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Has terminado la última serie que seguías y no sabes en qué bucear ahora? Te interesan las historias con contenido político y crítica social? Si la respuesta a ambas preguntas es “sí”, lee hasta el final este artículo. Toni de la Torre, experto en series y crítico en diversos medios desde hace más de una década, ha preparado una cuidada selección de 11 títulos actuales e históricos ideales para devorar este verano. Desde ‘Mr. Robot ‘hasta’ Black mirror ‘pasando por’ Oz ‘o’ The promise ‘. De la Torre es autor de varios libros sobre la materia, como ‘Series de culto’ (Timun Mas).
1. ‘Show me a hero’
Es el último trabajo de David Simon, el creador de ‘The wire’ (si no la habéis visto, deberíais empezar por aquí). Se trata de una miniserie que dramatiza el conflicto que vivió la ciudad de Yonkers, en el estado de Nueva York, a finales de los años ochenta. Durante 40 años, el Gobierno había concentrado en el oeste de la ciudad los proyectos de vivienda protegida asociados a rentas bajas, con una población mayoritariamente negra y latina, mientras que en el este había familias blancas con rentas de clase media- alta. Las cifras de 1988 lo dicen todo: un 98% de la vivienda pública estaba situado en el oeste, donde vivían un 81% de los grupos minoritarios. Ese año, un juez del Tribunal Supremo considera el caso de Yonkers un ejemplo de segregación y ordena la construcción de viviendas sociales en el este, iniciando así un conflicto del que el protagonista de la historia, un aspirante a alcalde interpretado por Oscar Isaac , querrá sacar provecho electoral.
La miniserie, basada en un libro de Lisa Belkin, dirigida por Paul Haggis y con una banda sonora cargada de temas de Bruce Springsteen, retrata las actitudes de individuos y de colectivos ante la mezcla de clases sociales y, más allá del caso concreto de Yonkers, hace que el espectador reflexione sobre la distribución socioeconómica dominante en las ciudades modernas. Si le interesa el trabajo de David Simon, también puede dar un vistazo a ‘Treme’, ‘Generation kill’, ‘The corner’ y ‘Homicide’.
2. ‘Boys from the Blackstuff’
Las cifras del paro tocaron techo en el Reino Unido en 1982, en un contexto de recesión económica y de políticas de austeridad impulsadas por el Gobierno de Margaret Thatcher: aquel año se llegó a los tres millones de parados (uno cada ocho británicos). Al mismo tiempo se estrenó en la BBC la miniserie ‘Boys from the Blackstuff’, que se había estado gestando antes pero que acabó debutando en un momento crucial, tocando el nervio de una parte muy relevante de la población (tanto, que se emitió el segundo canal y luego se reemitir el primero).
La ficción, creada por Alan Bleasdale, seguía cinco personajes que servían para explicar consecuencias diferentes de la vida en el paro: frustración psicológica, tensiones familiares, pérdida de identidad vinculada a la profesión y desesperación por descubrirse dependiente del subsidio de la Estado. El decadente escenario del Liverpool industrial refleja la situación económica del país, mientras que el guión captura la impotencia de la clase trabajadora, particularmente a través del personaje de Yossi (interpretado por el actor Bernard Hill), que se acabó convirtiendo en un icono colectiva de la época.
3. ‘The promise’
Peter Kosminsky es, de los guionistas actuales, el heredero principal del movimiento del realismo social británico que se inició en los años sesenta (como veremos más adelante). Su carrera destaca por una constancia a la hora de abordar cuestiones que no se tratan habitualmente en las ficciones televisivas. Ha trabajado fundamentalmente haciendo ‘TV-movies’ (de las que no puede dejar escapar ‘The Government inspector’, sobre el caso de David Kelly, que interpretó Mark Rylance). Su primer trabajo serial fue ‘The promise’, en el que se atrevió a tocar el tema del conflicto entre Israel y Palestina.
El proyecto se empezó a gestar en la BBC, donde quedó discretamente aparcado, lo que obligó Peter Kosminsky a llevarlo a Channel 4, que en los últimos años está dando salida a este tipo de ficciones más arriesgadas. La miniserie está basada en entrevistas a ex soldados británicos que estuvieron destinados en Palestina al terminar la Segunda Guerra Mundial y describe su visión del inicio del conflicto, que se conecta con la actualidad a través del personaje de la nieta de uno de estos soldados, interpretada por Claire Foy. El mecanismo para unir el pasado y el presente es muy artificioso, pero es efectivo para construir el discurso que ‘The promise’ quiere trasladar a la audiencia. Como era de esperar, su emisión fue muy polémica.
4. ‘Horící ker (Burning bush)’
El sacrificio de Jan Palach, un estudiante que se prende fuego a sí mismo como acto de protesta contra la ocupación soviética de Checoslovaquia, en 1969, es el punto de partida de esta miniserie, la primera producción original de HBO Europe (división del canal por cable estadounidense que opera principalmente en los países del este del continente). Él no es el protagonista de la historia, sino el detonante que pone en marcha una serie de reacciones políticas, con el Gobierno soviético difundiendo una versión interesada del suicidio y los estudiantes queriendo convertir Jan Palach en un héroe de su causa.
La protagonista real de la serie es la abogada del joven, interpretada por Tatiana Pauhofová, y su madre, que la interpreta Jaroslava Pokorná, pero sobre todo el contexto de una sociedad triste, sin esperanza, oprimida en una mediocridad que la directora polaca Agnieszka Holland retrata con sobriedad y contención (lo hace desde la experiencia propia, ya que vivió en Praga en aquella época). Aunque explorando una situación concreta, la miniserie aborda temas universales como la lucha por la libertad, el activismo político y los gobiernos represores.
‘Horící ker’ tuvo una muy buena acogida en su país (de hecho, una versión editada en forma de película se presentó como candidata a los Oscar por la República Checa, en la categoría de película de habla no inglesa, el año 2013, pero fue descalificada por haberse emitido antes en la televisión), y HBO Europe ha continuado produciendo otras ficciones también muy interesantes. Una de las más recientes es ‘Wataha’ (The border), de 2014, que está últimamente de actualidad, ya que toca el tema de los refugiados de zonas de guerra que intentan entrar en la Unión Europea.
5. La commune ‘
Es la respuesta a un problema que muchos países europeos aún tienen pendiente de resolver: la creación de suburbios en la periferia de las grandes ciudades donde se aparta el sector más vulnerable de la sociedad, un espacio donde se dejan crecer los problemas derivados de la pobreza y de la inmigración. La commune ‘se estrenó en 2007, dos años después de los disturbios de París que ocuparon portadas de la prensa internacional, con imágenes de decenas de coches ardiendo. Debéis recordar que el origen de estos hechos fue la muerte de dos jóvenes musulmanes cuando escapaban de la policía en una ciudad francesa (tristemente, estos hechos resuenan hoy con las noticias que nos llegan desde los Estados Unidos).
El guionista Abdel Raouf Dafra, cocreador de la serie ‘Braques’ y guionista de la película ‘Un prophète’, decidió crear una miniserie para mostrar cómo es la vida en una de estas villas. A través de la historia de un personaje que vuelve después de 20 años en la cárcel, nos muestra la realidad de la vida en el gueto, marcada por el paro, el tráfico de drogas y la presión policial, que se unen a conflictos religiosos ya la intención del Gobierno de derribar los edificios más antiguos y, así, hacer limpieza de los elementos del barrio considerados más peligrosos. Con este telón de fondo, el eje de la serie es el enfrentamiento entre el protagonista y un viejo amigo de la infancia, ahora con una posición de liderazgo en la comunidad. En el reparto destacan Francis Renaud ( ‘Braques’), Tahar Rahim ( ‘The last panthers’) y la española Ángela Molina.
6. ‘Days of hope’
Volvemos al Reino Unido, pero ahora para abordar un clásico. ‘Days of hope’ fue una miniserie creada por tres nombres clave del movimiento del realismo social británico Ken Loach como director, Jim Allen como guionista y Tony Garnett como productor. Los tres habían generado todo tipo de ficciones separados y juntos antes, pero siempre dramas incluidos en programas de antología. La popularidad de las series les llevó a llevar su manera de entender la ficción televisiva en este territorio y, en cierto modo, ‘Days of hope’ se puede ver como un reverso de las miniseries históricas de la época, como ‘ The Forsyte saga. Como muchas de estas ficciones, estaba protagonizada por una familia; pero, en vez de ser aristocrática (y, por tanto, aspiracional), era de clase trabajadora.
Estrenada en 1975, seguía las vidas de sus miembros a través de cuatro momentos concretos, la Primera Guerra Mundial, la huelga de los mineros de 1921, la elección del primer Gobierno laborista en 1924 y la huelga general de 1926. El estilo documental con que Ken Loach filmó la historia fue muy criticado en su momento, ya que se argumentó que la audiencia tenía derecho a poder distinguir entre la ficción y la realidad. En realidad, el problema eran los paralelismos que el guión hacía entre el pasado y el presente (con las huelgas de 1972 y de 1974). ‘Days of hope’ es un ejemplo clave de un tipo de ficción marcadamente ideológica y transparente en sus objetivos que entendía la televisión como un medio para transmitir un discurso.
7. Oz ‘
Hay realidades en las que las series de televisión han evitado entrar durante décadas. La vida en la cárcel es un ejemplo evidente: las series policíacas han mostrado, durante años, como los protagonistas atrapan los criminales y los envían a la cárcel, creando una sensación de confort y de seguridad en la audiencia. Pero qué pasa en las cárceles? Actualmente ya es más común ver series ambientadas en este entorno; sin embargo, cuando Oz ‘lo hizo, era excepcional. La serie, creada por Tom Fontana, adentrar al espectador en las dinámicas entre los varios prisioneros de un centro que, junto con los guardias y el equipo administrativo, configuran un microcosmos propio que quería reflejar a pequeña escala los conflictos de la sociedad norteamericana, poniendo especial énfasis en el tema racial.
Al mismo tiempo, Oz ‘cuestiona la validez del sistema penitenciario y se pregunta si es factible un proyecto que ayude a los presos a redimirse de unos actos criminales que la serie exponiendo puntualmente en forma de’ flashback ‘, por lo que la audiencia va entrando lentamente en el pasado de personajes que inicialmente rechaza. Antes de Oz ‘, que fue el primer drama de larga duración de HBO, sólo la’ TV-movie ” Scum ‘había sido tan explícita abordando estos temas, que tienen como protagonistas individuos marginales ya menudo son incómodas para el espectador.
8. ‘The night of / Criminal justice’
Relacionada con la serie anterior, actualmente hay una buena colección de series que señalan que el sistema judicial no es tan perfecto como tradicionalmente han reflejado las ficciones. Hay grietas, prejuicios y, en casos concretos, impunidad para cometer injusticias graves. Una de las primeras series en mostrar la imperfección del sistema judicial fue la serie de abogados ‘The Defenders’, creada por Reginald Rose en 1961 y que tuvo casos muy controvertidos en su época (y aún hoy) como el aborto . Desde entonces ha habido otras series que han mostrado estos defectos del sistema. La más reciente es ‘The night of’, una serie estrenada este verano en HBO y que presenta el caso de un chico estadounidense de origen paquistaní que, por una serie de errores fortuitos y malas decisiones, acaba siendo acusado de asesinato. En realidad, la serie es un remake de la británica ‘Criminal justice’, creada por Peter Moffat y con una historia prácticamente idéntica.
La nueva versión introduce el tema del prejuicio racial, que en Estados Unidos también se ha tocado en otras series recientemente, tales como American crime ‘. Entrando en el docudrama, ‘Making a Murderer’ ha explorado igualmente como el sistema puede acabar con un inocente en la cárcel. De británicas vale la pena dar un vistazo a ‘Accused’, una creación de Jimmy McGovern que presenta en cada episodio un personaje que está a punto de ser juzgado por un motivo (no siempre justo) que se descubre durante el episodio . Jimmy McGovern es otro guionista prolífico en ficciones que tienen como objetivo hacer un comentario social. Sólo hace falta que deis un vistazo a ‘Common’, donde carga contra la ley, vigente en el Reino Unido, que permite presentar cargos criminales contra personas involucradas en un crimen aunque no la hayan cometido.
9. ‘Mr. robot ‘
La impunidad con la que actúan las grandes corporaciones y sus altos cargos ejecutivos es el tema central de ‘Mr. Robot ‘, una serie que no duda en trasladar a la audiencia un mensaje claro y nítido: despertaos, haga algo. Su protagonista es un hacker alienado por el mundo actual y con dificultades para socializarse que es reclutado por una organización de activistas muy similar a Anonymous. Su primer objetivo: atacar una gran corporación financiera y eliminar todos los datos, haciendo caer el sistema económico (o como ellos lo llaman: hacer un ‘reset’ que permita a los endeudados y los hipotecados empezar de nuevo).
Los personajes de ‘Mr. Robot ‘quieren crear un mundo mejor y, en el proceso, conectan con una audiencia que puede compartir íntegramente o parcialmente su ideario antisistema pero que muy probablemente ve reflejada con acierto la sensación, muy extendida, de que las grandes compañías han salido indemnes de la crisis económica de 2008, mientras que los ciudadanos lo han pagado con medidas de austeridad. Esta frustración llamada al caos que quiere provocar ‘Mr. Robot ‘, en el ataque a un sistema injusto y al intento de sacudir una sociedad que la serie muestra absorbida en su estilo de vida consumista. El hecho de que el protagonista sea hacker permite a la serie tocar otros temas actuales como la vigilancia gubernamental o el derecho a la privacidad, por lo que personajes como Edward Snowden o el ‘caso WikiLeaks’ planean constantemente por la serie, a pesar de no haber ninguna mención directa.
La inclusión de declaraciones de políticos como Barack Obama, manipuladas para que encajen con la trama de la serie, sirve para terminar de instalar una sensación de realismo que contrarresta una propuesta estética muy deslumbrante y singular (es, junto con ‘Utopía’, una de las series con más personalidad en este sentido, haciendo un uso muy creativo de la banda sonora y los juegos de colores y luces de cada plan). Sin pretender encontrar soluciones sencillas, ‘Mr. Robot ‘señala la raíz del problema y hace que nos preguntamos: ¿qué pensamos hacer para cambiarlo?
10. ‘The prisoner’
La ciencia ficción ha estimulado a menudo el espíritu crítico de los espectadores. Sólo hay que recordar que Rod Serling decidió hacer ‘La dimensión desconocida’ para que a través de la ficción de género podía tratar en la televisión cuestiones que de otro modo no pasarían por las tijeras de la censura (en aquella época, ejercida por los anunciantes ). Entre las múltiples series que ha dado el género, una de las más lacerantes probablemente es ‘The prisoner’, estrenada en 1967 y protagonizada por Patrick McGoohan (que había protagonizado la serie de espías ‘Danger man’, que tiene una ligera conexión narrativa con la nueva serie). Él interpreta a un personaje que quiere abandonar su vida como espía y termina en un pueblo de características orwellianas que está diseñado para doblegar su voluntad.
Se trata de un lugar donde todo el mundo tiene número, en lugar de nombre, y donde las normas se deben cumplir de forma rigurosa … y de donde no se puede escapar. El protagonista ni siquiera tiene claro contra quien debe enfrentarse, ya que el máximo dirigente de ‘The Village’ cambia en cada episodio. La serie, que fue creada por el mismo Patrick McGoohan, construye así una alegoría sobre los sistemas totalitarios que quieren eliminar el individuo borrando su identidad en un colectivo de normas claras y inexplicadas donde lo más importante es obedecer y no cuestionar.
11. ‘Black mirror’
Seguro que ya te la han recomendado más de una, de dos y de tres veces. Pues hazlos caso. ‘Black mirror’ es una de las series más lacerantes que se han hecho recientemente y un ejemplo perfecto de la habilidad de la ciencia ficción para reflejar la sociedad en la que vivimos de una manera aterradoramente eficaz. Estructurada en formato de antología, cada episodio de ‘Black mirror’ narra una historia independiente, normalmente relacionada con el uso de las nuevas tecnologías y los medios de comunicación, nexo temático que sirve para unir las diferentes entregas. La clave de ‘Black mirror’ es que no imagina mundos lejanos, sino realidades que aparentan ser muy próximas en el tiempo y que tienen una relación inmediata con tendencias de la sociedad actual.
Cada historia arranca con una situación relativamente factible actualmente y alejándose, adentrándose en territorios retorcidos que proyectan el futuro que nos espera si continuamos por este camino. La adicción a las redes sociales, la banalidad del discurso político actual o la explotación de las miserias humanas a los ‘reality shows’ son algunas de las ideas que apunta la serie. ‘Black mirror’ mezcla especulación y sátira, un género que Charlie Brooker ya había desarrollado en ficciones previas como ‘Dead set’ o el documental ‘How TV Ruined your life’. De esta manera, la serie se convierte en un espejo que nos devuelve una imagen grotesca e incómoda, una pesadilla de la que, de momento, podemos salir cuando termina cada episodio.
Fuente: Grupoafinidadlibertariaparla.wordpress.com