Durante los últimos meses se ha estado
hablando mucho del supuesto enfrentamiento entre el gobierno de
PSOE-Podemos y la patronal a cuenta de la subida del salario mínimo
interprofesional, del talante negociador de la ministra de trabajo
perteneciente al PCE y de la obcecación de los líderes
empresariales que finalmente han visto como se aprobaba dicha subida
contra su voluntad.
Los medios de comunicación afines al gobierno
y todos los palmeros que le defienden en platós de televisión,
columnas de prensa y redes sociales, levantan la bandera de la
victoria ante el hecho de que finalmente el salario mínimo haya
subido… 15 euros. De por sí esta subida es de risa y sólo puede
considerarla como tal victoria quien tiene interés en ocultar el
verdadero empeoramiento de las condiciones de vida de los proletarios
que estamos padeciendo desde hace años.
Yendo a los datos. Antes de la subida, el
salario mínimo interprofesional (SMI) estaba en 950 euros. La subida
fue, como se ha dicho, de 15 euros, es decir, un 1,6%, que lo deja en
965 euros. Por otro lado, la inflación (el incremento de los precios
sostenido a lo largo de un periodo, en este caso lo que llevamos de
2021) está en un 4%. Los 965 euros del salario mínimo ahora valen
un 4% menos de lo que valían 965 euros hace un año. Es decir, los
965 euros de hoy son el equivalente a 926,6 euros de hace un año.
Con lo que tenemos que el salario mínimo interprofesional ha
descendido aproximadamente 23 euros, un 2,4%.
La pugna real entre gobierno y patronal era la
siguiente: las organizaciones empresariales querían que el salario
mínimo nominal se quedase estancado, es decir, que el salario mínimo
real bajase un 4%. El gobierno les ha permitido bajarlo un 2,6%.
Curiosa victoria esta que se ha dado empeorando las condiciones de
vida de los trabajadores.
Tomamos ahora los datos no del salario mínimo
sino de las subidas salariales que se han producido por aprobación
de los nuevos convenios colectivos en el periodo enero-agosto de
2021.
Como se sabe, los convenios colectivos son normativas laborales
con el carácter de ley que, bien en un sector bien en una empresa
determinada, regulan las condiciones salariales, etc. Por lo general,
dado que la inflación casi siempre es positiva, los convenios
colectivos, al aprobarse, suelen implicar subidas salariales que
compensen (un poco, poco o nada) la caída del poder adquisitivo de
los salarios. La diferencia entre los incrementos del salario nominal
(el que viene reflejado en el papel) y la inflación (la subida de los
precios) determina la evolución del salario real (la cantidad
de cosas que se puede comprar con el salario nominal). Como hemos
visto con el salario mínimo interprofesional, aún en el caso de que
se produzca una subida nominal, si la inflación es mayor, se tendrá
una caída del salario real. Pero cuando hablamos de la evolución
salarial según convenios, no nos referimos a los sectores peor
pagados de la clase proletaria (los que cobran el SMI) sino a la
evolución salarial de la gran mayoría de la clase proletaria
porque, de los aproximadamente 16 millones de asalariados que hay en
España (sin tener en cuenta funcionarios) 15,2 millones estarían
sujetos a convenio colectivo.
Según los datos que proporciona el Instituto
Nacional de Estadística (INE), la media del incremento salarial
por convenio en el periodo enero-agosto de 2021 fue de 1,5%. De
nuevo, con el dato de inflación en el 4%, vemos que la
disminución media del salario real es del 2,5%.
La realidad es esta: mientras el gobierno ha
puesto a disposición de la patronal los mecanismos de ajuste de
empleo que esta ha considerado necesarios (ERTEs, despidos, etc.),
mientras que a buena parte de los proletarios se les ha obligado,
cuando entran en ERTE, a ceder el 30% de su salario al Estado (es
decir, a la administración general de la burguesía), etc., en
términos salariales vivimos una auténtica ofensiva patronal, que va
camino de reducir las ya de por sí exiguas nóminas a niveles de
verdadera miseria.
Y mientras todo esto sucede, el gobierno
PSOE-Podemos y las organizaciones sindicales cantan victoria… una
victoria verdaderamente siniestra porque consiste no sólo en obligar
al proletariado a hacerse cargo del peso de la crisis económica
sino, además, a hacerle aceptar este hecho pasándolo como medidas
supuestamente favorables para los trabajadores y cubiertas del manto
mágico del antifascismo y la lucha contra la derecha.
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Cartel de mayo del 68: “El voto no cambia nada. La lucha continúa” |
Fuente: Valladolorentodaspartes.blogspot.com