De la mano del blog Innisfree damos paso a este interesante artículo de The Wild Gees:
En el blog en inglés The Wild Gees,
tres mujeres, Sinéad, Miriam y Gill, recorren Irlanda desenterrando
historias, prehistorias y mitologías sobre las mujeres. He descubierto
su trabajo gracias a este post sobre las causas por las que se quitó
importancia al papel de las mujeres en el Levantamiento de Pascua de
1916. La autora de esta entrada es Maedhbha y está fechado el 11 de
septiembre de 2020.
Maedhbha, 11/09/20. The Wild Gees | Descubrir la colcha de 77 mujeres en Richmond Barracks
[cuartel del ejército británico en Dublín, reconvertido actualmente en
museo], que conmemora a las mujeres del Levantamiento de 1916 que
estuvieron detenidas allí, fue lo primero que oímos de la mayoría de
ellas. Los nombres de los líderes masculinos que fueron ejecutados son
una parte fundamental de las lecciones de Historia en la escuela, pero
las líderes femeninas son mucho menos conocidas.
El objetivo del Levantamiento era lograr
una República irlandesa, en la que hombres y mujeres tuvieran los mismos
derechos y sufragio. La Proclamación del 1916 es bastante inequívoca al
respecto: «La República garantiza la libertad religiosa y civil, la
igualdad de derechos y la igualdad de oportunidades a todos sus
ciudadanos». De alguna manera, seguimos luchando por esos derechos.
Pero la subsiguiente minimización del papel de la mujer en la historia
revolucionaria de nuestro país no puede atribuirse simplemente al
sexismo. Fue en parte una táctica deliberada de las propias mujeres.
Después del Levantamiento, las fuerzas
republicanas se vieron seriamente disminuidas: sus líderes estaban
muertos o en prisión, sus municiones agotadas y el pueblo irlandés
inicialmente no reaccionó de forma favorable. Las únicas personas que
quedaban con experiencia en la organización eran las mujeres que habían
escapado de la cárcel. Sabían que necesitarían mantener viva la llama de
la revolución. Para hacer esto, necesitaban fondos y atraer al público.

Margaret Skinnider
Según Margaret Skinnider, en su libro Doing My Bit for Ireland,
«las esposas, madres e hijas de los hombres ejecutados o condenados de
por vida» constituían una propaganda eficaz. Las mujeres tomaron la
decisión de restar importancia a sus propios roles activos y centrarse
en las viudas de 1916 como símbolos de sacrificio. Produjeron y
distribuyeron recuerdos de los heroicos líderes masculinos y de sus
esposas pasivas y en duelo. Sus imágenes en ropa de luto con sus hijos,
algunos nacidos después de que fusilaran a sus padres, demostraron ser
una forma poderosa de cambiar la opinión pública.
Muchas
de las mujeres se embarcaron en “giras de propaganda” en los Estados
Unidos, apelando a la diáspora irlandesa con charlas públicas,
recaudando millones de dólares para la causa y canonizando a los hombres
mientras lo hacían. Se podría decir que, sin los esfuerzos de mujeres
como Hanna Sheehy Skeffington, Nora Connolly y Margaret Skinnider, la causa republicana no habría tenido el apoyo público ni los fondos para continuar y librar la Guerra de la Independencia.

Constance Markievicz de uniforme
Pero tal vez hicieron su trabajo demasiado
bien y sus nombres quedaron subsumidos por las historias que habían
contado sobre sus compatriotas masculinos. Cuando el nuevo gobierno del
Estado Libre de Irlanda llegó a repartir pensiones militares, le negó
una a Skinnider a pesar de que había resultado herida en el servicio
activo. Incluso a Constance Markievicz, la única líder femenina de la que la mayoría de nosotros conocemos de la escuela, se le negó un funeral de estado.
Mary McAuliffe señala que Markievicz y Skinnider,
en particular, «interrumpieron el orden de género tradicional» al
vestirse (y, en el caso de Skinnider, pasar) como hombres cuando
combatían, mientras que Kathleen Lynn, Helena Moloney
y otras mensajeras se vistieron de forma tradicionalmente femenina para
pasar libremente entre los lugares del Levantamiento. Su comprensión de
cómo subvertir y luego explotar las expectativas de género también
podría ser una de las razones por las que solo estamos aprendiendo sus
nombres ahora.
Por supuesto, esa no es la única razón. El
hecho de que todos los hombres progresistas e igualitarios fueran
ejecutados mientras que De Valera, de mentalidad más
tradicional, traicionara los ideales de la Proclamación al formar una
teocracia que arraigó la misoginia católica en los huesos de la
Constitución también puede ser significativo. Pero ese es un blog para
otro día.
Fuente: Nortedeirlanda.blogspot.com