuestras compañeras peruanas. Nos unimos a
todas las refugiadas, migrantes y desplazadas por las guerras y los
desastres naturales, por las consecuencias del extractivismo y de la
voracidad capitalista y colonial. La defensa de la paz, la soberanía y
el planeta tiene rostro de mujer: Berta Cáceres, Marielle Franco, Ahed
Tamimi o Mahsa Amini incendian este tornado en la revolución feminista
que grita “Mujer, vida, libertad” con las hermanas iraníes, kurdas, y
afganas, lucha con todas las mujeres musulmanas y árabes, que exigen
decidir sobre sus cuerpos y sus vidas.

Lo decimos con más fuerza
que nunca este 8 de marzo de 2023, en el que tenemos que repetir lo
obvio: que luchamos contra un patriarcado capitalista, racista e
imperialista que silencia la masacre de la valla de Melilla, ignora las
muertes en el Mediterráneo, justifica los feminicidios, la violencia
vicaria, el odio y las violencias contra las mujeres (ya sean cis o
trans) y las personas LGTBIQA+, que niega la violencia obstétrica y
cuestiona nuestra libertad sexual. Un patriarcado, aliado de la derecha y
de la ultraderecha, que disputa hasta el hartazgo esos derechos
nuestros –como el aborto– que hemos logrado luchando; un patriarcado que
alimenta los discursos de odio hacia las personas trans y que hoy
disfraza de preocupación por las mujeres su obsesión por recortar
nuestra autonomía, nuestra agencia y nuestra libertad. 

Somos el
tornado feminista que arrancará las raíces profundas de las violencias
machistas, alzando la voz por las asesinadas, las que sufren violencia
de sus parejas o exparejas, las que son violadas o agredidas
sexualmente, las que sufren en el hogar, el trabajo, la calle, los
espacios públicos, en la pareja, la familia, la sociedad y en las
instituciones del estado.

Somos el tornado feminista que arrasará
con esa cultura de la violación que silencia nuestras voces, duda de
nuestra palabra, nos acusa de aquello que sufrimos, imponiéndonos una
falda más larga o mayor resistencia, y que justifica a los agresores por
tener una supuesta naturaleza irrefrenable, despojándolos de su
responsabilidad.

Este tornado feminista nos carga de la energía
necesaria para seguir luchando en las calles hasta que las violencias
machistas desaparezcan. Los avances que estamos consiguiendo para que
nuestro consentimiento esté en el centro, para que nuestras decisiones
importen, para que nuestro deseo se tenga en cuenta y para que los
cuerpos de las mujeres no puedan ser agredidos ni violados, se logran
gracias a todas las que gritamos ayer, hoy y siempre: “¡Hermana, yo si
te creo!” Es necesario un verdadero cambio cultural, con medidas
educativas, de protección y de reparación auténtica para todas las
mujeres, la infancia y la adolescencia amenazadas y que elimine, de una
vez por todas, el retrógrado sesgo patriarcal de la justicia.

Gritamos:
“¡No solo nos matan los feminicidios!” Porque también nos mata un
sistema capitalista que feminiza, precariza e invisibiliza los cuidados,
que recorta los servicios públicos, que nos excluye. Nos matan las
subidas de los alimentos, la exclusión sanitaria y los recortes en
sanidad, los desahucios y el precio de la vivienda, los salarios de
miseria y las ayudas inexistentes, los CIEs, el calentamiento global, la
contaminación, la pobreza energética, los prejuicios. Nos mata una
precariedad que nos roba los sueños, el tiempo y la salud mental.

Este
tornado feminista viene para acabar con este gobierno neoliberal de la
Comunidad de Madrid que está en guerra contra sus gentes. Ante su
asfalto, queremos árboles; ante su privatización, queremos escuela
pública; ante sus recortes, queremos centros de atención primaria, y
personal sanitario; ante su especulación, queremos vivienda digna; ante
sus placas franquistas, queremos la memoria de las mujeres; ante su
contaminación, queremos transporte público; ante sus corridas de toros,
queremos centros sociales; ante su objeción, queremos abortar en la
sanidad pública, ante sus silencios asesinos, queremos nuestro orgullo
trans. Y, sobre todo, este tornado imparable baila diverso y lleno de
fuerza porque Madrid es chotis, reguetón, cumbia, kizomba, tecno y la
danza del león.

Nuestro tornado feminista limpiará los cielos, los
ríos y los mares, reducirá las emisiones y el calentamiento global.
Mientras tanto, peatonalizará los accesos a los coles, hará carriles
bici y ciudades accesible para todas, defenderá los parques y los
centros de salud, protegerá a las barrenderas del calor, devolverá la
luz a la Cañada, abrirá los servicios sociales a todas las personas que
los necesitan, invertirá en la Red de Atención a Víctimas de Violencia.
Nuestro tornado feminista derribará los muros y las fronteras. Mientras
tanto, presionará para que haya citas de asilo disponibles, para que se
apruebe ya la regularización extraordinaria de las personas en situación
administrativa irregular y para que se legisle contra el racismo. 

Nuestro
tornado feminista acabará con el binarismo, el patriarcado y la
opresión sexual. Mientras tanto, defenderá con uñas y dientes los
derechos de la infancia y la adolescencia trans, el reconocimiento de
les no binaries y una educación afectivo sexual que construya una
sociedad sin violencias en la que nos podamos expresar con libertad y
deseo.

Desde todos los rincones, urbanos y rurales, desde todos
los barrios y todos los pueblos, desde todas las luchas, desde todos los
cuerpos, desde todas las existencias y capacidades, desde todas las
generaciones, las feministas invocamos el tornado que ya lo está
revolucionando todo. Este tornado no parará hasta que tengamos un Madrid
y un mundo en el que quepamos todas, todes, todos.

Somos tornado feminista. Desde la Comisión 8M del Movimiento Feminista de Madrid gritamos fuerte ¡aquí estamos las feministas! ¡Aquí estamos las transfeministas!

Somos el grito necesario. El feminismo lo está cambiando todo.

Por la Comisión 8M 2023 de Madrid




Fuente: Culturayanarquismo.blogspot.com