De
forma general, el mundo de las cosas es sentido como una decadencia.
Arrastra la alienación de quien lo ha creado. Es un principio
fundamental: subordinar no es solamente modificar el elemento
subordinado, sino ser uno mismo modificado.
La
herramienta cambia juntamente a la naturaleza y al hombre: somete la
naturaleza al hombre que la fabrica y la utiliza, pero une al hombre
a la naturaleza avasallada. La naturaleza se convierte en la
propiedad del hombre, pero deja de serle inmanente. Es suya a
condición de estarle cerrada. Si él pone al mundo en su poder, es
en la medida en que olvida que él mismo es el mundo: niega al mundo,
pero es él mismo quien resulta negado. Todo lo que está en mi poder
anuncia que he reducido lo que me es semejante a no existir por su
propio fin, sino por un fin que le es extraño.
Georges
Bataille
Ilustraciones de Tetsuya Ishida
Fuente: Arrezafe.blogspot.com