Lxs anarquistas tenemos una relación muy particular, única, con la migración. El anarquismo rioplatense en sí mismo es producto directo de varias migraciones y desplazamientos forzados. Incluso lo indígena, que este anarquismo en distintas proporciones tiene, está fuertemente relacionado a distintos procesos migratorios, algunos bastante antes de que algún autodenominado ácrata pisara el suelo. Pueblos nómadas, forzados a migrar, correteados, pueblos formados por el rejunte de personas de otros pueblos y pueblos en relación con gente excluida de otros pueblos, han forjado la historia local. Fueron en algún momento gallegos, andaluces, romanos, genoveses en convivencia con africanos e indígenas, personas esclavizadas o excluidas, todas con mismos amos, pero atravesadas por relaciones de poder muy diferentes entre sí. Todos ellos con posiciones que determinaban relaciones diferentes según fueran negros, indios, mujeres, hermanas menores, lisiados, presos, pero que buscaron en algún momento la asamblea, creando la cultura de lo común del abajo.
Desde la conquista esos europeos excluidos, africanos esclavizados y locales bajo amenaza permanente se han estado relacionando como podían o los dejaban. Así, africanos esclavizados o liberados han convivido con indígenas locales y hasta han luchado juntos. Y otros pichis luego, que el facilismo reduce al moderno-europeo-capitalista-colonialista, pero que también son algo más y llevaban el signo del oprimido, se han sumado abarrotando la conformación de ese otro que somos los anarquistas. Muchedumbre llamando a la muchedumbre a luchar por la libertad e igualdad universal.
En estos procesos de amuchamiento mucho va quedando atrás, es encerrado o disminuido. Se puede ver por ejemplo en el animismo africano e indígena que pareció perderse en gran medida por el colonialismo de la ciencia, la modernidad y Europa. En verdad ese animismo como otras creencias y costumbres, más bien chocó, prohibido arriba y mezclado abajo, con otros animismos venidos del viejo continente y presentes también en los tugurios locales. Los bajos fueron formados por todo eso, proporciones desiguales de los echados de todas partes, sus potencias y costumbres, de los forzados a irse de acá y de allá. Parte de nuestros ojos y lenguas serán colonizadores pero nuestras espaldas y manos son colonizados.
En esa mezcla del abajo el anarquismo fue una fuerza de gran afirmación. El anarquista migrante de un siglo que comenzaba podía ser materialista como las ciencias que prometían libertad en el progreso, tener también varias costumbres pre-modernas europeas traídas de su pueblo de origen, y usar el cuchillo no al costado como el conquistador sino atrás como el indio. Olvidan algunos reduccionistas que conjurando contra los fantasmas de la trascendencia y utilizando la crítica racional, fue cómo se aprendió también a conjurar los fantasmas de la razón totalizadora, el progreso lineal y la cultura estática de la modernidad capitalista.
Ya sea por migración bélica, económica o política, los anarquistas conocemos bien eso de ser y no ser de ninguna parte, así como absorber lo particular y afirmar lo universal. Nuestra patria es el mundo entero dijo el poeta, la patria es donde uno pisa dice el proverbio y la patria es el invento para dividir a los pueblos dice el razonamiento. Y todo es cierto. ¿Será porque el anarquismo es en sí mismo un modo de ser no extático, de potencias exaltadas y que se mueve en tensión con el poder, que sentimos los ácratas atracción por lo que migra? El anarquista es y será migrante, echado por los Estados al luchar, echado por el mercado al trabajar e impulsado hacia afuera por sus propias fuerzas al crear. Golpeado y rebelde, tomando las riendas de las pasiones, el anarquista se entiende enseguida con los oprimidos del mundo.
Nuestras familias están marcadas por la migración, abuelos arrancados del lugar de nacimiento, expulsión, personas que se van en busca de trabajo y hasta el ánimo de explorar nuevos rumbos se mezclan en lo que somos. De un continente a otro o del campo a la ciudad, migrar casi nunca es realmente una elección. Luego, el pobrerío se junta, y sobre todo, se reconoce cuando va contra cadenas comunes.
Regino M.
Fuente: Periodicoanarquia.wordpress.com