December 15, 2021
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“Hay evidencias científicas que nos podrían permitir pensar que la tercera dosis no sería necesaria para todos los grupos poblacionales”. Son palabras de Fernando Simón, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad (CCAES), que ha expresado durante la presentación del último informe de Medicosmundi y Médicos del Mundo, “La salud en la cooperación al desarrollo y la acción humanitaria 2021”. Y lo ha hecho en un contexto de escasez de vacunas e inequidad en el acceso para toda la población mundial.

“Las vacunas que se disponen a nivel global para los 7.800 millones de habitantes que tiene el mundo son insuficientes. Hagamos la distribución que hagamos nunca va a ser equitativa“, ha introducido el director del CCAES tras ser preguntado por la necesidad de una redistribución de dosis en lugar de potenciar una tercera inyección del fármaco.

Los datos son claros y dejan un mapamundi que dibuja un hueco en el continente africano donde la mayoría de países no alcanza a haber vacunado al 2% de su población, según los datos de Our World In Data, monitorizados por investigadores de la Universidad de Oxford.

España, hacia la tercera dosis

Al mismo tiempo, la Ponencia sobre Vacunas, el grupo de expertos que dibuja la campaña de administración de dosis en España, estudia ampliar las dosis a más segmentos poblacionales, decisión que zanjará previsiblemente este miércoles. Y lo hace después de que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) haya recomendado adelantar las terceras dosis tras la llegada de la variante ómicrom.

España comenzó sólo recomendando nuevas dosis a las personas inmunodeprimidas y ha ido ampliando el abanico hasta llegar a los mayores de 60 años y a los trabajadores y trabajadoras del sector sanitario.

España, que por el momento iba retrasando la administración de una dosis de refuerzo de manera generalizada, comenzó sólo recomendando nuevas dosis a las personas inmunodeprimidas y ha ido ampliando el abanico hasta llegar a los mayores de 60 años y a los trabajadores y trabajadoras del sector sanitario.

Como ya adelantó el experto en Salud Pública y ex secretario general de Sanidad a El Salto, Fernando Lamata, esto era cuestión de tiempo. “La experiencia nos dice que, por la puerta de una autorización de las agencias para unas indicaciones limitadas, entran luego las generalizaciones para otros grupos, y, al final, para toda la población. Y es que, con una bien estudiada presión de marketing, la opinión pública puede empezar a pedir a los gobiernos que nos pongan la tercera dosis a todos”, asegura Lamata, para quien detrás de la terceras dosis generalizada solo hay fines comerciales.

“Los suministros actuales de vacunas podrían salvar más vidas si se usan en poblaciones no vacunadas previamente que si se utiliza como refuerzos en poblaciones vacunadas”, concluía a mediados de septiembre expertos de la OMS y de la FDA

Giros en el guion

Unas decisiones tomadas con muchos vaivenes. La misma EMA ha ido cambiando de criterio pasando de un extremo a otro. En un primer momento, y al tiempo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) pedía una moratoria para la administración de dosis de refuerzo en los países de ingresos altos hasta que el 10% de la población global estuviera vacunada, comenzó recomendando la tercera dosis exclusivamente a pacientes inmunodeprimidos. Hoy claman por la necesidad de, no sólo una tercera dosis generalizada, sino de que esta debe de darse antes de que pasen seis meses del último pinchazo.

Pandemia y desigualdad


La tercera dosis de la vacuna, cada vez más cerca

España autoriza la aplicación de un tercer pinchazo entre los mayores de 70 años mientras la EMA abre la puerta a que la vacuna de Pfizer sea administrada a los mayores de 18 años y organizaciones claman por un reparto equitativo global antes de proceder a estas nuevas dosis.

“Los suministros actuales de vacunas podrían salvar más vidas si se usan en poblaciones no vacunadas previamente que si se utiliza como refuerzos en poblaciones vacunadas”, concluía a mediados de septiembre un estudio publicado en la revista Lancet, elaborado por expertos de la OMS y de la agencia estadounidense del medicamento, la FDA, quienes afirmaban que la evidencia actual no parece mostrar la necesidad de impulsar una tercera dosis en la población general, “en la que la eficacia contra la enfermedad grave sigue siendo alta”. Sin embargo, hace apenas un mes la FDA aprobaba el suministro de terceras dosis a mayores de 18 años en Estados Unidos.

“Lo que está claro —ha añadido Fernando Simón —es que hay una grave inequidad en el acceso a las vacunas. Tenemos que tener claro el efecto de diferentes variantes que puedan llegar mientras tenemos grandes grupos poblacionales sin vacunar. Tenemos que buscar alguna solución al poco acceso de vacunas que están teniendo algunos países del mundo”, ha insistido.




Fuente: Elsaltodiario.com