En muchos momentos de su larga historia, el movimiento obrero ha tenido que optar: o bien apoyar el nacionalismo, la defensa nacional y la guerra, o bien luchar por el internacionalismo: Proletarios de todos los pa铆ses, 隆un铆os! Esta elecci贸n trascendental ha determinado el curso de la historia en muchos momentos decisivos.
Pocas figuras del movimiento socialista han estado tan comprometidas con el programa internacionalista como Rosa Luxemburg. Era jud铆a, polaca y alemana, pero su 煤nica matria fue la Internacional Socialista. Es cierto, sin embargo, que este internacionalismo radical le llev贸 a adoptar posiciones cuestionables sobre la cuesti贸n nacional. Por ejemplo, con respecto a Polonia, su pa铆s natal, no solo se opuso al llamamiento a la independencia nacional polaca, planteado por los socialpatriotas del Partido Socialista Polaco de J贸zef Pi艂sudski, sino que tambi茅n rechaz贸 el apoyo de los bolcheviques al derecho de autodeterminaci贸n de Polonia (incluido el derecho a separarse de Rusia).
Hasta 1914 bas贸 sus puntos de vista en argumentos economicistas: dado que la econom铆a polaca ya estaba integrada en la rusa, la independencia de Polonia era una reivindicaci贸n puramente ut贸pica, compartida 煤nicamente por sectores aristocr谩ticos reaccionarios o peque帽oburgueses. Asimismo concibi贸 las naciones como fen贸menos fundamentalmente culturales, proponiendo por ello la autonom铆a cultural como soluci贸n a las demandas nacionales. Su enfoque adolece precisamente de la dimensi贸n pol铆tica de la cuesti贸n nacional, resaltada en los escritos de Vladimir Lenin sobre la cuesti贸n: el derecho democr谩tico de autodeterminaci贸n.
Sin embargo, en un art铆culo, al menos, abord贸 la cuesti贸n de una manera mucho m谩s abierta y dial茅ctica: la introducci贸n de 1905 a la recopilaci贸n La cuesti贸n polaca y el movimiento socialista. En este ensayo establece una cuidadosa distinci贸n entre el derecho leg铆timo de toda naci贸n a la independencia 鈥掆渜ue se desprende de los principios elementales del socialismo鈥濃 y la deseabilidad de esta independencia para Polonia, que ella niega. Insiste asimismo en que la opresi贸n nacional es 鈥渓a opresi贸n m谩s insoportable por su barbaridad鈥 y solo puede provocar 鈥渉ostilidad y rebeli贸n鈥/1. No obstante, algunos a帽os despu茅s, en su cuaderno de notas de 1918 sobre la Revoluci贸n Rusa 鈥抭ue contiene cr铆ticas muy v谩lidas a las restricciones a la democracia y la libertad por parte de los bolcheviques鈥, vuelve a rechazar toda referencia al derecho de autodeterminaci贸n de las naciones, tach谩ndola de 鈥渇raseolog铆a peque帽oburguesa vac铆a鈥/2.
La mayor铆a de comentarios sobre el internacionalismo de Rosa Luxemburg 鈥抜ncluidos algunos escritos del autor de estas l铆neas鈥 abordan principalmente, y a veces exclusivamente, sus tesis cuestionables sobre los derechos nacionales. Lo que se echa en falta en este terreno, sin embargo, es el lado positivo de su punto de vista: su destacada contribuci贸n a la concepci贸n marxista del internacionalismo proletario y su rechazo obstinado de cualquier concesi贸n a las ideolog铆as nacionalistas y chovinistas. En las p谩ginas siguientes tratar茅 de resumir brevemente esta contribuci贸n.
Georg Luk谩cs, en su cap铆tulo sobre 鈥淓l marxismo de Rosa Luxemburg鈥 de Historia y conciencia de clase (1923), alega que la categor铆a dial茅ctica de totalidad es 鈥渓a verdadera portadora del principio revolucionario en la ciencia鈥/3. Para 茅l, los escritos de Luxemburg, especialmente La acumulaci贸n de capital (1913), eran buenos ejemplos de este enfoque dial茅ctico. Pero cabe decir lo mismo de su internacionalismo: ella analizaba, comentaba y juzgaba todas las cuestiones sociales y pol铆ticas desde el punto de vista de la totalidad, es decir, desde la perspectiva de los intereses del movimiento obrero internacional. Esta totalidad dial茅ctica no era una abstracci贸n, un universalismo vac铆o, o un conglomerado de seres indiferenciados; en efecto, Luxemburg sab铆a muy bien que el proletariado internacional era una pluralidad humana compuesta de gente que ten铆a sus propias culturas, lenguas e historias; sus condiciones de vida y de trabajo tambi茅n eran muy distintas. En La acumulaci贸n de capital hay una larga descripci贸n del trabajo forzoso en las minas y plantaciones de Sud谩frica: nada equivalente pod铆a encontrarse en f谩bricas alemanas. Pero esta diversidad, dice, no deber铆a ser un obst谩culo a la acci贸n com煤n. En otras palabras, para ella, al igual que para Marx y Engels, el internacionalismo significaba Proletarier aller L盲nder, vereinigt euch!, la unidad de la clase trabajadora de todos los pa铆ses contra su enemigo com煤n: el sistema capitalista, el imperialismo, las guerras imperialistas.
Por eso Luxemburg rechaz贸, poco despu茅s de su traslado a Alemania y su adhesi贸n a las filas del Partido Socialdem贸crata (SPD), toda concesi贸n al militarismo, a los cr茅ditos de guerra, a las expediciones navales, etc茅tera. Mientras que el ala derecha socialdem贸crata 鈥抜ncluidos Wolfgang Heine y Max Schippel鈥 eran propensos a negociar acuerdos con el gobierno del k谩iser sobre estas cuestiones, ella denunci贸 abiertamente tales capitulaciones, supuestamente justificadas por la 鈥渘ecesidad de crear puestos de trabajo鈥. El historiador Peter Nettl, en su biograf铆a 鈥捗簍il, aunque limitada鈥 de Luxemburg, se equivoca totalmente cuando considera que su oposici贸n internacionalista a tales concesiones era un 鈥渆jercicio f煤til y formal鈥, basado en la creencia de que el desempleo es un est铆mulo necesario para la lucha de clases/4.
Para Luxemburg, el internacionalismo no se limitaba, como pensaban tantos otros socialistas de su 茅poca, a los pa铆ses europeos. Desde muy temprano, antes que la mayor铆a de los dem谩s l铆deres socialistas, se opuso activamente a las pol铆ticas coloniales de los Estados imperiales europeos, y no ocult贸 sus simpat铆as por las luchas de los pueblos coloniales. Esto inclu铆a, por supuesto, las guerras coloniales de Alemania en 脕frica, como la represi贸n brutal de la revuelta del pueblo herero en 脕frica del Sudoeste (1904). En un discurso p煤blico de junio de 1911, explic贸: 鈥淟os hereros son un pueblo negro que vive desde hace siglos en su tierra鈥 Su crimen fue resistirse a los esclavistas blancos鈥 y defender su tierra (Heimat) contra los invasores extranjeros鈥 En esta guerra, las armas alemanas tambi茅n se cubrieron de gloria鈥 Mataron a los hombres, y las mujeres y menores鈥 fueron empujadas al desierto ardiente/5.
En un escrito de 1902, Martinique, denuncia los cr铆menes del colonialismo occidental en las Antillas, Madagascar, Filipinas y, sobre todo, en China, donde Francia, Inglaterra, Rusia y Alemania 鈥渟e unieron en una gran liga de naciones鈥 para asesinar y saquear el pa铆s. No olvida el imperialismo estadounidense, recordando c贸mo el 鈥淪enado de la ca帽a de az煤car鈥 en Washington envi贸 鈥渦n ca帽贸n detr谩s de otro, un buque de guerra detr谩s de otro, millones y millones de d贸lares de oro, a Cuba para sembrar muerte y devastaci贸n鈥/6.
Al tiempo que condenaba las pretensiones imperialistas alemanas en el Norte de 脕frica 鈥抏l llamado incidente de Marruecos en 1911, cuando Alemania envi贸 buques de guerra a Agadir鈥, calific贸 el colonialismo franc茅s en Argelia de intento brutal de imponer la propiedad privada burguesa contra el antiguo comunismo cl谩nico de las tribus 谩rabes/7. En sus lecciones de econom铆a pol铆tica en la escuela de formaci贸n del SPD en 1907-1908, destacaba la conexi贸n entre el comunismo moderno de las masas proletarias de los pa铆ses capitalistas avanzados y los 鈥渁ntiguos vestigios comunistas que ofrecen una f茅rrea resistencia en los pa铆ses coloniales al avance鈥 de la dominaci贸n imperial 鈥渉ambrienta de beneficios鈥/8. Y en su ensayo econ贸mico m谩s importante, La acumulaci贸n de capital (1913), explica que la acumulaci贸n capitalista a escala global no solo es una fase temprana, sino un proceso permanente de expropiaci贸n violenta:
La acumulaci贸n de capital, vista como proceso hist贸rico, emplea la fuerza como arma permanente, no solo en su g茅nesis, sino continuamente hasta el d铆a de hoy. Desde el punto de vista de las sociedades primitivas implicadas, es una cuesti贸n de vida o muerte; para ellas no cabe ninguna actitud que no sea de oposici贸n y lucha hasta el final鈥 De ah铆 que la permanente ocupaci贸n de las colonias por los militares, las revueltas ind铆genas y las expediciones punitivas sean el pan de cada d铆a para cualquier r茅gimen colonial/9.
Eran muy pocos los socialistas que en aquel entonces no solo denunciaban las expediciones coloniales, sino que tambi茅n justificaban la resistencia de los pueblos colonizados y sus luchas. Esta actitud revela la naturaleza verdaderamente universal del internacionalismo de Luxemburg, por mucho que, por supuesto, su atenci贸n se centrara en Europa.
Luxemburg vio muy claramente el creciente peligro de una guerra europea y nunca dej贸 de denunciar los preparativos b茅licos del gobierno imperial alem谩n. El 13 de septiembre de 1913 concluy贸 una charla que daba en Bockenheim, una ciudad pr贸xima a Fr谩ncfort, con una solemne declaraci贸n internacionalista: 鈥淪i piensan que vamos a blandir las armas asesinas contra nuestros hermanos franceses y de otros pa铆ses, gritaremos: 鈥樎o lo haremos jam谩s!鈥欌 De inmediato la fiscal铆a la acus贸 de 鈥減romover p煤blicamente el incumplimiento de la ley鈥. En el juicio, que tuvo lugar en febrero de 1914, Luxemburg pronunci贸 un valiente discurso, atacando el militarismo y la pol铆tica belicista y citando una resoluci贸n de la Conferencia de Bruselas de 1868 de la Primera Internacional: en caso de guerra, la clase trabajadora debe declarar una huelga general. El discurso se imprimi贸 en la prensa socialista y pas贸 a ser un texto cl谩sico de la literatura antiguerra. La condenaron a un a帽o de c谩rcel, pero las autoridades no se atrevieron a detenerla hasta despu茅s del comienzo de la guerra, en 1915/10.
Mientras que muchos otros socialistas y marxistas en Europa apoyaban a sus propios gobiernos en agosto de 1914, al comienzo de la primera guerra mundial, en nombre de la defensa de la patria, Luxemburg trat贸 inmediatamente de organizar la oposici贸n a la guerra imperialista. Sus escritos durante estos cruciales primeros meses no hacen ninguna concesi贸n a la agresiva ideolog铆a patri贸tica oficial, al tiempo que desarrollan argumentos cada vez m谩s cr铆ticos contra la miserable traici贸n a los principios del internacionalismo proletario por parte de la direcci贸n del SPD.
Para explicar lo que su bi贸grafo califica de 鈥渙dio creciente鈥 hacia la pol铆tica del SPD, Nettl apunta a un 鈥減otente elemento personal鈥: 鈥渓a eterna impaciencia y frustraci贸n, nunca superada, de emigrantes como Rosa Luxemburg con los pesados alemanes oficiales鈥. Lamentablemente, esta explicaci贸n personal no es muy 煤til, puesto que, como reconoce el propio Nettl, la oposici贸n a la guerra en el seno del SPD no se limitaba a emigrantes extranjeros, sino que inclu铆a a varias figuras genuinamente alemanas, entre ellas a Karl Liebknecht, Franz Mehring y Clara Zetkin/11.
De hecho, el motivo de la indignaci贸n de Luxemburg ante la capitulaci贸n socialpatri贸tica de agosto de 1914 no era la impaciencia de la emigrante, sino el compromiso de por vida con el internacionalismo. Encarcelada varias veces por su propaganda antimilitarista y antinacionalista, resumi贸 su punto de vista, coherente con sus principios, en un ensayo de 1916 titulado Entweder-oder (O lo uno, o lo otro), publicado por la Liga Espartaco en forma de panfleto clandestino: 鈥淟a patria del proletariado, cuya defensa prima sobre todo lo dem谩s, es la Internacional Socialista.鈥 Pas贸 la hora de las medias tintas y las vacilaciones: ahora tocaba elegir lo uno o lo otro. 鈥淥 bien la traici贸n abierta y desvergonzada a la Internacional鈥, o bien tomar en serio a la Internacional, de manera que se convierta鈥 en un basti贸n del proletariado socialista mundial y de la paz en el mundo/12.鈥
Dado que la Segunda Internacional hab铆a sucumbido bajo el impacto de lo que Luxemburg calific贸 de socialchovinismo 鈥抯ustituyendo el lema Proletarios de todos los pa铆ses, 隆un铆os! por la propuesta Proletarios de todos los pa铆ses, 隆cortaros el cuello unos a otros!鈥, lanz贸 el llamamiento a constituir una nueva Internacional. En su propuesta, donde esboz贸 los principios b谩sicos de esta futura Internacional, afirm贸 lo siguiente: 鈥淣o puede haber socialismo al margen de la solidaridad internacional del proletariado y no puede haber socialismo sin lucha de clases. El proletariado socialista no puede renunciar a la lucha de clases ni a la solidaridad internacional, tanto en la paz como en la guerra, sin cometer suicidio/13.鈥 Esta era, por supuesto, una respuesta al argumento hip贸crita del influyente te贸rico Karl Kautsky de que la Internacional era un instrumento para tiempos de paz, pero por desgracia inadecuado para afrontar una situaci贸n de guerra, una idea que le sirvi贸 de justificaci贸n del apoyo a la defensa nacional de Alemania en 1914.
Entweder-oder incluye una declaraci贸n personal en forma de confesi贸n emotiva de los valores 茅ticos y pol铆ticos m谩s queridos de Luxemburg: 鈥淟a fraternidad internacional de la clase trabajadora es para m铆 lo m谩s eminente y sagrado que hay en la Tierra, es la estrella que me gu铆a, mi ideal, mi patria; 隆prefiero morir antes que renunciar a este ideal!/14鈥
Luxemburg result贸 ser prof茅tica con sus advertencias contra los males del imperialismo, del nacionalismo y del militarismo. Una profeta no es alguien que predice milagrosamente el futuro, sino alguien que, como Am贸s e Isa铆as, advierte a la gente de la cat谩strofe que se avecina a menos que se act煤e colectivamente para prevenirla. Entre otros pron贸sticos, advirti贸 de que siempre habr谩 nuevas guerras mientras sigan existiendo el imperialismo y el capitalismo:
La paz mundial no puede garantizarse con planes tan ut贸picos o b谩sicamente reaccionarios como los tribunales de arbitraje internacionales compuestos por diplom谩ticos capitalistas, tratados de desarme鈥, federaciones europeas, uniones aduaneras centroeuropeas, Estados nacionales tamp贸n y cosas por el estilo. El imperialismo, el militarismo y las guerras no desaparecer谩n ni se condenar谩n mientras se mantenga intacta la dominaci贸n de las clases capitalistas/15.
Calific贸 el nacionalismo de enemigo mortal de la clase obrera y del movimiento socialista y de caldo de cultivo del militarismo y la guerra. 鈥淟a tarea inmediata del socialismo鈥, escribi贸 en 1916, 鈥渟er谩 la liberaci贸n intelectual del proletariado de la dominaci贸n burguesa que se expresa en la influencia de la ideolog铆a nacionalista/16.鈥 En el Fragmento sobre la guerra, la cuesti贸n nacional y la revoluci贸n (1918) se lamenta del s煤bito ascenso de movimientos nacionalistas durante el 煤ltimo a帽o de la guerra: 鈥渆n el Brocken nacionalista se celebra hoy la noche de Walpurgis鈥 (en referencia a la fiesta de las brujas de la mitolog铆a germ谩nica). Estos movimientos son de naturaleza muy diversa, pues algunos son la expresi贸n de clases burguesas menos desarrolladas (como en los Balcanes), mientras que otros, como el nacionalismo italiano, son puramente imperiales-coloniales. Esta 鈥渆xplosi贸n mundial actual de nacionalismos鈥 abarca una colorida variedad de intereses particulares, pero les une un inter茅s com煤n que se deriva de la situaci贸n hist贸rica excepcional creada por Octubre de 1917: luchar contra la revoluci贸n proletaria mundial/17.
Lo que ella entend铆a por nacionalismo no era, desde luego, la cultura nacional, o la identidad nacional de distintos pueblos, sino la ideolog铆a que hace de La Naci贸n el valor pol铆tico supremo, al que debe supeditarse todo lo dem谩s (鈥淒eutschland 眉ber alles鈥).
Sus advertencias fueron prof茅ticas, en la medida en que algunos de los peores cr铆menes del siglo xx 鈥抎e la primera a la segunda guerra mundial (Auschwitz, Hiroshima) y despu茅s鈥 se cometieron en nombre del nacionalismo, de la hegemon铆a nacional, de la defensa nacional, del espacio vital para la naci贸n, etc. El propio estalinismo es producto de una degeneraci贸n nacionalista del Estado sovi茅tico, expresada en el lema del socialismo en un solo pa铆s. Se pueden criticar algunas de las posiciones de Luxemburg en relaci贸n con las reivindicaciones nacionales, pero lo cierto es que percibi贸 los peligros de la pol铆tica del Estado nacional: conflictos territoriales, limpieza 茅tnica, opresi贸n de las minor铆as. Por supuesto, no pudo predecir genocidios.
Hoy, la cuesti贸n del internacionalismo ha vuelto a adquirir protagonismo. La globalizaci贸n del capital ha impuesto su poder a escala planetaria hasta un grado que no tiene precedentes en la historia, favoreciendo unos niveles obscenos de desigualdad y provocando consecuencias catastr贸ficas para el medio ambiente (cambio clim谩tico). A trav茅s de sus instituciones 鈥揊MI, Banco Mundial, OMC, G-8鈥 ha logrado crear un bloque unido de las clases capitalistas dominantes en torno al neoliberalismo y la desregulaci贸n. Las clases subalternas van a la zaga, est谩n fragmentadas y dispersas y carecen de formas eficientes de organizaci贸n internacional.
El principal signo de esperanza es el nuevo movimiento internacional por la justicia global, que siembra las simientes de una nueva cultura internacionalista. La convergencia de socialistas, sindicalistas, feministas, ecologistas, gentes trabajadoras y campesinas, comunidades ind铆genas, redes de acci贸n directa en la lucha com煤n contra la globalizaci贸n empresarial, es decir, capitalista, constituye un paso adelante importante. El legado de Rosa Luxemburg no puede dar todas las respuestas, pero s铆 sugerir algunas lecciones importantes para este movimiento:
- I) El enemigo no es la globalizaci贸n, ni simplemente el neoliberalismo, sino el propio sistema capitalista mundial.
- II) Mientras prevalezca este sistema habr谩 nuevas guerras, nuevas intervenciones imperialistas, nuevas purgas 茅tnicas.
III) La alternativa a la hegemon铆a capitalista global no es la soberan铆a nacional, la defensa de lo nacional frente a lo global. Es globalizar, o sea, internacionalizar, la resistencia.
- IV) El sistema capitalista incuba el nacionalismo, la xenofobia, el racismo, as铆 como formas fascistas o semifascistas, que suponen un peligro mortal para la democracia y el socialismo.
- V) La alternativa a los imperios no es una forma regulada, humanizada, de capitalismo, sino una nueva civilizaci贸n mundial socialista y democr谩tica.
El internacionalismo de Rosa Luxemburg es particularmente relevante en el siglo xxi para una cuesti贸n que en su 茅poca era pr谩cticamente desconocida: la crisis ecol贸gica. El cambio clim谩tico no conoce fronteras nacionales, es una cuesti贸n global que solo puede abordarse a escala internacional. Esto lo comprendi贸 bien una improbable heredera de Luxemburg, la joven Greta Thunberg, que llam贸 a una exitosa huelga escolar global que moviliz贸 a millones de j贸venes en todo el mundo.
El cambio clim谩tico representa la mayor amenaza para la vida en la historia de la humanidad. Algunos gobiernos burgueses (Trump, Bolsonaro) niegan el cambio clim谩tico y, en nombre del inter茅s nacional, promueven en茅rgicamente los combustibles f贸siles; otros (Europa, EE UU bajo Biden y Canad谩) pretenden adoptar algunas medidas para reducir sus emisiones de carbono, pero sin ning煤n resultado efectivo. Todos est谩n comprometidos con las reglas del mercado y de la acumulaci贸n de capital, actuando en funci贸n de las necesidades de la competitividad de sus econom铆as nacionales.
Para parafrasear un conocido pasaje de Walter Benjamin: o bien activamos los frenos de emergencia revolucionarios para parar el tren de la civilizaci贸n industrial capitalista moderna, o bien este proseguir谩 su carrera suicida al abismo, la cat谩strofe ecol贸gica. En esto tambi茅n pas贸 la hora de las medidas tintas. O lo uno, o lo otro, entweder-oder.
Verano de 2021
https://newpol.org/issue_post/either-or-rosa-luxemburg-and-internationalism/
Traducci贸n: viento sur
Michael L枚wy es director de investigaci贸n (em茅rito) del Centro Nacional de Investigaci贸n Cient铆fica de Francia y profesor de la 脡cole des hautes 茅tudes en sciences sociales.
/1 Rosa Luxemburg, Internationalismus und Klassenkampf. Die polnischen Schriften, J眉rgen Hentze, ed. (Berl铆n: Luchterhand, 1971), 192, 217.
/2 Rosa Luxemburg, Die Russische Revolution (Fr谩ncfort: Europ盲ische Verlaganstalt, [1918] 1963), 60.
/3 Georg Luk谩cs, Geschichte und Klassenbewusstsein. Studien 眉ber marxistische Dialektik (Berl铆n: Malik Verlag, 1923), 39.
/4 Peter Nettl, Rosa Luxemburg, Vol. 1 (Londres: Oxford University Press, 1966), 296-297.
/5 Rosa Luxemburg, 鈥淯nser Kampf um die Macht鈥, en Gesammelte Werke, Vol. 2 (Berl铆n: Dietz Verlag, [1911] 1972), 537. La guerra de exterminio de Alemania contra el pueblo herero se considera ahora en general el primer genocidio del siglo xx.
/6 Rosa Luxemburg, 鈥淢artinique鈥, en Reflections and Writings, Paul Le Blanc, ed. (Humanity Books, 1999), 125-126.
/7 Rosa Luxemburg, The Accumulation of Capital (Londres: Routledge, [1913] 1951), 384.
/8 Rosa Luxemburg, 鈥淚ntroduction to Political Economy鈥, en The Complete Works of Rosa Luxemburg, Vol. 1, Economic Writings I, Peter Hudis, ed. (Londres y Nueva York: Verso, [1907鈥1908] 2014), 163.
/9 Luxemburg, The Accumulation of Capital, 371.
/10 J.P. Nettl, Rosa Luxemburg, ed. abreviada (Londres: Oxford University Press, 1969), 321-322; Rosa Luxemburg, 鈥淢ilitarismus, Krieg und Arbeiterklasse. Rede vor der Frankfurter Strafkammer鈥 (24 de febrero de 1914), en Ausgew盲hlte Reden und Schriften, Vol. 2 (Berl铆n: Dietz Verlag, 1955), 499.
/11 Nettl, Rosa Luxemburg, ed. abreviada, 373.
/12 Rosa Luxemburg, 鈥淓ntweder-Oder鈥, Ausgew盲hlte Schriften, Vol. 2 (Berl铆n: Dietz Verlag, [1916] 1951), 550, 543.
/13 Rosa Luxemburg, 鈥Either-Or鈥, en Selected Political Writings, Robert Looker, ed., W.D. Graf, trad. (Londres: Jonathan Cape, 1972), 225
/14 Luxemburg, Entweder-Oder, 542.
/15 R. Luxemburg, Either-Or, 224.
/16 R. Luxemburg, Either-Or, 226.
/17 R. Luxemburg, 鈥淔ragment 眉ber Krieg, Nationale Frage und Revolution鈥 (1918), en Die Russiche Revolution, 82, 85.
Fuente: Vientosur.info