Desde hace un tiempo leemos en titulares y cabeceras que no solo vamos a salir de una crisis, sino que a demás vamos a salir reforzados, se van a arreglar todos los problemas, volverán las ganancias, volverá el empleo y podremos continuar con esta fiesta perpetua en la que vivimos. Los rotativos auguran el retorno de los beneficios. Esto es, los voceros de las patronales apuestan por el mantenimiento de los Intereses Establecidos, con mínimas correcciones y sin planes estratégicos más allá de intervenciones puntuales cuanto menos cuestionables. Así lo dice una de las principales aseguradoras:
Si hacemos las cuentas de la década de 2020 nos daría un crecimiento aproximado de: -11.3 en 2020+ 6.3 en 2021 +6.2 para 2022 + (2.2 PIB x 7años) de crecimiento del PIB medio los años restantes de la década= +16.3 PIB esperado hasta 2030.
Petróleo
Este gráfico 2 es significativo, muestra que la tendencia del consumo de hidrocarburos es a declinar, si actualmente se consumen unos 95 Mbd millones de barriles diarios y en 2030 se prevé un consumo de unos 55 Mbd se requiere una corrección anual 4 Mbd, lo que en porcentajes sería un -4,7% anual.
El dato sobre la variación en el consumo de hidrocarburos en España lo podemos obtener del año 2020, donde se produjo una caída simultánea de ambos debido a la pandemia de covid 19, y mostrando su grado de dependencia. En el informe nov 2020 de la Asociación Española De Operadores De Productos Petrolíferos Precio y consumo de combustibles nos dan la variación anual de -19.4%.
Correlación entre PIB y Petróleo
Si comparamos los dos gráficos observamos que ambas curvas corren prácticamente paralelas y varían a la vez: hay una correlación entre el PIB y el consumo de hidrocarburos. Aquí unos tipos bien pagados por los media lo discuten. Desde 2002 el impacto del consumo de petróleo no se correlaciona tan fuertemente con el PIB por varios motivos, principalmente la ingeniería fiscal ha desvirtuado el PIB como índice fiable, la adición de nuevas tecnologías de impacto y fuentes energéticas que han amortiguado sus efectos. Aún así su relación es suficientemente fuerte como para hacernos vislumbrar un par de hechos velados.
Si el consumos de hidrocarburos disminuyó junto con el PIB, correlativamente, la relación Hidrocarburos/PIB es de: 19.4/11.3= 1.71.
Vamos a echar cuentas
Si el consumo de petróleo refleja la actividad que mueve el PIB y el PIB condiciona el consumo de petróleo, si se calcula el uno se calcula el otro. El problema es que los cálculos, son diametralmente divergentes. Los economistas dicen que el PIB subirá, luego el consumo de petróleo también. Mientras, las petroleras y energéticas dicen que el consumo de petróleo bajará, y por lo tanto arrastrará al PIB hacia abajo.
Para 2030 el PIB según los economistas debería ser +16% sobre 2020. Esto supondría un incremento del consumo de petróleo del +28% sobre 2020.
Pero supongamos que las aproximaciones de las petroleras son correctas. Si necesitamos corregir un -25% el consumo de hidrocarburos en 10 años hasta 2030 esto implica disminuir el PIB hasta el -14.5% para 2030.
¿Quién tendrá la razón? ¿La seguradora y por ende los economistas o la petrolera y por ende el sistema industrial? ¿Ficción o realidad? Lo sentimos por los Rayo, Lacalle, Calviño, BdE, BCE o Juan de Mariana de turno, la realidad supera siempre a la ficción.
Quien quiera entender que entienda. Hace falta como mínimo una crisis como ésta sufrida hasta 2030 para por lo menos aproximarse al balance equilibrado entre el sistema económico e industria a la vez que continúan los esfuerzos en el cambio energético, electrificación de medios de transporte y reconversión de industrias obsoletas como agricultura, turismo y transporte.
Podemos ir un poco más allá y especular un par de fechas
Escenario A colapso – Si no se diese una corrección en dicho periodo hasta 2030, continuase creciendo el PIB como se espera y arrastrase al alza el consumo de petróleo sin corrección, esto supondría un incremento del 28% en el consumo de petróleo sobre el consumo a inicios de 2020. Pero si se prevé una caída del -25% (recordar un -10% hasta 2025), la diferencia entre lo observado por el aumento de PIB y el consumo de petróleo es de alrededor de -53%. Espeluznante. Simplemente nos es imposible imaginar lo que supondría tal crack. Tal vez un verdadero colapso, un escenario Mad Max de bandas en búsqueda de combustible para los mercados financieros con los ejecutivos de CEPSA y REPSOL vestidos de punkis encuerados asaltando camiones de gasolina protegidos por pinchos y cuchillas. Y mucha policía.
Escenario B Escalera descendente, Nadie al Volante– Nosotros apostamos a que el descenso energético/consumista no será abrupto en lo esperado. Esperamos que se realice en forma de escalera descendente, porque no estamos seguros de lo que implicaría una crisis después de 2030. Creemos que el sistema es más débil de lo que parece, y se volverá a estremecer antes de dicha fecha.
Es de esperar que el transcurso actual de crecimiento post covid llegue hasta el momento de la recuperación del PIB, con una recuperación seguida de una crisis que vuelva a disminuir los índices. +11.3+ 6.1+ 6.3+ 2.2+ hostiazo= +0 es decir, un crecimiento del PIB desde 2020 hasta 2023 con una crisis en finales de 2023-24, de menor calado que la de 2020, tal vez un -6 a -8% del PIB, pero que acabará destruyendo lo que quede de turismo, transporte, automoción y acabe de instalar el teletrabajo. Desconocemos el evento que lo podría desencadenar. Pero ello dejaría otro hermoso 16% por decrecer. Por lo que entre 2025 y 2030 nos correspondería otro correctivo más, el tercero.
El momento más adecuado para un aterrizaje suave del sistema sería 2022, cuando pasase la pandemia pero se mantuviese el sistema de confinamientos mundial mientras arrecian las oleadas de contagios, lo cual impedirá el turismo internacional y forzaría una reconversión. Si fuese así se debería ver un incremento del PIB muy por debajo del 6.2 anunciado, tal vez sobre un 4%.
Todo parece indicar que las subvenciones al desempleo han llegado para quedarse en una suerte de salario mínimo vital.
Mientras el escenario A lo descartamos, porque creemos que el sistema va a dar muestras de debilidad antes de 2030, realmente no hay tanta diferencia entre el escenario B y C, y se dará una combinación, entre el “Lassa fare, Lassa passare” de gobiernos y corporaciones que se intentarán aprovechar de la situación y las reivindicaciones populares que les obligarán a tomar decisiones para paliarlas.
Todo lo cual nos lleva a pensar que después de estos años de correcciones, correctivos, castigos, y sobre todo, teniendo en cuenta el consumo esperado de petróleo, en 10-15 años solo quede en pie lo que se denominan actividades esenciales. A partir de entonces se planteará la verdadera reorganización social que traerá nuevos valores.
La verdad que se quiere ocultar
Todo gira entorno a una sola verdad, un sistema insostenible, que se resiste a reformarse, sin voluntad de cambio, sin capacidad de autocrítica, violento en extremo, y que prefiere reventar antes que a cambiar su percepción del mundo.
Fuente: Portaloaca.com