January 29, 2023
De parte de Nodo50
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La rid铆cula narrativa sobre el pretendido plan oculto de un golpe de estado progresivo del Gobierno de Coalici贸n Progresista (GCP), denunciada en el editorial de fin de a帽o de SP, ha congregado el 21 de enero a unas 30.000 personas en la Plaza de Cibeles de Madrid, convocadas por Vox y las organizaciones frente de la extrema derecha, con la participaci贸n de la derecha extrema del PP. Una semana antes, el vicepresidente de Castilla-Le贸n, Juan Garc铆a-Gallardo, portavoz de Vox en el 煤nico gobierno auton贸mico de coalici贸n PP-Vox, anunciaba un protocolo para obligar a las mujeres que desean un aborto a o铆r los latidos y ver la imagen tridimensional del feto. Abascal sigue buscando un candidato 鈥渋ndependiente鈥 para registrar una moci贸n de censura, con la que lleva amenazando tanto a S谩nchez como a Feijoo desde comienzos de diciembre, sin que encuentre a nadie dispuesto a ello ni otros apoyos que los de Vox.

Arrinconado por esta ofensiva pol铆tica de la extrema derecha y de la derecha extrema de su propio partido, el 鈥渕oderado鈥 candidato del PP, Alberto N煤帽ez Feijoo, intenta de nuevo- a pocas semanas de la crisis constitucional del poder Judicial, aun pendiente, pero tras haber perdido la mayor铆a en el Tribunal Constitucional- un pacto de estado que resucite el bipartidismo: que el PP y el PSOE se comprometan a dejar gobernar a la lista, no a la coalici贸n, m谩s votada, para liberarles de la presi贸n de 鈥渞adicalismos鈥. Un poco m谩s a su derecha, el eurodiputado Margallo, asegura que la soluci贸n es un gobierno de coalici贸n PP-PSOE, pero sin S谩nchez. No en vano Felipe VI llam贸 a la concordia constitucional en su mensaje de Navidad.

S谩nchez por su parte, dejando de lado 鈥渢entaciones ocultas鈥, aprueba p煤blicamente -con la mayor铆a parlamentaria consolidada que le apoya despu茅s de tres presupuestos-, un nuevo paquete de ayudas contra la crisis inflacionaria, arrincona hasta situar al borde de la crisis a la Junta de Castilla-Le贸n, gana margen para una correcci贸n de los efectos indeseados de la Ley de 鈥淪olo si es si鈥, refuerza la alianza estrat茅gica con Francia antes de la presidencia espa帽ola de la UE y su gesti贸n econ贸mica es alabada por The Economist, con un crecimiento del 5,5%, lo que obliga a la oligarqu铆a econ贸mica del reino a hacerse una foto con 茅l en Davos. Su principal problema sigue siendo Catalu帽a y la gesti贸n tras la reforma del c贸digo penal de la judicializaci贸n del 鈥減roc茅s鈥, en la que los jueces tienen su propia interpretaci贸n, no siempre acorde con la ambigua estrategia del PSOE.

Los problemas de las izquierdas

A pesar de este escenario a comienzos de a帽o electoral, la encuesta del CIS se帽ala una progresiva reducci贸n de la ventaja del PSOE, que las encuestas privadas otorgan sin dudas al PP. En la progresiva polarizaci贸n pol铆tica no parecen posibles mas que dos alternativas de gobierno: una coalici贸n reaccionaria PP-Vox y una coalici贸n progresista PSOE-Sumar, apoyada en las fuerzas soberanistas e independentistas catalanas, vascas y gallegas.

El problema es que todas las encuestas apuntan a una fuerte movilizaci贸n del electorado de extrema derecha y de la derecha conservadora; una relativa removilizaci贸n a la izquierda del PSOE, pendiente de la opci贸n electoral de Sumar de Yolanda D铆az; y la apat铆a de importantes sectores de la base electoral del PSOE, que reduce, pero sigue sufriendo trasvases hacia el PP. En paralelo, la movilizaci贸n social dispersa en sectores industriales y de los pensionistas, las respuestas a la violencia machista, adem谩s de la nueva oleada de luchas en defensa de la sanidad p煤blica no acaba de alentar una removilizaci贸n electoral de los distintos sectores de la izquierda que, por otra parte, no aparecen implicados directamente en sus distintas formas. La t谩ctica del 鈥渕al menor鈥 frente a la amenaza de las derechas, la desigualdad de acceso a los 鈥渆scudos sociales鈥, han ido reforzando un atentismo de la izquierda social frente al GCP. Esa misma izquierda social asiste tambi茅n como invitada de piedra a las confrontaciones del archipi茅lago de aparatos pol铆ticos resultante de la larga crisis de Podemos, articulado en un rompecabezas de hegemon铆as territoriales, sin motores de confluencia end贸genos, pero sometido a la presi贸n externa de la posible victoria electoral de la derecha extrema.

El PSOE no esta exento de estas tensiones. Sus barones auton贸micos en Castilla- La Mancha, Arag贸n o Extremadura, y los restos menguantes del 鈥淔ilipismo鈥 cuestionan peri贸dicamente la estrategia sanchista de coalici贸n 鈥減rogresista鈥 y su dependencia de los votos parlamentarios de las izquierdas soberanistas e independentistas, adem谩s de la presencia de Unidas Podemos en el GCP. Su mayor capacidad de presi贸n electoral, a trav茅s de los trasvases de votos hacia la derecha, ha sido con la reciente reforma del c贸digo penal. Pero no tienen otra alternativa que una vuelta imposible al bipartidismo y una coalici贸n PSOE-PP, que no supone un peligro real interno para la hegemon铆a de Pedro S谩nchez mientras mantenga unida a la coalici贸n parlamentaria que le apoya.

Tres retos de las izquierdas

Para las izquierdas, ganar los sucesivos ciclos electorales previstos (municipales, auton贸micas y generales) supone por lo tanto tres retos: 1) removilizar a su base electoral, volviendo a confluir con la izquierda social; 2) articular la f贸rmula electoral de Sumar; 3) renovar una coalici贸n parlamentaria mayoritaria con las fuerzas soberanistas e independentistas.

En el primer caso, depende de la capacidad del GCP de hacer efectivo el acceso de la mayor铆a de su base social a los 鈥渆scudos sociales鈥, la lucha contra la pobreza y apoyar la movilizaci贸n aut贸noma por la renovaci贸n de los contratos colectivos, la igualdad de g茅nero y los derechos de las mujeres y los bienes comunes en los que se apoyan los derechos de ciudadan铆a: las luchas en defensa de la sanidad p煤blica, las pensiones o el acceso a la vivienda. La gesti贸n eficaz de los fondos de reconstrucci贸n europeos -aumentando la actual tasa de implementaci贸n real de aproximadamente el 40%- ser谩 esencial para hacer frente a la m谩s que probable recesi贸n europea en la segunda mitad de 2023, cuando los efectos del crecimiento del 5,5% del PIB se debiliten.

En el segundo caso, la articulaci贸n de la f贸rmula electoral de Sumar exige dar pasos concretos m谩s all谩 de los pulsos de los aparatos electorales heredados. La confluencia confederal de la mayor铆a de ellos se ver谩 facilitada por la constataci贸n de su peso real en las elecciones municipales y auton贸micas, en las que se decidir谩 la hegemon铆a territorial. Pero esa suma estar谩 lejos de ser una alternativa estatal o un socio de gobierno sin algo m谩s que la presi贸n del 鈥渕al menor鈥.

La posici贸n de la direcci贸n de Podemos, claramente erosionado por su participaci贸n en el GCP, utiliza una narrativa m谩s radical e incluso ocasionalmente republicana, pero para negociar una mayor cuota organizativa en Sumar de la que posiblemente le corresponda por su aportaci贸n electoral. Por otro lado, sin la perspectiva de un cambio real en la correlaci贸n de fuerzas en la actual polarizaci贸n extrema no parece posible, o cre铆ble socialmente, un horizonte estrat茅gico de superaci贸n del r茅gimen del 78. Sea cual sea el gobierno que surja tras las elecciones de diciembre de 2023, estar谩 condenado a gestionar la crisis del r茅gimen del 78 en el marco del 鈥渃onsenso de Bruselas鈥 comunitario desde los intereses sociales distintos que quiera representar. Cambiar la actual correlaci贸n de fuerzas electoral y social implica como condici贸n una nueva ola de movilizaciones sociales aut贸nomas que alteren su proyecci贸n pol铆tica partidaria actual. La polarizaci贸n produce radicalizaci贸n, culturalmente distinta y paralela en el PSOE y en las izquierdas estatales e independentistas, pero no autom谩ticamente removilizaci贸n social o electoral, que exigen la mediaci贸n de estructuras que permitan debate, coordinaci贸n y articulaci贸n de programas.

Esa necesidad de mediaci贸n es la que parece estar detr谩s de las comisiones sectoriales impulsadas por Sumar en paralelo a la negociaci贸n entre los aparatos electorales existentes. Pero no han supuesto a煤n la acumulaci贸n de fuerzas ni la cohesi贸n program谩tica imprescindibles para articular la nueva formula electoral en el archipi茅lago de fuerzas a la izquierda del PSOE. Lo que afecta ya negativamente a la preparaci贸n de las campa帽as municipales y auton贸micas. Sumar debe y puede ser un frente com煤n de las corrientes de izquierda no independentistas. Pero m谩s all谩 de las negociaciones copulares entre fracciones, necesita un marco democr谩tico de participaci贸n desde abajo al que respondan sus 贸rganos y electos. En la historia de Izquierda Unida hay ejemplos positivos de ello, mientras que la evoluci贸n de Podemos no lo ha sido.

Por 煤ltimo, renovar la coalici贸n 鈥減rogresista鈥 mayoritaria en el Congreso depende fundamentalmente del PSOE, pero tambi茅n de la capacidad de iniciativa, apoyada en la movilizaci贸n social, de las izquierdas plurinacionales. Bildu ha sido un ejemplo de ello. Pero sobre todo depender谩 de la relaci贸n entre el PSOE y ERC, de la gesti贸n conflictiva pero simbi贸tica de las reivindicaciones democr谩ticas del movimiento soberanista popular catal谩n y de los efectos de la judicializaci贸n represiva de los sectores independentistas del mismo.

La crisis constitucional en Catalu帽a -como la del poder judicial- sigue abierta y parece innecesario recordar que el Estatut en vigor no es el votado democr谩ticamente por el pueblo de Catalu帽a. Puede que esta brecha democr谩tica no tenga soluci贸n sin un cambio sustancial en la correlaci贸n de fuerzas, pero ello hace m谩s imprescindible aun su gesti贸n democr谩tica, como en el resto de las crisis estructurales del r茅gimen del 78. Sin ella no se ser谩 posible una relaci贸n de colaboraci贸n pol铆tica entre el PSOE y ERC y sin ella tampoco el espacio pol铆tico necesario para mantener una coalici贸n progresista parlamentaria mayoritaria.




Fuente: Sinpermiso.info