November 26, 2020
De parte de CNT-AIT Cartagena
571 puntos de vista

Murcia || Relato de la delegada sindical de la sección sindical en la empresa.

Esta empresa trabaja en su imagen de
“restaurante vegano” desde la apertura de sus dos locales (Jardín de los
Dragones y Dragon Lab), pero dista exorbitantemente la percepción de la
realidad. Es poco conocida la incesante lesión de los derechos de sus
trabajadorxs debido a los testimonios que pasan de boca a boca por miedo a una
represalia social.
Hoy se
rompe el silencio y se pone voz a todas esas personas.
Partiendo del lema de “somos una familia”
pretenden generar un ambiente en el que se presente a la disposición de las
empresas tanto su tiempo personal como la producción en condiciones
escandalosas que afecta gravemente a la salud mental y física de sus
trabajadorxs, pretexto de la presión a la que están sometidxs constantemente.
Los contratos son pactados verbalmente pero no
su modificación, como es el caso de una de las trabajadoras que acordó una
jornada de 30 horas semanales. Sin previo aviso se le redujeron a 24 horas
semanales con el falso argumento de disminución de la productividad en un
contexto en el cual acababa de finalizar la Ruta de la tapa vegana pero
comenzaba la temporada alta de Navidad por lo que sí que realizaba una función
necesaria para la empresa en ambos locales. Dicha persona avisó de que no
podría sobrevivir a menos horas de las pactadas pero la única solución que le
presentaba la empresa era una baja voluntaria.
Con objeto de querer ahorrar más aún en la
seguridad social, todos los contratos tienen la categoría de “ayudante de
camarerx/cocinerx”, cuando las funciones que se llevan a cabo son completamente
superiores a lo estipulado. Es por todo ello que la nómina pasó para todxs a
cobrarse la parte apalabrada según convenio por cuenta bancaria y el resto (sin
ser pagadas como horas extraordinarias) en metálico.
 Tampoco
se dispone de los tiempos estipulados por ley, siendo a gusto de la empresa lo
que se dictamine. Era finales de enero y todavía no conocían cómo se iban a
distribuir las vacaciones hasta que las exigieron; los días por asunto propio
era difícil que te los diesen y así te lo decía la compañera nada más entrar al
trabajo: “aquí tenéis que pedir los días con tiempo de antelación, pero es
difícil que los tengáis”. Los fines de semana libres correspondientes por
convenio brillaban por su ausencia aun exigiéndoselos -una de las compañeras
puso como premisa al empezar que se le concediese dos días libres a la semana.
Tardaron dos años para dárselos y solo fue durante unas semanas. Por otra
parte, falleció un familiar directo de otra compañera no haciéndose efectivo el
derecho de los días
libres por fallecimiento remunerados que están contemplados en el Estatuto de
los Trabajadores y tal como indica la ley, la empresa no puede negarse a
concederlos. A su vez, todxs han trabajado con problemas de salud en muchas
ocasiones (gripe, ataques de ansiedad, quemaduras graves, lumbago, etc.)
A raíz de la alta productividad en las fiestas
navideñas, sumado a no recibir las gratificaciones extraordinarias tras estas,
que las condiciones laborales no se modificaban a pesar de comunicarlo y
advirtiendo las consecuencias económicas de la crisis del coronavirus, lxs
trabajadorxs decidieron pedir asesoramiento al sindicato de la CGT. Se tuvo
durante la cuarentena varias reuniones de la plantilla en la que se les
comunicó una modificación sustancial de nuestro salario, poniendo
reiteradamente como solución la baja voluntaria, pues la mayoría tienen un
contrato indefinido.
Terminado el confinamiento, se comunica
pésimamente el retorno a los puestos de trabajo 
al no llevarlo a cabo ni por antigüedad, ni por necesidad y sin previo
aviso en alguna ocasión como es el de la jefa de cocina a la que notificaron
que esa misma noche tenía que trabajar. Ella se negó al no habérsele informado
correctamente, recibiendo mensajes de coacción a su móvil y al de su pareja
para que se incorporase o pidiese la baja voluntaria.
Se sufre un permanente incumplimiento de las
normas más elementales sobre prevención de riesgos laborales que les coloca en
un permanente riesgo de contagio de COVID y accidentes de trabajo en general.
Primeramente, se denunció que no se les había facilitado  los EPIs más elementales para protegerse
frente al COVID en cocina. Así, las mascarillas 
se les negaron rotundamente porque según la jefa, y cito textualmente:
“es algo que utilizáis fuera del trabajo y cada una se está comprando la suya”.
A su vez, se pidió también que se les proporcionase gel hidroalcohólico y
guantes. Los guantes se lo exigieron durante un mes porque  con los químicos para mantener desinfectada la
cocina, los productos para desinfectar las manos y la elaboración de los
platos, algunas compañeras han llegado a desarrollar cortes, piel seca que se
rompe con cerrarla o sensibilidad. Los tuvo que comprar finalmente una
compañera. Respecto al gel, respondieron diciendo que era prescindible ya que
las cocineras se tienen que limpiar las manos continuamente.
Para colmo, al botiquín del que se dispone le
faltan cosas que van comprando lxs trabajadorxs y en ocasiones no se da el
dinero o desaparecen productos esenciales como la crema de las quemaduras
porque el jefe se las lleva de los locales. De este modo, la empresa incumple
también su obligación de tener un botiquín con los productos médicos básicos
para hacer frente a los accidentes.
Fue entonces cuando decidieron organizarse y
crearon una sección sindical en la empresa con el fin de protestar por la
situación y exigir sus derechos, denunciando así a inspección de sanidad y
seguridad social.
Unas semanas más tarde, convocaron una reunión
con dos compañeras argumentando falsamente que generaban “malos rollos” con el
resto de la plantilla. Ante esa situación, expusieron el panorama laboral que
se da, a lo que les propusieron los jefes optar por la baja laboral. Ellxs se
negaron a participar de tal injusticia y pidieron una extinción del contrato
por una falta grave del empresario. Esa misma madrugada, fuera del horario
laboral y sin sentido, se pusieron en contacto con otra de las trabajadoras
acusándola de difamación e intentando manipularla con temas personales. Tras la
respuesta de la trabajadora, le comunicaron que no hacía falta que fuese a
trabajar esa misma noche y que todo quedaría en manos de sendos abogados,
iniciando así la conciliación. Por petición de la propia empresa se les otorgó
un permiso retributivo de siete días en los que, supuestamente, se cerraría el
diálogo.
Dichas tres compañeras pertenecen a la sección
sindical de la empresa por lo que se cree que no querían que fuese a mayores
(Denuncias, organizar a la plantilla, etc), para defenderse de lo público.
Últimamente han recibido ataques indirectos
por parte de la empresa inculpándolxs injustamente de los daños producidos a su
imagen, en primer lugar, y a materiales como es la cerradura de la persiana del
Jardín de los Dragones. Las vías legales siguen siendo los medios de actuación
desde un principio tanto por parte de lxs sujetxs en cuestión como de los
sindicatos.
El
acoso sigue siendo perpetuado y ya no es solo dentro del trabajo sino por redes
sociales.
El silencio ha sido prolongado para respetar
la resolución del pacto, pero en vista de los ataques estamos en nuestro
derecho de defendernos.
No solo el trato vejatorio es en esta empresa.
Somos muchxs lxs que día a día sufrimos la violación de los derechos de lxs
trabajadorxs. Por no hablar que seguimos anquilosadxs en un convenio pactado
por CCOO y UGT en el 2008, que nos somete a ser la Región que menos cobra de
todo el Estado.
Por todo ello, la CNT AIT y la CGT proponen una organización de hostelerxs de la Región
de Murcia con el fin de reivindicar unas condiciones dignas para la clase
obrera, desde la cual se plantea una red de apoyo mutuo, diversas actividades y
asesoramiento jurídico facilitando redes de contacto.
Organízate
y lucha.
Secretaria General de la sección del Jardín de los Dragones




Fuente: Cntaitcartagena.blogspot.com