Sobrevalorada, The Art of Killing son casi dos horas de tortura audiovisual. No obstante, fue aclamado críticamente y nominado al mejor documental en la 86a edición de los premios Óscar. No entiendo por qué pero mi reseña demuestra varias de las deficiencias de este documental. Acompáñame a ver esta triste historia.
El documental, dirigido por Joshua Oppenheimer y producido por Werner Herzog, transcurre en el presente (2012). Tiene como personajes principales a un grupo de viejos perdedores que hace 50 años fueron los perpetradores de las matanzas de 1965-1966 en Indonesia. Aniquilaron a miles de militantes comunistas y nunca pagaron por sus actos.
La principal trama del documental se centra en la recreación de las matanzas para la producción de una película de mal gusto y bajo presupuesto. El personaje principal, Anwar Congo, se jacta de haber matado más de mil personas y no parece tener ningún remordimiento. Sus compañeros, otros gánsters del bajo mundo de la ciudad de Medan (Sumatra del Norte), tampoco muestran ningún arrepentimiento y al contrario, casi unánimemente, se enorgullecen de haber matado comunistas. Las únicas dubitaciones que tienen son por el miedo de que el documental vuelva la opinión pública contra ellos y de que la gente se da cuenta que, en realidad, los malos de la película eran ellos y no los comunistas.
Enfilan recreaciones repetitivas de cómo mataron a los comunistas. A partir de la primera media hora el documental se vuelve tedioso, aburrido e incómodo. Los asesinos a veces se muestran recorriendo la ciudad y se demuestra cómo la población todavía tienen miedo de estos auto-proclamados “hombres libres”. Asisten a una manifestación de Pemuda Pancasila, una organización de juventudes de extrema derecha que también participó en las masacres y que aún cuenta en la actualidad con millones de militantes, donde son celebrados como héroes de la patria.
Se entiende que el director quería causar la conmoción del espectador al mostrar a asesinos que no tienen ningún problema en asumir sus actos y recrearlos para todo el mundo. En vez de conmoción o shock, el resultado es asco y desprecio. Al aburrimiento de escenas repetitivas e infantiles se añade una cinematografía banal, una patada en la ingle considerando las posibilidades cinematográficas a las que una producción millonaria de este tipo hubiera podido acceder.
Es necesario ver The Art of Killing por el impacto que generó en la comunidad cinematográfica en su estreno, pero no esperen ver una obra maestra de cine documental. Lo único positivo del documental es que ha encendido un debate en la sociedad civil indonesia y en Estados Unidos, sobre la falta de justicia y la culpabilidad de los perpetradores y sobre la colaboración americana con el régimen militar indonesio durante las masacres.
Renzo Forero
Mira el tráiler aquí (subtítulos en castellano):
Fuente: Cinetracto.wordpress.com