Sumario del número:
- En el mundo:
- China, el espejismo de las “ciudades inteligentes”.
- Aquí y ahora:
- Ceuta, la búsqueda de una vida mejor.
- Largo verano y naval.
- Empieza el largo Verano en Vallombrosa y Naval.
- Afirmativos contra el negacionismo:
- La naturalidad humana a defender .
- Culturas:
- La lucidez de la memoria centenaria de Viola Fletcher.
- Especial diálogos del cronista viernes.
De repente, el próximo verano…
Nos despertaremos inundados por el sol, con unas ganas irresistibles de ir al mar, o bien de caminar entre los montes, o de sumergirnos en un lago; oiremos el alegre bullicio de las niñas y los niños en el patio, charlaremos con la señora del piso de arriba, veremos sonriendo que esa chica del edificio de al lado está saliendo finalmente con ese chico, cómplices los perros que les acompañan; acariciaremos a una persona amada con una dulzura insólita. Nos preguntaremos si es un sueño y nos convenceremos de que no: es cierto, estamos saliendo de esto. Advertiremos una confianza incontenible que se abre camino y la alegría que deriva de ella, pero no olvidaremos; y las lágrimas caerán recordando a las personas más frágiles que sufren y a las que no lo han conseguido.
Reconocedlo: os habéis imaginado algo así. ¿No? Ya veréis que lo hacéis. Está en nuestra naturaleza nutrir la esperanza, pero no conseguimos hacer de ello una cultura. No todavía, pero podemos probarnos. De esto hablamos cuando hablamos de compromiso.
Intentar dar cerebro y corazón, cabeza y piernas, escucha y voz a la esperanza, haciendo de ella la principal razón sentimental de nuestro camino en el mundo. Es necesario reflexionar sobre esto, pero con pasión, imaginarse el futuro pero reinterpretando el pasado, ocuparse de lo concreto cotidiano sabiendo que no hay nada
más concreto en nuestro ser profundo, vivir los afectos lo mejor posible, por tanto saberlos cualificar, relacionarse y dedicarse a los otros pero con autoconciencia, probar a afirmar y a vivir la vida en todos los aspectos sabiéndose defender de las amenazas; sobre todo es necesario unirse, ser/estar juntos y aprender a hacerlo.
¿Es posible? Oh, sí que lo es, si se quiere y se elige, sin hacerse películas utópicas o apocalípticas, que a menudo coinciden, empezando por uno/a mismo y por quien es más cercano. Suscitar el protagonismo que está en cada
una/o de nosotros, descubrir esa libertad y afirmatividad de la que os hablamos en este periódico, decirse y hacerse decir, seguir buscándose después de haberse encontrado, aprender los maravillosos descubrimientos de la sinceridad y los fantásticos paisajes de la lealtad, sostener los mejores valores humanos mientras los estamos experimentando. Todo esto juntos en amistad expansiva, es decir, positivamente contagiosa.
Pensémoslo un momento: cuántas y cuántos buscan un camino similar y podrían estar disponibles para emprenderlo; y cada una/o de ellos es especial: merece respeto, atención, merece ser buscado.
Ser/estar juntos en minoría: una minoría motivada y cualificada que huye y afronta la extraneidad difusa de las gigantografías sociales que nos rodean, una minoría orgullosa, alegre y combativa, ¿y cómo si no? ¿Estamos hablando de sustraernos? En un cierto sentido ciertamente sí: sustraernos y contraponernos al anonimato, a la
alienación, a la mecanización, a la frialdad; a la negatividad que se convierte en negación de la especie humana, de sus géneros, de la entereza psico-somática de las personas; a la ignorancia y a la superficialidad aburridas, nauseabundas y mortificantes de las escuelas y de las academias; a la violencia bélica y cotidiana que se propaga golpeando en primer lugar a las mujeres, niñas/os y personas que vienen de otros países; a las prepotencias estatales.
¿Pensáis realmente que a la larga se puede convivir benéfica y pacíficamente en estos desiertos ultra poblados de humanidad alienada?¿Podemos aceptar que formamos parte de mayorías de zombis acéfalos que sobreviven separados los unos de los otros? Porque su decadencia nos arrastra hacia estos lugares, a veces lo advertís y sentís que, ciertamente, no es lo que queréis. Por tanto, sustraerse en minoría con paciencia y determinación, sin miedo a serlo: ¿conocéis quizá otros caminos?
¿Podemos todavía anhelar catarsis del siglo XX? ¿Queremos todavía albergar ilusiones peligrosas sobre cambiar el mundo de repente? En cambio sustraernos, cambiar y proponer es creíble y posible, pero sólo en razón de una búsqueda constante y coherente de afirmación positiva en todos los terrenos.
Entonces sí, es necesario elegirse a sí mismos y relaciones libres y perspectivas de comunión, es necesario ser en minoría. Hemos empezado y no sin esfuerzos y dificultades, que afrontamos juntos; nos damos cuenta, cada vez más, que ser minoría es útil, es posible, es mejor, es bello.
El verano llegará, pero hagamos que no sea una ilusión. La primavera surge justo mientras escribimos, entonces, ¿por qué no probar a vivirla ya? Como decía un profesor de matemáticas, la tenemos dentro: por tanto, descubrámosla y hagámosla florecer junto a quien la elige con nosotros, hagamos florecer el compromiso alegre,
responsable y propositivo .
Este artículo fue escrito el 21 de marzo de 2021 y publicado como editorial en La Comune nº375, de ahí las referencias a la primavera que se vive y el verano que se vivirá.
Fuente: Socialismolibertario.org