March 8, 2021
De parte de A Las Barricadas
369 puntos de vista


Quería hacer ahora una breve descripción de lo que aprendí al relacionarme con algunas personas que reivindicaban su situación trans, a pesar de lo que les caía encima, y de lo poco que he leído del tema. Como decía ayer, las personas trans aparecen en todas las culturas, y la actitud ante ellas varía de unos lugares a otros, en un amplio abanico de actitudes que va desde matarlos, victimizarlos, perseguirlos y marginarlos social y económicamente, a aceptarlos tal como se manifiestan (más o menos). 

Según la OMS, en los países en que son estigmatizados y perseguidos, son uno de los grupos sociales con mayor riesgo de infección por VIH, junto con trabajadores sexuales, presos, y adictos a drogas por vía venosa. En otros países, a pesar de los cambios legislativos más benevolentes, estos grupos de personas suelen ser incomprendidos, perseguidos, marginados, criminalizados, y por lo tanto afectados en su capacidad para acceder a tratamientos, pruebas y métodos preventivos. 

Los estigmas que padecen las personas trans en culturas que les son hostiles, les llevan a adoptar estrategias de ocultamiento, o a manifestarse a pesar de las desventajas, lo cual les dificulta el acceso al empleo, a vivienda, a formar una familia, a tener acceso a los servicios de salud o a la protección social. 

Cuando esto sucede, la persona trans puede dedicarse –sin otra salida de vida–, a la mendicidad, a la prostitución o a otras actividades ilegales de trapicheo y precariedad. 

Se unen así dos problemas: el de los estigmas sociales, el rechazo, la persecución, los intentos de cura (desde electroshocks y violaciones terapéuticas, a sicoanálisis), con el del deterioro de la percepción del sí mismo. Y esto puede llevarles a padecer la serie de trastornos de salud propios de esas situaciones conflictivas. Horroroso, sí.

Por ello en la actualidad se acepta en términos sanitarios, que una persona trans puede padecer trastornos psicosomáticos que son producto de la situación social nociva en que se desenvuelven. No de su condición trans. En situaciones de estrés permanente y de nula autoestima y aislamiento, pueden tener problemas de salud mental, que incluyen ansiedad, depresión, suicidio, trastornos del comportamiento… 

El círculo se cierra de ese modo: la persona trans es considerada desde la infancia anormal, extravagante, irracional, caprichosa; se le cierran oportunidades laborales y de desarrollo personal; es acosada y cuestionada, tratada, vapuleada; la discriminación la aboca a un modo de vida marginal; solitaria e incomprendida, se vuelve vulnerable a diversas adicciones de riesgo, ha de ganarse la vida en infraempleos que le provocan infecciones, recibe agresiones, es atacada de diversas maneras… Y termina volviéndose loca, tomando sicofármacos, deteriorándose o suicidándose…, con lo cual la opinión pública refuerza el estereotipo de que la persona trans, es una enferma.

Pero ser trans, médicamente hablando, no implica estar enfermo en modo alguno. Lo intento explicar con otro ejemplo: si a una persona rubia y de ojos azules, desde pequeña se le dice que es una aberración, los demás niños le desprecian o le excluyen, no encuentra empleo ni pareja, y además la golpean, la detiene la policía, le dan palizas, o le hacen siete exorcismos mientras los padres lloran… Probablemente cuando se mire al espejo, deseará morirse o aparecer en otro planeta. Y esa idea es la que han ido recogiendo las organizaciones internacionales de salud y derechos humanos…, gracias a la lucha social de los transexuales, a sus demandas laborales y legales. Han sido ellos y ellas mediante la asociación y la solidaridad, quienes han ido abriéndose camino en el espeso lodazal de la discriminación.

Y otro día sigo con esto, que no es más que mi opinión mejor o peor fundamentada.

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NOTA: 

La Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) ha metido la transexualidad en el apartado 17 Conditions related to sexual health. 

Description:
Gender incongruence is characterised by a marked and persistent incongruence between an individual’s experienced gender and the assigned sex. Gender variant behaviour and preferences alone are not a basis for assigning the diagnoses in this group. 

Gender Incongruence of Adolescence and Adulthood is characterised by a marked and persistent incongruence between an individual´s experienced gender and the assigned sex, which often leads to a desire to ‘transition’, in order to live and be accepted as a person of the experienced gender, through hormonal treatment, surgery or other health care services to make the individual´s body align, as much as desired and to the extent possible, with the experienced gender. The diagnosis cannot be assigned prior the onset of puberty. Gender variant behaviour and preferences alone are not a basis for assigning the diagnosis. 

Description
Gender incongruence of childhood is characterised by a marked incongruence between an individual’s experienced/expressed gender and the assigned sex in pre-pubertal children. It includes a strong desire to be a different gender than the assigned sex; a strong dislike on the child’s part of his or her sexual anatomy or anticipated secondary sex characteristics and/or a strong desire for the primary and/or anticipated secondary sex characteristics that match the experienced gender; and make-believe or fantasy play, toys, games, or activities and playmates that are typical of the experienced gender rather than the assigned sex. The incongruence must have persisted for about 2 years. Gender variant behaviour and preferences alone are not a basis for assigning the diagnosis.

O dicho con el traductor del google:

Condiciones relacionadas con la salud sexual.

Descripción:
La incongruencia de género se caracteriza por una incongruencia marcada y persistente entre el género experimentado de un individuo y el sexo asignado. El comportamiento y las preferencias variantes de género por sí solos no son una base para asignar los diagnósticos en este grupo.

La incongruencia de género de la adolescencia y la edad adulta se caracteriza por una incongruencia marcada y persistente entre el género experimentado de un individuo y el sexo asignado, lo que a menudo conduce a un deseo de ‘transición’, para vivir y ser aceptado como una persona de lo experimentado. género, a través de tratamiento hormonal, cirugía u otros servicios de atención médica para hacer que el cuerpo del individuo se alinee, tanto como se desee y en la medida de lo posible, con el género experimentado. El diagnóstico no se puede asignar antes del inicio de la pubertad. El comportamiento y las preferencias de género variable por sí solos no son una base para asignar el diagnóstico.

Descripción
La incongruencia de género en la infancia se caracteriza por una marcada incongruencia entre el género experimentado / expresado de un individuo y el sexo asignado en los niños prepúberes. Incluye un fuerte deseo de ser de un género diferente al sexo asignado; una fuerte aversión por parte del niño de su anatomía sexual o características sexuales secundarias anticipadas y / o un fuerte deseo por las características sexuales primarias y / o secundarias anticipadas que coinciden con el género experimentado; y juegos de fantasía o de fantasía, juguetes, juegos o actividades y compañeros de juego que son típicos del género experimentado en lugar del sexo asignado. La incongruencia debe haber persistido durante unos 2 años. El comportamiento y las preferencias de género variable por sí solos no son una base para asignar el diagnóstico.




Fuente: Alasbarricadas.org