June 18, 2021
De parte de Arrezafe
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Miko Peled – The Struggle for a Free Palestine

[La lucha por una Palestina libre] 07/06/2021

Transcripción del inglés: Arrezafe

Hoy hace exactamente 54
años, el ejército israelí recibió luz verde del gobierno para
lanzar un ataque, primero contra Egipto. Esta luz verde del gobierno
israelí llegó tras semanas de presión del alto mando militar
israelí que exigía el inicio de la guerra. Mi padre era general y
miembro del alto mando israelí en aquel momento. Tengo las
auténticas actas de las reuniones de estos generales que explican
por qué querían la guerra. No fue porque hubiera una amenaza, no
fue porque Israel estaba siendo amenazado o porque los judíos
estaban siendo amenazados, querían la guerra porque vieron una
oportunidad. Y comenzaron un ataque masivo contra Egipto, y puesto
que salió muy bien decidieron tomar Cisjordania, la Franja de Gaza y
las alturas del Golán, que eran territorios que de todos modos ya tenían planeado
ocupar.

Fue un ataque masivo de
Israel contra estos vecinos árabes porque querían destruir su poder
militar y porque querían la tierra. Y en seis días se acabó. Aunque luego perpetuaron este mito, aún vigente, del cual la gente habla
como si fuera verdad: que Israel estaba bajo una amenaza existencial,
que los ejércitos árabes estaban listos para venir, matar, destruir
y así sucesivamente. Nada de eso era cierto.

En sus reuniones, en
las mismas reuniones de los generales del alto mando israelí, del que
como he dicho formaba parte mi padre, se hablaba de la oportunidad de
atacar a los ejércitos árabes dado que no estaban preparados para
la guerra. Eso es lo que dijeron los generales, que los ejércitos
árabes no estaban preparados para la guerra y que por eso tenían
que atacar de inmediato. De hecho, en un punto de las actas, mi padre
señala que el ejército egipcio, que era el más grande, necesitaría
al menos un año y medio o dos antes de estar listo para la guerra,
así que esta es la oportunidad. El término oportunidad
surge muchas veces en sus conversaciones, la palabra amenaza
nunca, excepto cuando acuerdan que debían perpetuar la historia de la
amenaza como un medio para presionar a la opinión pública y al
gobierno para que diera luz verde. Y eso es lo que pasó.

La gente estaba asustada
y el gobierno presionado dio luz verde a una guerra que en cinco días se acabó. La
llamaron Guerra de los Seis Días porque hay una conexión
bíblica según la cual el mundo fue creado en seis días, por lo que
en la oración judía los seis días surgen a menudo, los seis
días de la creación. Por ello deciden llamarla Guerra de
los Seis Días
. Increíblemente, las mentiras acerca de una amenaza
existencial urdidas hace 54 años se han perpetuado hasta hoy, a
pesar de que ha quedado demostrado que son mentiras, no solo por mí,
sino por gente antes y después de mí, incluidos algunos de aquellos
generales que, más tarde, vinieron a confirmarlo. Pero esta imagen
de la amenaza existencial sobre los pobres israelíes continúa hasta el presente, a
pesar de ser mentira entonces y ser mentira hoy.

Acabo de
llegar de Palestina hace dos días. Permanecí allí
unas tres semanas. Seguramente todo el mundo ha visto las imágenes
de los hechos acaecidos en Al-Aqsa durante Ramadán. Las expulsiones
e intentos de expulsión de palestinos de los barrios de Jerusalén y
de Sheik-Jarrah, barrio musulmán dentro de la ciudad vieja. Este es
un proceso que nunca se ha detenido. De vez en cuando algo llega a los titulares, algo llega puntualmente a ser noticia y por eso hablamos de ello,
pero este es un proceso que se está llevando a cabo hace mucho tiempo y que
actualmente sigue su curso: la expulsión de los palestinos de sus
hogares y de sus tierras y la apropiación y ocupación de los mismos
por parte de los colonos israelíes. Esto no es nada nuevo, esto ha
estado sucediendo durante 75 años.

De vez en cuando una pequeña erupción permite que nos enteramos de lo que está sucediendo,
primero en Sheik-Jarrah, después en Siluán y luego, por supuesto,
en el complejo de Al Aqsa y la mezquita. Y todo esto, como
seguramente sabéis, ocurre durante el Ramadán. Posiblemente hayáis
visto las imágenes de jóvenes israelíes corriendo por las calles y convocando a “matar árabes”. Un grupo festivo conocido
porque, en ocasiones como esta, se manifiesta en la plaza, justo
debajo de Al-Aqsa, donde se encuentra el muro, y bailan
agitando la bandera israelí mientras al fondo vemos llamas, porque
como resultado del tiroteo de las fuerzas israelíes se produjo un
incendio, no en la mezquita sino en los aledaños de la misma. Y
mientras contemplaba todo esto recordé que, tras la guerra de 1967 y
hasta el día de hoy, la oración más icónica, la que todos los
israelíes recuerdan, no sé si los judíos estadounidenses, pero
ciertamente los israelíes, la oración más icónica que recuerdan
es aquella del comandante de las fuerzas que tomaron la ciudad vieja
y ocuparon Al-Aqsa, cuando este dijo por su altavoz: “El monte del
templo está en nuestras manos” (el monte del templo es el nombre
del complejo de Al-Aqsa, el Haram Sharif). Lo que dio lugar a una
serie de ”conmovedoras” imágenes de emocionados soldados
abrazándose y lloriqueando.

Ahora bien, las allí congregadas no eran
personas religiosas, eran israelíes laicos, la mayoría de los
israelíes son laicos. Esta idea de que Al-Aqsa es el monte del
templo y de que en realidad pertenece a los judíos, no es una idea
religiosa, es una idea nacionalista que se convirtió en una especie
de símbolo nacional-sionista. Inmediatamente después de la
guerra, el poeta nacional de Israel también escribió una canción
llamada Jerusalem of Gold, tal vez algunos la hayáis oído,
porque también se volvió icónica. Y en esta canción, escrita en
hebreo por supuesto, hay varias líneas que reflejan la narrativa
bíblica, en ellas se habla de pozos sin agua, mercados vacíos,
Haram esh-Sharif vacío, sin fieles porque nadie acude a orar. La
ciudad vieja se describe como un lugar vacío, un poblado fantasma. Además
ya nadie transita por el camino que va de Jerusalén al mar
muerto. En otras palabras, no hay nadie allí, nadie, es una tierra
sin pueblo, una ciudad despoblada que redimimos, que recuperamos y que ahora es nuestra.

Esta canción se
volvió icónica porque utiliza el judaísmo como símbolo para
impulsar esta ideología laica, esta ideología nacionalista y
filofascista. ¿El mercado estaba vacío? ¿Jerusalén estaba vacía?
¿Nadie fue a rezar al monte del templo? Hay una enorme mezquita allí
que es el símbolo más emblemático de Jerusalén. La cúpula dorada
y esas increíbles estructuras arquitectónicas que han estado allí
durante unos 1500 años, más tiempo que cualquier otra cosa, con un
significado enorme, un significado no sólo religioso, sino histórico
y cultural. Una ciudad musulmana y árabe durante 1500 años, de la
que hablan como si de una ciudad abandonada se tratara, como si en ella no hubiera nada. “El monte del templo
está de nuevo en nuestras manos, la ciudad estaba vacía, no había
nadie en el mercado, nadie en la mezquita”. Esto es lo que perpetúa
la ideología sionista, la narrativa sionista de que Palestina estaba
vacía y que durante dos mil años en Palestina no pasó nada. Los
judíos estuvimos allí hace dos mil o tres mil años, fuimos
expulsados y ahora estamos de regreso, eso es todo, retomamos el hilo
por donde lo dejamos, en el intervalo no pasó nada. Esta narrativa
ignora por completo una historia de 1500 años y a la gente que estaba
y sigue estando allí, al pueblo palestino.

Este es el corazón y el
alma de la narrativa sionista. Así que, destruir Al-Aqsa y
reemplazarla por alguna estructura a la que ellos denominen templo no tiene fundamento
religioso en absoluto. Es un ideal sionista al que los judíos
ortodoxos siempre se han opuesto firmemente. Y estas imágenes que hemos visto en
las últimas semanas son muy preocupantes, porque eso es lo que los
sionistas seculares quieren que suceda. Me refiero al inimaginable horror. Tengo amigos palestinos que estaban en la
mezquita de Alaxa mientras las fuerzas israelíes atacaban. Los
disparos, los gases lacrimógenos, las balas volando… Qué fácil
es provocar un incendio y luego decir “lo siento, fue un
accidente”. Así, tal cuál.

Se tiene la sensación de que
algo que está cambiando, pero muy, muy lentamente. Y debemos dejar de ser tan pacientes, no esperar que sean otros los hagan algo. Todos y cada
uno de nosotros debemos alzar nuestra voz con todos los medios a nuestro
alcance, porque el proceso de destrucción de Palestina avanza con
arrolladora fuerza. Los israelíes no descansan, los sionistas no
descansan, nunca descansan. Disponen de poderosas y efectivas
organizaciones en Estados Unidos, en Europa, en América Latina, en
la India. Su agenda se va cumpliendo en todas partes. Y es de crucial
importancia entenderlo.

La gente siempre pregunta
si habrá por fin paz, si Palestina será libre. Depende de nosotros,
no va a venir de otro lado, va a venir de nosotros. Los palestinos
están haciendo todo lo que pueden en Palestina y, si te fijas, una
de las cosas notables que vimos en este último levantamiento es que
los palestinos han respondido como uno solo, no como Cisjordania y
Gaza, conceptos sionistas, sino como Palestina ¿Quién creó la
ribera occidental? Antes de 1948 no existía tal cosa. ¿Qué es la
Franja de Gaza, de dónde proviene tal cosa? Estos enclaves fueron
construidos por los sionistas con el fin de dividir y dominar a la
población palestina. Pero estos límites artificialmente impuestos
desaparecieron en las recientes protestas.

Han intentado imponer
esta idea de que no hay palestinos, no hay unidad palestina, no hay
entidad palestina. Pero todo es Palestina, desde el río Jordán
hasta el mar Mediterráneo, desde la frontera norte con el Líbano
hasta el Golfo de Aqaba, todo es Palestina. La mayoría de las
personas que viven allí son árabes palestinos, y todos están
controlados por lo que, hoy lo sabemos oficialmente, es un régimen
de apartheid llamado Israel. Pero es la unidad Palestina lo que vimos en las
últimas semanas, las banderas palestinas estaban en
todas partes, en todas partes, en cada ciudad, en cada pueblo de
Cisjordania, en Gaza, Nakaba, Yelil, en todos los rincones de Palestina y por supuesto en Jerusalén. Y es eso  lo que precisamente es necesario alentar y apoyar.

Probablemente habréis
oído hablar de las recientes elecciones en Israel, la cuarta en dos
años, y de las noticias y comentarios acerca de quién ganó, quién
perdió, que si Netanyahu esto, que si Netanyahu aquello… ¿A quién
le importa? ¿A quién le importa? Hay un tren a punto de estrellarse
contra un muro y no importa quién lo conduzca porque todos son
lunáticos, unos lunáticos racistas y violentos. Deberíamos más bien estar
preocupados por la gente que va en el tren, deberíamos estar
preocupados por Palestina, por el pueblo palestino que está
sufriendo las consecuencias, deberíamos estar hablando de cómo
liberar Palestina, deberíamos estar hablando de cómo sacar a miles
de palestinos de las cárceles israelíes y de la principal de ellas,
que es la Franja de Gaza con sus más de 2 millones de personas
prisioneras.

Yo estaba en Jerusalén
mientras Gaza era bombardeada. Conducir de Jerusalén a Gaza toma aproximadamente una hora, son menos de 100 millas. Podría haber estado allí en
45 minutos en automóvil, está muy cerca. Durante el bombardeo, yo recibía mensajes de amigos que viven en Gaza,
familias con niños viendo cómo bombardeaban a sus amigos y mataban
a sus vecinos. Sin embargo, donde yo me encontraba, a menos de una hora de
distancia, todo estaba bien: la gente iba a trabajar con normalidad,
había gente sentada en las cafeterías, había electricidad… todo estaba tranquilo. La segregación que Israel impuso en Palestina es tan, tan
efectiva que puedes estar a menos de 100 millas de ese infierno que
estaba sucediendo en Gaza y no enterarte de nada. Es más, podrías
estar a 10 millas de distancia, siempre y cuando fuese una ciudad
o asentamiento israelí, y todo estará bien. Se puede ver el humo, sí, y algunas personas lo ven, el humo y los aviones arrojando sus bombas,
pero siguen llevando a los niños a la escuela y siguen degustando su café
tranquilamente. Con total normalidad.

Cual si de un espectáculo se tratara, colonos israelíes 
contemplan el bombardeo de Gaza


Y sin embargo, han urdido esta falsa impresión de que los israelíes están bajo ataque
y tuvieran que defenderse. ¿Defenderse de qué y de quienes? ¿De
dos millones de personas bombardeadas, de las cuales más de la mitad son refugiados,
personas sin hogar, sin acceso al agua, sin atención
médica? ¿Defenderse de qué exactamente? ¿Qué tétrica broma es esta?
Pero descubrieron esta fórmula y les funciona. Aunque la Franja de
Gaza sea una catástrofe humanitaria y dos millones de personas
sobrevivan en un campo de concentración. No obstante, algo tienen que
hacer. La solución obvia sería abrir las puertas, permitir que
la gente regrese a sus hogares, que no todos están en la Franja de
Gaza, que puedan regresar a sus hogares, a sus tierras, a su agua, a
sus derechos que están en muchos otros lugares de Palestina. Y, por
cierto, si les preguntas a los niños más pequeños de Gaza, te
dirán exactamente de qué pueblo vinieron. Así pues, eso sería lo
más obvio, dejar que vuelvan a sus casas, indemnizarlos
adecuadamente, compensarlos, reconstruir Gaza, reconstruir estas
comunidades. Porque son personas que poseen un alto nivel educativo, no estamos hablando
de millones de personas sin educación, estamos hablando de una
comunidad sumamente formada que puede y quiere contribuir a la
construcción de una sociedad próspera.

Pero Israel no quiere
eso, ¡no por Dios!, no quiere que los palestinos regresen a sus
hogares. Pero claro, no puedes simplemente quedarte ahí sentado sin
hacer nada. Así que salieron con esta demoníaca fórmula: mátalos
y échales la culpa a ellos, mátalos y di que es culpa suya por ser
terroristas. Y por absurdo que suene, por demente que suene, el resto
del mundo simplemente asiente con la cabeza y dice, pues sí, eso
tiene sentido, son terroristas, por lo tanto Israel tiene derecho a
matarlos.

Salvo los israelíes,
nunca ha habido un tanque en Gaza, nunca ha habido una fuerza militar
palestina, nunca ha habido un ejército, los palestinos nunca han
tenido un ejército, los palestinos nunca han tenido un tanque, y
mucho menos un F-16. Pero Israel aprendió que esta fórmula “yo
bueno, tú malo” funciona. Matan a civiles inocentes y luego los
culpan de ser terroristas, y cuando los palestinos se defienden
disparando cohetes, dicen, ajá, lo ves, son terroristas. Así que
Israel tiene derecho a defenderse pero los palestinos no, Israel
tiene derecho a bombardear y masacrar a civiles inocentes, pero los
palestinos no tienen derecho a defenderse porque cuando lo hacen es
terrorismo.

Esta es una fórmula
increíblemente perversa y quienes lo sabemos tenemos el deber de
denunciarla. Lo cual nos lleva a otra cuestión: si criticas a
Israel, entonces eres antisemita. Y muchos callan porque, claro,
nadie quiere ser acusado de antisemita, nadie quiere ser acusado de
racista. Pero lo cierto es que el sionismo es una ideología racista
y que el estado de Israel se basa en una ideología racista, que un
régimen violento y racista de apartheid se ha apoderado de
Palestina, y así es como debemos hablar de ello. Antisemitismo,
islamofobia, sionismo, supremacía blanca, todas estas son formas de
racismo. Oponerse a ellos es lo correcto, a todos ellos. La mayoría
de los judíos ortodoxos se oponen al sionismo, siempre lo han hecho.
En realidad, el sionismo no tiene nada que ver con el judaísmo.
Robaron la identidad judía, la utilizaron y la utilizan. Sí, Israel
es un estado donde viven judíos, pero el régimen es un régimen de
apartheid racista, violento y opresivo. El apartheid es un crimen
jurídicamente bien definido, como lo son el genocidio y la limpieza
étnica, y el estado de Israel está involucrado en los tres
crímenes.

Se puede calificar como
accidente un bombazo, pero si bombardeas a una población
durante 75 años, de manera sistemática y regular, es un genocidio.
Y eso es lo que estamos viendo en Gaza.

Por todo ello, creo que es
importante utilizar estos precisos términos, porque son delitos bien
definidos.





Fuente: Arrezafe.blogspot.com