July 16, 2021
De parte de Arrezafe
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Frente
Antiimperialista Internacionalista
– 16/07/2021

En una viñeta de El Roto
varias cabezas escuchan atentas mientras el autor advierte: “Antes
de escuchar lo que dicen, entérate de quien paga el micrófono”.


No es nuevo. No funcionó
en Cuba en 1994 en pleno periodo especial con la “crisis de los
balseros”. No funcionó en Venezuela en el 2014 ni en el 2017
cuando las calles se llenaron de guarimberos armados. Tampoco
lo hizo en Nicaragua en el 2018 cuando las ONG financiadas por USAID
y la NED alimentaron los discursos de odio y violencia que causaron
más de 300 muertos.

El domingo 11 de julio
los paraperiodistas de todo el espectro ideológico y
financiero nos decían que los cubanos se manifestaban en las calles
de la isla pidiendo electricidad y vacunas al grito de “libertad
para Cuba”. La noticia se nos presentaba igual que si estuviera
ocurriendo en el narcoestado colombiano o en el, todavía
pinochetista, Estado chileno, pero con una importante diferencia:
ninguna imagen que ilustrara la represión de la que se hablaba.
Ni ejército disparando y asesinando a los jóvenes de la primera
línea como ocurre en Colombia, ni antidisturbios rociando con aguas
fétidas como hacen los israelíes con los palestinos, ni ojos
reventados por las pelotas de goma de los carabineros chilenos.
Ciertamente, como es habitual, una orgía de fake news con imágenes
también falsas y un ejército de robots disparando retweets. Tampoco
la guerra cibernética es una novedad.

En el 2014 un
violinista joven
ponía su imagen humanitaria a las revueltas en
Venezuela [1]. Imagen que corría como la pólvora por las redes
sociales y era portada de todos los periódicos del mundo
para
escenificar la violencia del gobierno venezolano. Al poco, este
violinista decidió salir del país invitado por el Oslo Freedom
Forum
de Nueva York y por Human Rights Foundation. Misión cumplida.
En noviembre del 2020, la protesta y detención del rapero negro
Denis Solís, al que se sumó el llamado Movimiento de San Isidro
de artistas cubanos, petaba las redes sociales
. El rapero
declaraba luchar por la defensa de los derechos humanos en la isla.
Salía de la cárcel el domingo 11 de julio, el mismo día que se
iniciaron las protestas en la isla y agradecía al exilio cubano y a
la comunidad internacional su apoyo[2] con el siguiente discurso:
“Patria y Vida” y “Cristo Vive” y “Abajo el comunismo y
Abajo la dictadura de los Castros”, “Viva Cuba Libre”, “Cambio
Pronto” y “Libertad para todos los Presos políticos”. Un mes
antes circulaba una declaración conjunta sobre derechos humanos en
Cuba, elaborada por el Centro David Rockefeller de Estudios
Latinoamericanos, el Centro Hutchins de Investigaciones Africanas y
Afroamericanas y el Instituto de Investigaciones Afrolatinoamericanas
de la Universidad de Harvard[3] . Misión cumplida.

A diferencia del
violinista venezolano y del rapero cubano, el asesinato de Francisco
Martínez, joven artista callejero asesinado por los carabineros
chilenos a principios de este año, no fue merecedor de ninguna
declaración sobre derechos humanos en Chile, y los medios se han
limitaron a hablar de la “muerte de un artista callejero”[4]. Las
redes sociales no ardieron reclamando justicia.

Desde principios de
Junio, redes sociales y paraperiodistas arremeten contra
Nicaragua, especialmente los medios de comunicación progresistas e
incluso los que se dicen de izquierdas. Las consignas: represión y
falta de libertad; la variante “no hay garantías para unas
elecciones libres”[5], los voceros Human Rights Wacht.

A poco que investiguemos
sobre el momento y la forma en que se producen todos estos
acontecimientos, algo parecido a lo que hacía el personaje de Robert
Redford en Los tres días del Cóndor[6], descubrimos sin darnos
cuenta multitud de conexiones de una trama que podría ser un guion
de película si no fuera por la crueldad y por las consecuencias
inhumanas que la agresión imperialista inflige a estos tres países
dignos, Venezuela, Nicaragua y Cuba.

Pero si nada de lo que
ocurre hoy en la isla es nuevo, si podemos apenas sin esfuerzo
encontrar un patrón que se repite, y si en ocasiones anteriores no
ha servido para doblegar al pueblo cubano y derrocar a su gobierno,
nos preguntamos: ¿Por qué ahora? ¿Qué ha cambiado en todos
estos años para que EE.UU y sus cómplices europeos intenten de
nuevo acabar con Cuba?

Una primera aproximación
a la respuesta la encontramos en los documentos del Comando Sur
cuando en Marzo, en un informe al Congreso de Estados Unidos,
advierte de que sus “competidores” –eufemismo para no hablar de
enemigos– avanzan en su influencia en América Latina. No cabe duda
de que el imperio está en peores condiciones para revalidar su
hegemonía mundial
, pues así lo confirma la potencia económica
de China y el papel de Rusia y sus alianzas en el contexto
geopolítico internacional. A la multipolaridad inevitable se unen la
profunda crisis política, económica y social, pero también
ideológica, de un país que ha ido perdiendo credibilidad y
legitimidad internacional y que sólo puede imponerse por la fuerza y
gracias a la impunidad que le otorgan las instancias internacionales.

Tampoco el declive
estadounidense es nuevo. Sin embargo, sí es ahora cuando los Think
Tank
imperiales encuentran mejores condiciones objetivas, o
vislumbran la posibilidad de no seguir retrocediendo en su dominio
del mundo, especialmente en el caso de América Latina. Tal y como
señala el informe del jefe del comando Sur, Craig Faller, en América
Latina y el Caribe, la pandemia ha generado una gran fragilidad en
todos los países y crea las condiciones favorables
para que sus
“competidores” avancen en la región[7]. Por supuesto Craig se
refiere a China y Rusia; y al mismo tiempo afirmaba en esas mismas
fechas, en una comparecencia en el senado, que “Cuba, Venezuela y
Nicaragua son una amenaza directa para el territorio
estadounidense”[8]

Es necesario tener en
cuenta un segundo factor: El contexto objetivo de sufrimiento de
estos países, especialmente de Cuba y Venezuela, por el bloqueo y la
guerra económica
a la que están sometidos. El camino de la
independencia y la soberanía ha desatado contra sus pueblos la
guerra más cruel imaginable, ya que no les permite defenderse. Como
ocurría en la Edad Media con el sitio de las ciudades a las que se
obligaba a rendirse por hambre y sed, el bloqueo económico es una
forma de guerra genocida que trata de someter a pueblos enteros con
el sufrimiento cotidiano de la alimentación, la luz, el trasporte,
las medicinas, etc. El bloqueo no sólo asfixia a la isla sino que
oculta las responsabilidades reales de las carencias que sufre la
población. Por ejemplo, un país que ha producido sus propias
vacunas contra la COVID-19 se encuentra con dificultades para comprar
las jeringuillas necesarias para vacunar a su población.

El tercer factor a
considerar es la ciberguerra. Por un lado, los
ejércitos de paraperiodistas han sofisticado sus armas,
terciarizando sus tareas a través de las redes sociales. Por otro,
la potencia y los efectos de la propaganda mediática se hace mayor y
mucho más económica. Aparentemente las redes sociales han
funcionado como el espacio virtual que permitía la comunicación con
los familiares lejanos, la fácil socialización que superaba las
dificultades materiales para verse y compartir, pero la realidad es
que más allá de la buena voluntad y las mejores intenciones de los
usuarios, no fueron creadas para esas utilidades y por tanto su
diseño y sus capacidades están prioritariamente al servicio de la
manipulación y manejo de datos. Al servicio pues de los grandes
operadores, y sujetas a la minería de datos, en contextos de guerra,
las redes acaban cumpliendo las tareas que les asignan sus dueños:
orientar y conducir conductas.

Las investigaciones
realizadas a partir de los escándalos de Cambridge Analytica por la
obtención de 50 millones de datos de las redes sociales, y las
evidencias de la implicación de estas redes en golpes de Estado como
en Bolivia, demuestran que el vehículo que permite la
organización y articulación de todas estas protestas son las redes
sociales
. En realidad, es un eufemismo para hablar de las nuevas
armas de control y organización contrarrevolucionaria porque las
redes han servido para impulsar y coordinar las “guarimbas”,
legitimar linchamientos, promover “estallidos sociales”, etc.
todo ello tras la consigna de la libertad de expresión.

Enterados estamos de
quién paga el micrófono de la oposición venezolana, también
sabemos quien está detrás de los disidentes nicaragüenses y quien
alimenta las redes sociales contra Cuba, pero no por ello la
estrategia desestabilizadora se detiene. Por el contrario, los
paraperiodistas ajustan sus armas y enfocan el objetivo
previamente señalado. Si no preparamos a los receptores de las redes
sociales para ser capaces de interpretar y defenderse de los ataques
poco conseguiremos denunciando una y otra vez las Fake News.
Preparar a la población para una “resistencia cognitiva”, educar
para destruir las “matrices comunicacionales” manipuladoras,
crear vínculos no virtuales con los usuarios de las redes, organizar
a los receptores y usuarios, trabajar para “desnormalizar” la
información mediada, construir en definitiva, un sentido común
político capaz de dar la batalla de la cibercomunicación[9].

En el “mundo libre”
de las redes sociales la libertad cabalga a lomos de la injusticia,
la desigualdad y la indignidad de los pueblos. El individuo, libre de
empatía, libre de solidaridad y de compromiso, apunta su libertad
hacia la imagen reflejada en la pantalla de su celular, dispara y
cuenta los likes obtenidos.

15 de Julio de 2021

1. – El joven
Wuilly Arteaga fue invitado a participar en el Oslo
Freedom
Forum en Nueva
York
, organizado por Human
Rights Foundation
, y de la intensificación de amenazas, Wuilly
decidió salir del país, viajando por tierra a Colombia el 13 de
septiembre y llegando a Estados
Unidos
para participar en el Lincoln
Center
de Nueva York en la conferencia sobre derechos humanos.

2. – Radio
televisión Martí una de las agencias al servicio de la política
bélica de EEUU y del exilio cubano, uno de los más violentos que se
conoce, está dando amplia cobertura a la salida de la cárcel del
rapero que se ha producido precisamente el 12 de julio, al tiempo que
se producen las manifestaciones actuales. Una evidencia más de que
se trata de una campaña coordinada:
https://www.radiotelevisionmarti.com/a/denis-sol%C3%ADs-activista-del-movimiento-san-isidro-fue-liberado-/299189.html

3. – Victor
Fowler, “Documento penoso”, 5-06-2021,
http://www.cubadebate.cu/opinion/2021/06/05/un-documento-penoso/

4. – Mar
Centenera, El País, “La muerte de un artista callejero a manos de
un carabinero reactiva las protestas en Chile”. 6/02/2021,
https://elpais.com/internacional/2021-02-06/la-muerte-de-un-artista-callejero-a-manos-de-un-carabinero-reactiva-las-protestas-en-chile.html
(Consulta 15/07/2021) ↑

5. – Público,
“HRW alerta ente la represión de la oposición en Nicaragua: “No
hay garantías para unas elecciones libres”, 22/06/2021,
https://www.publico.es/internacional/represion-politica-nicaragua-hrw-pide-contundencia-onu-represion-oposicion-nicaragua.html
(Consulta 15/07/2021) ↑

6. – En esta
película de Sydney Pollack (1975) un investigador de la CIA dedicado
a conectar acontecimientos de periódicos, revistas, libros descubre
una trama de esa organización.

7. – Comando Sur
de EEUU,
https://www.southcom.mil/Media/Special-Coverage/SOUTHCOMs-2021-Posture-Statement-to-Congress/
(Consulta 14/07/2021) ↑

8. – Voz de
América, 16/03/2021, “Maduro continua aferrado al poder con el
apoyo de Cuba, Rusia, Irán y China,
https://www.vozdeamerica.com/venezuela/craig-faller-maduro-aferrado-al-poder-con-el-apoyo-de-cuba-rusia-iran-china
(Consulta, 14/07/2021)

9. – A.Diez, “La
guerra tecnológica-comunicacional en el contexto de la pandemia”,
https://observatoriodetrabajadores.wordpress.com/2021/03/29/la-guerra-tecnologica-comunicacional-en-el-contexto-de-la-pandemia-angeles-diez/




Fuente: Arrezafe.blogspot.com