March 11, 2021
De parte de Nodo50
647 puntos de vista

Por TOMÁS F. RUIZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-

   Una y otra vez el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condena a España por la represión brutal, las torturas y asesinatos que cometen nuestros cuerpos represivos.

   Una y otra vez la criminal actuación de policías y guardias civiles revela lo estremecedoramente sanguinarios que pueden llegar a ser estos cuerpos. Una y otra vez salen a la luz pruebas que demuestran los asesinatos provocados por la fuerzas del orden público desde que estrenamos la Constitución, la repugnante “Carta Magna” que iba a ser garante de los derechos de todos los españoles.

    El caso de Mikel Zabalza, vecino de Inchaurrondo y víctima del psicópata Rodríguez Galindo, es más que significativo: con pruebas irrefutables que permiten identificar a los torturadores y asesinos del ciudadano vasco, el Congreso acaba de votar por el cómplice y abyecto silencio; sus miembros, los ilustres diputados miran para otro lado y se limpian con repulsión la sangre que salpica hasta sus mismos escaños.

    En cualquier otro país europeo, todas estas condenas de violaciones policiales de derechos humanos, torturas y asesinatos habrían significado, cuando menos, una profunda crisis de gobierno, la apertura de una investigación y el procesamiento de los autores materiales de los hechos. Sin embargo, en la España de 2.021, cuando alguien exige responsabilidades por estas atrocidades y la creación de una comisión que las investigue, nuestros “representantes” en el Congreso, cómplices directos de los asesinos, policías y guardias civiles que apalean, torturan y matan con sus propias manos a ciudadanos, votan para impedir que se investiguen los crímenes, amparan con su silencio a los sicarios.

    ¿Este es el sistema representativo del que debemos sentirnos orgullosos los españoles? ¿Esta es la “democracia plena” de la que habla el presidente de gobierno? ¿Esta la farsa que practican nuestros parlamentarios en sus inmerecidos escaños? ¿Fue esta la libertad que ganamos cuando nos obligaron al “trágala” de la Constitución en 1.978?

    Estamos en manos de un gobierno cómplice y criminal que ampara a los sicarios de uniforme, a los torturadores, a los asesinos del pueblo. Esto no es una democracia, esto es una dictadura sanguinaria que un puñado de nazis, investidos de demócratas, mantienen intacta para permitir que, una y otra vez, los criminales que conforman los cuerpos represivos del régimen se sigan saliendo con la suya… ¿Quo Vadis España?




Fuente: Canarias-semanal.org