El traslado como parte de la represión hacia la lucha de los presos injustamente
Marcelino Ruiz Gómez, actualmente preso injustamente en el CERSS No. 10 de la ciudad de Comitán de Domínguez, Chiapas, lleva 19 años de lucha por su libertad frente a su detención arbitraria, tortura y violaciones graves al debido proceso legal. El indígena tsotsil es fundador de la Organización Vineketik en Resistencia y adherente a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona del EZLN.
Marcelino es originario del municipio de San Juan Chamula; con su familia cultivaban hortalizas en su parcela para luego venderla en el mercado de San Cristóbal de Las Casas. El 5 de febrero del 2002, fue detenido de manera arbitraria y torturado.
Después de varios años en prisión, Marcelino se da cuenta de la discriminación y violencia que sufren las personas indígenas al interior de las cárceles: “por parte de policías, custodios, el personal del área administrativa y todo el personal de los juzgados, desde el Juez hasta de quienes sacan las copias de los expedientes penales iniciados con pruebas ilícitas», comparte el adherente a la Sexta.
Por tal motivo desde el año 2015, Marcelino decidió exigir sus derechos humanos y alzar la voz; exigió al director del CERSS de San Cristóbal de Las Casas para que mejorará las condiciones precarias en las que vivían los internos: mala alimentación, celdas insalubres, falta de atención médica adecuada y de suministro de medicinas, psicológica y dental. El director, lejos de escuchar su petición tomó represalias trasladándolo al CERSS No. 12 del municipio de Yajalón, Chiapas. Ahí realizó dos huelgas de hambre para exigir el traslado inmediato y estar cerca de su familia. La primera huelga fue de tres días y pasaron dos meses sin respuesta, la segunda huelga fue de ocho días: «con el apoyo del Frayba y de otros colectivos logre mi traslado más cerca de casa, me trasladaron al CERSS No. 10, aquí en Comitán desde el 7 de abril de 2015», recuerda el indígena chiapaneco.
Marcelino ha sido alejado de su familia y de sus hijos como parte de la represión por su lucha. A su madre le ha dificulta los largos viajes para visitarlo, además de ser viuda y no contar con los recursos. “El impacto no solo es para mi, es también para mi familia porque ellos sufren conmigo, la falta de acceso a la justicia, cada momento de represión, ellos también lo sienten el miedo y el terror. Nos queda claro que los verdaderos delincuentes están en el poder y ellos hacen las leyes a su manera y las cárceles están llenos de indígenas”, denuncia Ruíz Gómez.
«Dentro del interior de la cárcel he aprendido muchos oficios: tejo hamacas, bolsas, artesanías de madera para poder apoyar a mi familia. Ahora he realizado mis dibujos, que es algo que me mantiene en libertad y me da mucha fuerza para seguir luchando», expone Marcelino, quien el pasado uno de abril, lanzó una exposición grafica virtual llamada “Por la vida y la Libertad”.
El 15 de marzo de 2019, el indígena tsotsil fundó la Organización Vineketik en Resistencia para luchar por su libertad y evidenciar las graves violaciones a derechos humanos dentro de los procesos penales iniciados bajo tortura. “Somos inocentes, estamos pagando por un delito que no cometimos y le exigimos al gobierno nuestra libertad», denuncia.
Marcelino expresa con voz firme que lleva más de dos años en el área de enfermería, dentro del CERSS No. 10, lugar desde donde se organiza y en varias ocasiones ha sufrido agresiones físicas y verbales de custodios, Alcaide de cárcel y del director, como lo ha denunciado en sus cartas desde la cárcel.
“En varias ocasiones la comida la entregan en mal estado y muy poquito, son estrategias para intimidarme para dejar de luchar y abandonar el lugar de resistencia. Para luchar se necesita el apoyo de todos, porque sino la represión viene más fuerte, gracias a los colectivos y al Frayba, que siempre han estado conmigo y los medios de comunicación que han llevado mi voz muy lejos», externa Marcelino.
Texto: Tyañ laj k’ab
Para enviar un saludo a Marcelino y solidarisarse con su demanda de libertad, pueden escribir a:
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Fuente: Pozol.org