March 8, 2023
De parte de Briega
1,255 puntos de vista

Manifiesto AFAC por el Día Internacional de las Mujeres 2023
MUJERES Y DISIDENCIAS, UNIDAS EN RESISTENCIA

Nosotras, estamos aquí, otro 8 de marzo para señalar todas las violencias que genera el
sistema patriarcal, con toda nuestra rabia, con toda nuestra potencia creadora.

Rechazamos que su alianza con el sistema capitalista provoque una feminización de la
pobreza. Nosotras somos más pobres, cobramos menos salarios por el mismo trabajo por
cuenta ajena. Seguimos llevando el peso de la crianza con sus consecuencias laborales.

Las familias monomarentales, que llevan sobre sus cuerpos la carga laboral y de cuidados,
no llegan a final de mes.
Las mujeres mayores reciben pensiones por debajo del umbral de la
pobreza porque a toda una vida de cuidados no se le considera trabajo.

La brecha salarial y en pensiones es sangrante, con pensiones de viudedad y no contributivas
de miseria, imposible de compatibilizar con una vida de calidad.

Exigimos una ley de cuidados que haga posible la dependencia con dignidad y la conciliación de las vidas.

Que las madres protectoras que protegen a sus hijas, hijos e hijes de los maltratadores
tengan garantías judiciales para ellas y sus crianzas.

Rechazamos que nuestros cuerpos aun sean un terreno de disputa política. Que el aborto
libre, seguro y gratuito aun no sea un derecho garantizado
e inamovible en la sanidad
pública, que aún siga estando en el código penal, y que en muchos lugares del planeta sea un motivo de criminalización. Que sigamos sin conseguir que todos los partos sean respetuosos.Queremos que la medicina tenga una visión de género para tratar a los cuerpos de las mujeres, sentimos rabia cuando vemos los recortes de nuestro sistema de sanidad pública, que no se dota de recursos humanos y económicos suficientes, pero en cambio se ve amenazada por una privatización que no podemos consentir.

Decimos también, que seguiremos luchando para que el consentimiento esté en el centro de las relaciones, que la violencia sexual y la violación no sigan siendo una práctica con poca reprobación social.

Gritamos que basta ya, hasta quedarnos roncas, de que nos sigan matando por ser mujeres.
Rechazamos el señalamiento y la exclusión de los cuerpos diversos o disidentes. Que las
trabajadoras sexuales no tengan derechos laborales ni humanos, por el juego de los partidos
y que sean estigmatizadas con leyes que las criminalizan sin querer escuchar sus voces. Que
les quiten la custodia de sus hijas, hijos e hijes, o sean deportadas si son migrantes, que la
industria del rescate gane sumas extraordinarias a costa de reconducir su vida laboral con
formaciones que solo les permiten acceder a trabajos precarizados y feminizados bajo la
tutela del estado.

Rechazamos el racismo interiorizado que no nos permite ver a nuestras vecinas. Que la
recogida de firmas de la ILP Esenciales para la regularización de personas migrantes, pudiera
presentar 700.000 firmas en el Congreso ha sido un precedente histórico, gracias a que se
dejaron la piel los colectivos organizados, pero en un país de casi 49 millones de habitantes no nos debe hacer bajar la guardia. Porque a pesar de eso, aún está en cuestión que las personas en situación irregular tengan derecho a una vida digna y “legal”.

Que la explotación laboral en algunos ámbitos roce la esclavitud, que todas las mujeres sin
papeles se vean abocadas a los trabajos de cuidados y de campo sin contrato por una Ley de
extranjería que es un bucle absurdo de burocracias que las mantiene a muchas sin derechos.

Que estemos rodeadas de vallas de la vergüenza, concertinas, centros de internamiento de
extranjeras y extranjeros que en realidad son cárceles. No queremos más muertes en el mar
ni en las fronteras.

No queremos en los ministerios cargos ocupados por quienes perpetúan políticas de muerte y exigimos la derogación de la Ley de Extranjería y ahora mismo que se debata y se apruebe en el congreso YA la regularazación extraordinaria propuesta a través de la ILPesenciales.

Nosotras las feministas no soportamos más la escalada de militarización mundial, que hayan crecido los recursos personales y económicos para la guerra y que entre las personas que huyen de ellas se pongan más medios para unas que para otras. Que el control social sea
mayor y que las cárceles se sigan entendiendo como parte de la solución.

¡Ni guerras que nos maten ni paz que nos oprima! ¡Basta de guerras, muertes y dolor!

Exigimos políticas ecosociales que pongan en el centro la vida de todos los seres vivos y sus
ecosistemas. Que la idea de crecimiento y progreso NO sea la que guie las decisiones de las
instituciones públicas sin tener en cuenta sus consecuencias medioambientales.

No queremos que se nos impongan proyectos supuestamente “verdes”, ni eólicos, ni de
biogás, ni contaminantes, de destrucción de la tierra, sin que medie la consulta social,
queremos que los colectivos que luchan por los territorios sean respetados y escuchados.

Rechazamos el odio, el profundo odio que nuestras hermanas LGBT y especialmente las
personas trans tienen que soportar desde que nacen.
Que tengamos que escondernos y
disfrazar nuestra existencia o vivir sometidas a la violencia de una sociedad que prefiere
matarnos y enterrarnos bajo una lápida con un nombre que no es el nuestro. Que no sólo
carguemos sobre nuestros hombros la misoginia que reciben las mujeres cis sino también una transfobia flagrante, alimentada por medios de comunicación, políticos de ciertas ideologías y gente que claramente tiene mucha más influencia que principios morales básicos. Que no se nos contrate. Que se nos contrate con salarios más bajos por ser trans, que se nos trate de depravadas y promiscuas, que seamos ignoradas cuando denunciamos un maltrato, que vivamos con el miedo de recibir una paliza simplemente por ir al baño. Que no se nos trate como lo que somos: personas.

No podemos entender la traición, que algunas mujeres que se consideran feministas radicales hacen al movimiento al odiarnos y perseguirnos. Que no entiendan que en este momento somos la primera línea de una larga lucha por los derechos de todas y todes. Que atacarnos por la retaguardia sólo beneficia al sistema patriarcal que las oprime igual que a nosotras. Que si pudieran exterminarnos las siguientes serían las lesbianas y después la libertad sexual y reproductiva. Que no pararán hasta que se nos retire el derecho a voto e incluso nuestra libertad. Rechazamos que nos consideren inferiores mientras se comportan
como perros del patriarcado moviendo la cola al acercarse a la extrema derecha y ladrando
cuando se lo mandan. Que sean tan hipócritas de llamarse feministas mientras apoyan sólo a
las mujeres que les gustan. Cis, blancas, normativas, y si les gustan las mujeres, que no se les
note. Que sean parte activa y consciente de esta violencia continua y sistemática que
sufrimos y sufren todas nuestras hermanas.

Nosotras las mujeres, acá estamos, poniendo las luchas contra todo el odio que va
sembrando el patriarcado. Recordando a todas las que nos precedieron consiguiendo avances sociales desde la calle. Acompañando a las que están poniendo el cuerpo frente a los proyectos de muerte en diversos lugares del mundo para poder salvar el planeta de todas.
Codo a codo con las mujeres que gritan cada día para recordarnos que la mejor manera de
parar al patriarcado es juntas.

Que la fuerza está en las estudiantes y mujeres jóvenes que no tienen garantizado un futuro
que les permita ser independientes, en las campesinas empobrecidas y olvidadas que nos
llenan la cesta de alimentos frescos, en las mujeres mayores que ven al final de su vida como
se hace negocio con las residencias sin que haya pasado nada con las miles de muertes
ocurridas durante la pandemia, en las presas que malviven en un sistema carcelario pensado
para hombres sufriendo discriminaciones varias y alejadas de sus hijas hijos e hijes.
La fuerza está en las trabajadoras, en las migrantes, en las niñas, niños y niñes, en las mujeres rurales, en las disidencias, en las diversas funcionales, en las que cargan con el estigma, la soledad , la medicalización por temas de salud mental que no se abordan como temas sociales, con un índice de suicidios altísimo que se esconde y se calla, en las trabajadoras sexuales, en las negras, en las gitanas que sufren históricamente el racismo social que las condena a los márgenes, en las madres.

La fuerza está en las desahuciadas de sus casas que no encuentran respuesta habitacional a
un problema que es de toda la sociedad, que prioriza la especulación dejando sin techo a
miles de familias.

Abrazamos a las que hoy están parando en diversos lugares de España y del mundo y a las
que se organizan durante todo el año para luchar en colectivo. A todas las que cada día se
levantan con ganas de dinamitar este sistema patriarcal.

¡Somos todas las mujeres las que construimos paso a paso el mundo que queremos, ni un
paso atrás en nuestros derechos!

¡Viva la lucha feminista!

¡Viva la lucha de las mujeres!




Fuente: Briega.org