Endika Rubio Alonso, Bilbao * E.H
Bilbao 5 de abril de 2012, era la vuelta de los cuartos de final entre el Athletic Club de Bilbao y el FC Schalke 04. El ambiente era caliente y los hinchas tenían ilusión de que el equipo bilbaíno pudiera jugar una semifinal de Europa League. Aunque no todo eran risas y euforia… En la calle Rodriguez Arias de Bilbao, en el bar Kirruli, comenzaron los altercados antes del partido con una pequeña pelea. Paso todo muy rápido y los athleticzales siguieron con el “poteo”.
Tras el partido, el Athletic consiguió la victoria e Iñigo Cabacas quedó con la cuadrilla en el Kirruli para celebrar el triunfo de su equipo. Aunque de un momento a otro se empezó a mascar la tragedia.
“Yo segundos antes de que comenzasen con los pelotazos me dirigí a sacar una ronda para todos y mientras estaba pidiendo comenzó el calvario”, relata Iker Hernández amigo de Iñigo. De un momento a otro, empezaron con la carga de una forma desmesurada y lanzaban pelotazos sin ningún control. “Cuando no estaba pasando nada”, recalca Iker.
La gente empezó a correr. Algunos se escondieron en los maceteros como cuenta Iñigo Labarrieta amigo de la cuadrilla de Iñigo y otros como Iker Hernández se escondieron dentro del bar donde estaba pidiendo la ronda. “Ahí estábamos como sardinas en lata”, dice Iker.
Otros, se tuvieron que quedar en plena calle como fue el caso de “Aja” (José Antonio) y el de “Pitu” (Iñigo Cabacas). “El nombre de “Pitu” viene a causa de que como siempre fue muy delgadito, muy pequeño, muy escurridizo… Como un pitufillo. Pues se quedó con el apodo de Pitu para acortar”, explica Iñigo Labarrieta.
Por lo tanto, “Pitu” y “Aja” se quedaron en la calle mientras la Ertzaintza no paraba de disparar. “Aja” se despisto un momento de Iñigo y cuando volvió… Iñigo se encontraba tirado en el suelo, con la cabeza ensangrentada.
En ese momento, “Aja” fue corriendo a buscar a un policía con el móvil en la mano para pedir una ambulancia. El ertzaina en cuanto le vio, le recibió a porrazos y tuvo que salir corriendo.
Cuando Iñigo seguía tumbado en el suelo, una enfermera llamada Laia Caballer. Intento hacer todo lo posible por ayudarle y salvar su vida. Aunque hubo un policía que le decía todo el rato que se quitara de al lado de Iñigo. Pero Laia, insistió en quedarse. Más tarde, vino la ambulancia y se llevaron a Iñigo.
En ese mismo instante, Laia fue a donde el policía que le había dicho que se alejase del cuerpo de “Pitu”. Y esta le dijo que le diese su número de placa, a lo que el policía le contesto que si no quería acabar como el chaval del suelo que se fuera de ahí. Laia horrorizada explica, que no se lo podía creer.
Al día siguiente, Iñigo se encontraba en el hospital de Basurto con una herida muy grave en la cabeza. Aunque la cuadrilla de Iñigo sabía que esa herida la había causado un pelotazo de los muchos que tiro esa noche la Ertzaintza. Finalmente, los médicos no pudieron hacer nada e Iñigo Cabacas falleció.
Después del fallecimiento de Iñigo, se abrió una investigación para saber la causa de la muerte de “Pitu”. Aunque la investigación no duro mucho. “La Ertzaintza abre la investigación y lo cierra prácticamente el mismo día. El expediente de investigación tiene 3 folios”, afirma Jone Goirizelaia abogada a cargo del caso de Iñigo.
Salió contando mentiras
“En un primer momento, Rodolfo Ares el Consejero de Interior del Gobierno Vasco. Salió contando mentiras, diciendo que “Pitu” había muerto a causa de un botellazo. O incluso que esa noche hubo porras extensibles, adoquines… por parte de las personas que se encontraban en el callejón. Todo esto lo dijo para confundir a Manu y a Fina (padres de Iñigo), para que se creyesen que la policía no fue la culpable.”, expresa Iñigo Labarrieta.
Hasta que tuvo que salir el forense a desmentir todo esto. Diciendo que el impacto que tenía Iñigo en la cabeza no fue causado por una botella. Si no por el impacto de una pelota de goma.
Aun así, la sentencia no salió hasta 9 años después de la muerte de Iñigo. Y hace escasas semanas se supo que el culpable de la muerte de “Pitu” no iba a ir la cárcel e iba a quedar absuelto de sus cargos. Cuando amigos y familiares de Iñigo se enteraron de la decisión del juez, se quedaron destrozados.
Por ello, algunos de la cuadrilla de Iñigo como Iker Hernández e Iñigo Labarrieta decidieron pedir justicia por su amigo.
“Decidimos hacer un movimiento llamado Iñigo Cabacas Herri Ekimena. Este movimiento lo forman colectivos como el de 7Katu, sindicatos, las juventudes de EGI… Con esto comenzamos a generar manifestaciones para apoyar a la familia, ya que, esto no podía quedar así y la sociedad debía saber que la policía actuó de forma desmesurada”, explica Iker Henández.
A su vez, Iñigo Labarrieta y todos los athleticzales decidieron crear el colectivo ICHH (Iñigo Cabacas Herri Harmaila). El cual estaba formado por peñas como: Piratak, Abertzale Sur, Herri Norte… Ya que, en San Mamés también era otro escenario donde poder denunciar el caso de Iñigo.
“Aunque siempre se saca algo bueno de lo malo y es que la muerte de Iñigo ha unido aficiones a causa de su asesinato. A los hinchas del Athletic y de la Real Sociedad. Con los casos de Aitor Zabaleta y de Iñigo Cabacas, aunque no ocurriese el mismo suceso. Ya que, Aitor fue una víctima del fascismo debido al acuchillamiento de unos nazis y Iñigo un caso de violencia policial”, comenta Eduardo González portavoz de Sare Antifaxista.
Fuente: Sareantifaxista.blogspot.com